Desde hace casi medio siglo y
superando a la costumbre de hablar de "organización social", se ha
comenzado a caracterizar a las sociedades humanas como "sistemas
sociales", entendiendo con ello que existen una serie de fenómenos colectivos
interdepedientes, -de alguna manera ordenados e interactuantes- que finalmente
constituyen, producen y reproducen a la sociedad humana. Se hace referencia al
sistema o sistemas sociales para indicar a la sociedad local, regional o
nacional. A esos niveles de referencia, el concepto de "sistema"
resulta útil como herramienta conceptual y de análisis, porque permite
visualizar a un "todo" heterogéneo de seres humanos, ordenado y en
interacción recurrente. A partir de lo anterior, podemos comenzar a hablar de
una visión holística de la sociedad humana.
¿Qué es una visión holística de la sociedad humana?
La visión holística de la sociedad
es opuesta a la visión atomista (a partir de la física newtoniana) que
ve a la sociedad compuesta de partes --reales o conceptuales-- completamente
independientes unas de otras y en el que el todo no es más que la suma de las
partes.
La visión holística asume que el todo es superior o diferente a las partes, algo que
nos viene del mundo de la física y la química desde comienzos de siglo. Como
dice Johansen, "...los fenómenos no sólo deben ser estudiados a través
de un enfoque reduccionista. También pueden ser vistos en su totalidad. En
otras palabras, existen fenómenos que sólo pueden ser explicados tomando en
cuenta el todo que los comprende y del que forman parte a través de su
interacción." A su vez, la totalidad es una
propiedad inherente de los sistemas, "es decir, un sistema se comporta
como un todo inseparable y coherente. Sus diferentes partes están
interrelacionadas de tal forma que un cambio en una de ellas provoca un cambio
en todas las demás y en el sistema total."
EN QUÉ CONSISTE UN
SISTEMA
La característica
esencial de una totalidad es la "sinergia"
Como un sistema es un todo
inseparable, resulta "que un sistema no es la simple suma de sus
partes, sino que la interrelación de dos o más partes resulta en una cualidad
emergente (gestalt) que no se explica por las partes consideradas separadamente"
Dicho de otra manera, la
"sinergia" se refiere a que la totalidad del fenómeno no es igual a
sus partes, sino algo diferente y superior, por lo que, si queremos conocer y
analizar un fenómeno sitémico, tendremos que mirar no a sus partes una por una,
sino a (la complejidad de) su organización y a las resultantes que de ella
surjan. Watzlawick sostiene que: "Así, la no-sumatividad (que la
totalidad del fenómeno no es igual a sus partes), como corolario de la
noción de totalidad, proporciona una guía negativa para la definición del
sistema. Un sistema no puede entenderse como la suma de sus partes; de hecho,
el análisis formal de segmentos artificiosamente aislados destruiría el objeto
mismo de estudio. Se hace necesario ... prestar atención al núcleo de su
complejidad, a su organización".
El ejemplo clásico es el del reloj:
ninguna de sus partes contiene a la hora en el sentido de que ninguna pieza del
reloj es capaz de mostrar el factor tiempo: podría pensarse que las piezas
pequeñas deberían indicar los segundos; las piezas medianas los minutos y el
conjunto, la hora; pero nada de eso ocurre, como bien sabemos. Sin embargo, el
conjunto de piezas del reloj una vez interrelacionadas e interactuando entre
ellas –es decir, su organización interna--, sí es capaz de indicarnos la hora o
medir el tiempo. Esto es lo que se llama sinergia.
En cuanto a los sistemas sociales,
estos son siempre sinérgicos. Por ejemplo, el sistema social de una comuna de
Chile --en cuanto a lo que es y produce como un socioespacio en que se
desarrolla un conjunto de seres humanos-- no puede ser explicado ni analizado
tomando cada una de sus partes por separado, como el sistema vial, el de salud,
el de educación, etc. Lo mismo sucede si tomamos a una escuela como sistema
social, ninguna de sus partes por separado puede producir en pequeño lo que es
su producto final: miembros de la sociedad en condiciones de desempeñarse
plenamente como tales.
