Un
sistema cerrado está definido en la física como un sistema que está contenido
en sí mismo. No intercambia materiales, información ni energía con su medio
ambiente. Un ejemplo es una reacción química en un contenedor sellado y
aislado. Tales sistemas cerrados finalmente terminarán o se convertirán en
sistemas desorganizados. Este movimiento hacia el desorden se llama un
incremento de entropía.
En
las organizaciones y en el procesamiento de información, hay sistemas que están
relativamente aislados del medio ambiente pero no completamente cerrados en el
sentido físico. Estos serán llamados sistemas cerrados, lo que significa
relativamente cerrados. Por ejemplo, los sistemas de manufactura con frecuencia
son diseñados para minimizar los intercambios no deseados con el medio ambiente
fuera del sistema. Tales sistemas son diseñados para que sean tan cerrados como
sea posible de manera tal que el proceso de manufactura pueda operar sin
problemas de los proveedores, clientes, etc. Un programa de computador es
relativamente un sistema cerrado en razón de que acepta solamente entradas
previamente definidas, las procesa y provee salidas también previamente
definidas. En resumen el sistema relativamente cerrado es aquel que tiene solamente
entradas y salidas controladas y bien definidas. No está expuesto a
perturbaciones del exterior al sistema.
Los
sistemas abiertos intercambian información, materiales o energía con el medio
ambiente incluyendo el azar y entradas no definidas. Ejemplos de sistemas
abiertos son los diversos sistemas biológicos (tales como los seres humanos) y
los sistemas organizacionales. Los sistemas abiertos tienden a tener forma y
estructura que les permiten adaptarse a los cambios de su medio ambiente en tal
forma que puedan continuar su existencia. Son “auto-organizados” en el sentido
de que modifican su organización en respuesta a las condiciones cambiantes. Los
sistemas vivos (células, plantas, hombres, etc.) son sistemas abiertos.
Intentan mantener el equilibrio por la homeóstasis, el proceso de ajuste para
conservar la operación del sistema entre los límites preestablecidos. Un
ejemplo es el cuerpo que mantiene la temperatura dentro de unos límites
determinados.
Las
organizaciones son sistemas abiertos; una característica crítica de su
existencia es su capacidad para adaptarse y afrontar los cambios de la
competencia, los cambios del mercado, etc. Las organizaciones ilustran el
concepto de sistemas de equifinalidad; más que una estructura y proceso del
sistema, pueden lograr el mismo resultado (pero no necesariamente al mismo
costo).
Los
sistemas artificiales son creados, no ocurren en la naturaleza. Las
organizaciones, los sistemas de información, y los programas de computador son
ejemplos de sistemas artificiales. Los sistemas artificiales están diseñados
para apoyar los objetivos de los diseñadores y de los usuarios. Manifiestan, en
consecuencia, las características del sistema que soportan. Los principios que
se aplican a los sistemas vivientes son también aplicables a los sistemas
artificiales que apoyan los sistemas de los seres humanos y a otros sistemas
vivientes.
Bibliografía
consultada:
Davis,
G y Olson, M. 1987. Sistemas de Información Gerencial, Colombia, Mc. Graw Hill.
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