El holismo y la teoría
de sistemas
Curiosamente, los descubrimientos
científicos sobre las facultades holísticas del cerebro --la capacidad de su
hemisferio derecho de comprender globalmente-- han hecho surgir serias dudas
sobre el método científico en cuanto tal. La ciencia siempre ha intentado
comprender la naturaleza reduciendo las cosas a sus partes integrantes. Ahora
bien, resulta incuestionablemente claro que las totalidades no pueden ser
comprendidas por medio del análisis. Esto es un boomerang lógico, lo mismo que
la prueba matemática de que ningún sistema matemático puede ser realmente
coherente consigo mismo. El prefijo griego syn ("junto con"),
en palabras como síntesis, sinergía, sintropía, resulta cada vez más
significativo. Cuando las osas se juntan, sucede algo nuevo. Toda relación
supone novedad, creatividad, mayor complejidad. Ya hablemos de reacciones
químicas o sociedades humanas, de moléculas o de tratados internacionales, hay
en todas ellas cualidades que no pueden predecirse a partir de la simple
observación de sus componentes.
El sistema es una
entidad independiente y un todo coherente.
Cuando empleamos la teoría de
sistemas para comprender o estudiar algún fenómeno, es esencial entender que un
sistema es ante todo una entidad independiente, no importa que a su vez
pertenezca o sea parte de otro sistema mayor, y que, visto así, es a su vez y
todo coherente que podemos estudiar y analizar para mejorar nuestra comprensión
de ese fenómeno. Como indica Watzlawick:
"Cada una de las
partes de un sistema está relacionada de tal modo con las otras que un cambio
en una de ellas provoca un cambio en todas las demás y en el sistema total.
Esto es, un sistema se comporta no sólo como un simple compuesto de elementos
independientes, sino como un todo inseparable y coherente. Quizás esta
característica se entienda mejor en contraste con su opuesto polar, el carácter
sumatorio: si las variaciones en una de las partes no afectan a las otras o a
la totalidad, entonces dichas partes son independientes entre sí y constituyen
un "montón" (para utilizar un término tomado de la literatura sobre
sistemas) que no es más complejo que la suma de sus elementos. Este carácter
sumatorio puede ubicarse en el otro extremo de un continuo hipotético de
totalidad, y cabe decir que los sistemas siempre se caracterizan por cierto
grado de totalidad."
Del mismo modo, entenderemos a todo
sistema social como una totalidad, con todas sus partes y elementos, de tal
manera interrelacionados, que cualquier variación o cambio en una de sus partes
afecta a cada uno de los elementos restantes.
De cómo un
"todo" se convierte en un "sistema".
Sin embargo un "todo"
puede ser, o una porción muy amplia del mundo, o un fenómeno muy vago e
impreciso (en alguna parte hay que poner los límites), de modo que aquí es
donde se prefiere al concepto de "sistema" --refiriéndose a un
conjunto con partes reconocibles como interrelacionadas-- como un concepto que
permite el análisis científico de cualquier "todo" que nos interese
analizar o conocer en detalle y con rigurosidad científica... Según Johansen,
"ante la palabra sistema'', todos los que la han definido están de
acuerdo en que es un conjunto de partes coordinadas y en interacción para
alcanzar un conjunto de objetivos. También aporta otras definiciones tales
como: "según Hall ... conjunto de objetos y sus relaciones, y las
relaciones entre los objetos y sus atributos", y según el General
Systems Society for Research, "un conjunto de partes y sus
interrelaciones.
Origen del concepto de
"sistema"
Al respecto hay que recordar que el
concepto de sistema surge con fuerza con las operaciones bélicas de la Segunda
Guerra Mundial, las que, por su complejidad logística y magnitud en cuanto a la
cantidad de soldados y materiales comprometidos, como en la invasión del Día D,
requirió desarrollar una metodología que permitiera incorporar al análisis
estratégico a un conjunto numeroso de sistemas que se convertían en
interdependientes en el momento de la gran batalla. Después, en la postguerra,
las grandes industrias modernas incorporan esta nueva disciplina en la
planificación empresarial con el nombre de Operación de sistemas, donde
aparece claramente la importancia de la interdiciplinariedad y la cooperación
organizada de lo heterogéneo. Con Bertalanffy, se establece claramente la
importancia de los estudios de sistemas para diversos campos de la
ciencia, solo que con este autor, dichos estudios dejan de pertenecer solo a la
biología, para buscar realizar el sueño (de Bertalanffy) de transformarlo en un
lenguaje universal para la ciencia, incluyendo a los estudios de la sociedad.
Es en este punto en que los estudios de sistemas se unen a la concepción holística
de la sociedad.
LOS CONCEPTOS
INVOLUCRADOS EN LA TEORÍA DE SISTEMAS
Recursividad y
subsistemas.
Los sistemas son sinérgicos y
también recursivos. Cuando hablamos de totalidades, desde una
perspectiva holista, podemos estar refiriéndonos a todo el universo, porque en
el fondo esa es la mayor totalidad conocida. Sin embargo, cuando estamos
analizando a algún fenómeno humano necesitamos poner límites en algún lado.
Ayudados por la Teoría de Sistemas, podemos ubicar aquel "conjunto de
partes interrelacionadas" que constituyéndose en un sistema reconocible
--porque identificamos sus límites-- nos permite analizarlo, describirlo y
establecer causas y consecuencias dentro del sistema o entre el sistema y su
entorno, lo esencial es tener presente lo que ya se dijo más arriba: que
podemos considerar como sistema a cualquier entidad que se muestra como
independiente y coherente, aunque se encuentre situada al interior de otro
sistema, o bien, aunque envuelva y contenga a otros subsistemas menores, eso es
lo que llamamos la recursividad de los sistemas.
Por ejemplo, la totalidad del país
contiene un sinnúmero de subsistemas. El sistema país contiene a los
subsistemas regiones. Las regiones contienen a los subsistemas provincias, y
las provincias a los subsistemas comunas. A su vez las comunas contienen a
otros subsistemas como el de Salud, Educación, Arte, etc. Como cualquier de
estos subsistemas es a su vez una entidad independiente y coherente, pueden a
su vez ser considerados como un sistema en sí mismo, siendo el conjunto mayor
que lo contiene el supersistema y los menores, los subsistemas, es decir,
podemos tomar cualquiera de esos "subsistemas" y convertirlos en la
totalidad/ sistema que nos interesa estudiar. Así, podemos estudiar el "sistema
Comunal", "Regional", "educacional", "de
Salud", etc.
Relación entre el
Sistema y el Entorno.
Los sistemas sociales -que son los
que nos preocupan esencialmente- no se producen en el vacío, aislados
completamente de otros fenómenos, por el contrario, los sistemas tiene un
entorno, es decir, están rodeados por otros fenómenos que usualmente incluyen a
otros sistemas. Como dicen Rodríguez y Arnold, explicando a Luhmann, "El
sistema se constituye en su diferenciación del entorno. Se puede decir que el
sistema "es" su diferencia respecto del entorno".
La "entropía/negentropía"
o el orden del sistema.
La "entropía"
implica la tendencia natural de un sistema a entrar en un proceso de desorden
interno, y "negentropía" vendría a ser lo contrario: la
presión ejercida por alguien o por algo para conservar del orden interno del
sistema. Estos dos conceptos suelen ser problemáticos para los alumnos, pero
podemos entenderlo pensando que el cambio de la sociedad, la que normalmente se
refiere a tendencias entrópicas, porque las diferentes presiones que se
ejercen sobre el sistema, llevan a que se produzcan cambios de carácter
aleatorio en los diferentes elementos del sistema social, Sin embargo, el
proceso de Control Social --que no es otra cosa que la tendencia al aparecimiento,
cuidado y mantención de reglamentos y leyes que ponen orden a la sociedad y que
una vez establecidos son difíciles de cambiar-- ponen el factor negentrópico
(ordenador, que proporciona, orienta o conduce al orden).
Sistemas cerrados y abiertos
Los sistemas pueden ser cerrados
o abiertos. En los primeros nada entra ni nada sale de ellos. Todo
ocurre dentro del sistema y nada se comunica con su exterior. En cambio, los
sistemas abiertos requieren de su entorno para existir. Los sistemas biológicos
y los sistemas sociales son sistemas abiertos, y a ello se debe que la teoría
de sistemas haya tenido tanta aceptación en el campo de las ciencias sociales
en décadas recientes.
Marilyn Ferguson los describe así:
"Algunas formas
naturales son sistemas abiertos, esto es, están implicados en un contínuo
intercambio de energía con el entorno. Una semilla, un huevo fecundado, un ser
vivo, son todos ellos sistemas abiertos. También hay sistemas abiertos
fabricados por el hombre. Prigogine cita el ejemplo de una ciudad: absorbe
energía de la zona circundante (electricidad, materias primas), la transforma
en las fábricas, y la devuelve al entorno. En los sistemas cerrados, por el
contrario –tendrímos como ejemplos una roca, una taza de café frío, un tronco de
leña—no existe una transformación interna de energía."
Sistemas abiertos y su
necesidad del entorno: "Entradas / Salidas" (Imput-Output).
"Un sistema cerrado es aquel
que, no recibiendo inputs del exterior, tiende al agotamiento interno, a la
entropía. Por el contrario, un sistema abierto es el que, recibiendo energías o
ínputs del exterior es capaz de renovarse; entonces se dice que tiene entropía
negativa."
Al respecto Rodríguez y Arnold
sostienen que:
"La concepción de sistemas
abiertos se transforma en un modelo de análisis donde el equilibrio pasa a ser
la categoría dominante. A su vez el esquema input-output permite recuperar el
modelo de explicación causal al relacionarse los inputs con causas y los
outputs con efectos. También esos últimos se pueden analizar en términos de
consecuencias para el sistema mayor. (...) Todo sistema obtiene la energía
que le da vida de su entorno. "Cualquiera sea la alternativa escogida,
los sistemas se definen por una relación dinámica entre inputs (entradas) y
outputs (salidas). El sistema mismo es el encargado de procesar los materiales
que provienen del ambiente, parar lo cual disponen de estructura y organización
internas"
Retroalimentación y
cibernética.
La cibernética tiene que ver
o se refiere a los sistemas autónomos, es decir, que son capaces de encontrar u
objetivo o finalidad (o su camino) por sí mismos, sin necesidad de ser guiados
o controlados por alguien o algo fuera del sistema.
Por lo tanto, la cibernética
es una ciencia de la acción, por un lado, y dentro de ella, de los mecanismos
de comunicación y de control que permiten que el sistema reoriente o replantee
continuamente su andar para llegar a su meta, objetivo o fin de su existencia,
para lo cual necesita contar con algún tipo de servomecanismo que lo redirija
permanentemente. Uno de los sistemas cibernéticos más corrientes es el misil
antiaéreo que encuentra a su blanco (objetivo) automáticamente, corrigiendo su
dirección continuamente hasta dar en el blanco.
"Sostenemos
básicamente que los sistemas interpersonales --grupos de desconocidos, parejas
matrimoniales, familias, relaciones psicoterapéuticas o incluso
internacionales, etc.-- pueden entenderse como circuitos de retroalimentación,
ya que la conducta de cada persona afecta la de cada una de las otras y es, a
su vez, afectada por éstas".
Para entender este concepto pensemos
en la persona que conduce una bicicleta, que es una experiencia que la mayoría
de los lectores de este artículo seguramente habrá vivido. En la medida que
avanza, el ciclista corrige la dirección, ya que la bicicleta tiene una fuerte
tendencia a derivar hacia los lados. El acto de corregir la dirección impuesta
es producto de la retroalimentación que se produce en la mente del ciclista,
quien continuamente reexamina si va en la dirección que quiere, si ello no
ocurre, corrige la dirección. Esta cualidad de autocorrección sucede en todos
los sistemas y es la base de la cibernética "que
concierne en especial a los problemas de la organización y los procesos de
control" 20 y en el caso de los sistemas sociales se
refiere a la capacidad que tiene éstos para mantener estables su dirección o
finalidad. Comprende todos aquellos aspectos que incorporamos cuando hablamos
de retroalimentación y de autoevaluación y que más adelante veremos
incorporados en el concepto de autopoiesis.
La
"Autopoiesis"
Desde comienzos de la década de los
70 y como una forma de superar la caída del edificio teórico del estructural
funcionalismo, que los sociólogos del todo el mundo han estado desarrollando un
constructo teórico que pueda dar cuenta del hecho que algunos sistemas
(¿o todos?) a pesar de ser el producto de los individuos que lo han generado
consciente o inconscientemente, tienden a cobrar ciertos niveles de autonomía
propia, independiente de quienes lo crearon y de las personas que los hacen
realidad. Lo anterior viene a significar que, en algún momento de su
existencia, estas formas de actuar (¿o agencias?) "son capaces de
producirse continuamente a sí mismas". O como dice el sociólogo británico
Anthony Giddens, se trata de agencias que "producen y reproducen las
condiciones de su propia existencia", o bien, que "se
levanta por sus propios cordones, y se constituye como distinto del medio
circundante por medio de su propia dinámica, de tal manera que ambas cosas son
inseparables".
Esto se explicaría así:
1. El principio de retroalimentación, ya mencionado implica que los
sistemas abiertos como los sistemas sociales usualmente contienen algunas
formas de operar dentro de sí que le permiten informar si mantienen su
finalidad o dirección correcta o no.
2. Cuando esta información pone en marcha algún mecanismo
o sistema menor de corrección de la marcha, finalidad o dirección del sistema
total, está el juego el principio de la cibernética, ya que los sistemas
cibernéticos son todos aquellos que pueden corregir su propia marcha para
alcanzar su objetivo o finalidad, como los robots, por ejemplo. Dentro
del sistema cibernético, el mecanismo o subsistema de retroalimentación
o feedback opera como "cana negra" u órgano censor y rector en
la mediación tanto del proceso de acción (todos los procesos que permiten que
el sistema opere o actúe) como de la dirección o producto del sistema (que debe
ser siempre el establecido por sus fines u objetivos) cumpliendo el principio
de equifinalidad, que es la capacidad de los sistemas de llegar a un
mismo fin a partir de puntos iniciales distintos. Es decir, que el sistema
puede enviar señales correctivas de su marcha (para alcanzar su finalidad u
objetivo) desde distintas partes del mismo. En un sistema social esto podría
significar que distintas instituciones internas pueden presionar o intentar
corregir la dirección que sigue el conjunto de la sociedad implicada en tal
sistema.
Justamente, es porque el sistema
cibernético tiene su propio sistema de control y corrección de la dirección que
se dice que son sistemas autónomos. También aparece como consecuencia la
necesidad de que al interior del sistema se dé una comunicación expedita y
clara entre sus diferentes elementos, para que el sistema de retroalimentación
pueda operar sobre la dirección correcta (del principio de EQUIFINALIDAD).
3. En segundo lugar puede actuar la homeostasis, término que describe
la tendencia de los sistemas, especialmente naturales, a mantener ciertos
factores críticos (temperatura del cuerpo, densidad de población, etc.) dentro
de cierto rango de variación estrechamente limitado. En el caso de los sistemas
sociales esto significa que el sistema en estudio soportará cierto rango de variación
en su estructura manteniéndose estable y corrigiendo su finalidad en forma
natural (de acuerdo al principio de equifinalidad), pero que pasado los rangos
soportables por la estructura que forman sus instituciones, el sistema entra en
un proceso de cambios profundos de desintegración o de orientación hacia una
nueva finalidad. El punto es importante en el área de estudios sociales llamado
Cambio Social (que se verá más adelante). Si la comunicación dentro del sistema
no opera correctamente, el sistema entra en un proceso en que las fuerzas
entrópicas (tendencias hacia el desorden y el caos) superen los límites
establecidos por la HOMEOSTASIS alterándolo completamente o haciéndolo
desaparecer.
4. El conjunto de estos mecanismos o
procesos hará que se cumpla el fenómeno que antes hemos enunciado con el nombre
de autopoiesis, que consiste en que los sistemas sociales son capaces de
mantener su finalidad o propósito estable, a pesar de que a menudo sean objeto
de presiones para que cambien. (Es necesario tener en consideración eso sí, que
la autopoiesis no tiene relación alguna el fenómeno de que algunos sistemas
sociales cambien sin razón aparente o fuera del control de sus actores.
La teoría de sistemas en
la educación
El enfoque sistémico ha sido frecuentemente
aplicado al estudio del contexto escolar, aunque más preferentemente se trata
de estudios centrados en la psicología pedagógica y muy pocos en los aspectos
culturales y sociales. La propuesta de este trabajo es que los profesores
utilicen la perspectiva sistémica para examinar los aspectos sociales y
culturales de su trabajo pedagógico examinando los distintos procesos que
involucran a la actividad educativa y utilizando los conceptos que conforman la
teoría de sistemas. El principio de recursividad nos permite ver los
distintos niveles de la educación como sistemas unitarios: el sistema educativo
nacional, que contienen sistemas educativos regionales, los que a su vez
contienen sistemas educativos menores, hasta llegar a la unidad educativa (la
escuela) como un sistema en sí mismo. Cualquiera de esos sistemas son
susceptibles de ser analizados a partir de los elementos que ingresan en su corriente
de entrada (imputs) y lo que egresa hacia su entorno
(outputs), pasando por sus procesos internos, los que aquí proponemos
como los más básicos: el de socialización (que permite la autopoiesis
del sistema), de institucionalización (donde habitan las fuerzas entrópicas),
de control social (que representa la negentropía y la homeostasis)
y de cambio social (la adaptación del sistema y la otra parte de su
autopoiesis), y el proceso cultural (una especie de sumario de todos los
procesos juntos); todo lo cual se da en un entorno o ambiente con el que
el sistema escolar en estudio está en permanente comunicación. La Teoría
sistémica no le dice al profesor a qué sistema mirar, éste dispone de ella como
una herramienta o un instrumento para ver la educación hacia su interior
relacionando cada parte con las otras partes y con el todo, buscando percibir
su sinergia para optimizarlo o, simplemente, hacer su trabajo cotidiano.
Tomás
Austin Millán (Sociólogo, Antropólogo Social Magister (c) Ciencias de la
Comunicación)
Este
artículo es parte del libro FUNDAMENTOS SOCIOCULTURALES DE LA EDUCACIÓN,
Editorial Universidad "Arturo Prat" Sede Victoria, Capítulo 1, 2000.
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