¿Podrá la inteligencia artificial
reemplazarnos? A partir de esta pregunta, la periodista Elaine Thompson nos
presenta el siguiente artículo, que publicado originalmente en OpenMind,
transcribimos para ustedes:
Por qué la IA nunca podrá
reemplazar a un buen empleado
Vivimos en un mundo en el
que la tecnología hace cada vez más fácil nuestro día a día. Los drones
entregan paquetes, los chatbots responden a preguntas en Internet y los
sensores del coche velan por nuestra seguridad. Pero la era de la inteligencia
artificial (IA) y la robótica tiene un precio: muchos trabajadores temen perder
el empleo.
Sin embargo, no todas las
funciones se pueden automatizar. Cuando se trata de puestos que requieren
resolución de problemas, liderazgo e iniciativa, la IA nunca podrá reemplazar a
un buen profesional. Veamos siete ámbitos donde es imposible que la IA aporte
el mismo valor a la empresa que una persona:
1. Empatía e implicación
Hoy en día, hay robots
cirujanos, e incluso bots terapeutas si necesitas apoyo psicológico. Pero nada
puede sustituir la implicación y la empatía de las que somos capaces los
humanos. Los cuidadores, terapeutas y médicos sí pueden mostrar sinceridad y
empatía hacia sus pacientes: esto es algo que una máquina no puede hacer, y que
probablemente ni siquiera podrá emular durante algunos años más.
2. Iniciativa
Los empleados que toman la
iniciativa y buscan proactivamente áreas de mejora aportan a sus empresas un
valor incalculable. Desarrollan procesos y capacitan a otros trabajadores para
que la empresa funcione de manera más eficiente y eficaz. Una vez que dominan
una competencia profesional, siguen buscando formas de mejorar los procesos aún
más. Los empleados comprometidos y proactivos son de enorme valor para las
empresas.
La IA es eficaz ejecutando
instrucciones e incluso detectando nuevas tendencias o pautas, pero todavía no
es capaz de identificar e iniciar nuevas tareas por sí sola.
3. Creatividad
La mente humana capta
información de distintas fuentes externas y desarrolla ideas nuevas y
creativas. Podemos inspirarnos a través de la música, la poesía, el arte o la
fotografía, y luego canalizar esa inspiración para desarrollar ideas de negocio
o nuevos productos.
Las empresas necesitan esa
innovación creativa para prosperar. Un empleado creativo ayuda a su empresa a
pensar en grande y, a veces, de forma completamente inédita. Es en este
contexto donde se crean nuevos productos, se plantean nuevas iniciativas y se producen
los grandes avances.
La creatividad es un ámbito
en el que a la IA aún le falta mucho camino. Una máquina puede imitar una obra
humana con mayor precisión en cada nueva iteración, pero crear algo nuevo y
único es una capacidad que sigue siendo exclusiva del ser humano.
4. Trabajo en equipo
Los empleados que trabajan
bien en equipo saben unir esfuerzos entre compañeros y departamentos para
impulsar a la empresa hacia un objetivo común. Cuando los empleados perciben
que el lugar de trabajo es colaborativo, se implican más. Un reciente estudio
de Gallup descubrió que los equipos humanos con altas tasas de compromiso son
un 21% más rentables.
Un programa de IA responde
al feedback directo, pero carece de sentido de compañerismo o colaboración. Por
tanto, aunque una empresa pueda prescindir de los humanos para algunos
procesos, es imposible reproducir artificialmente la percepción de trabajo en
equipo (y las ventajas que conlleva).
5. Adaptabilidad
Un buen empleado acepta el
cambio y se adapta cuando es necesario para la buena marcha de la empresa.
Cuando un empleado asume funciones fuera del alcance de su puesto inicial y se
adapta rápidamente a nuevos objetivos y tareas, aporta un valor inmenso a la
empresa, sobre todo en mercados muy cambiantes.
Las máquinas, en cambio,
están programadas para desempeñar funciones específicas. Si un cambio en el
sector exige un viraje operativo inmediato, la empresa tendrá que asumir el
coste de rediseñar o sustituir su tecnología.
6. Aportación social
Para generar ingresos, las
empresas de hoy dependen mucho de su entorno social, tanto local como en
Internet. Las PYMEs, sobre todo, prosperan en ciudades pequeñas, participando
en la economía local. Los empleados contribuyen a esa economía local, creando
empleos, ayudando al medio ambiente y fomentando a la comunidad.
La robótica, el aprendizaje
automático y la IA no tienen esa virtud. De hecho, las empresas que eliminen
puestos de trabajo mediante la automatización corren el riesgo de distanciarse
de su entorno social, lo que puede dar lugar a dificultades para mantener la
oferta y la demanda.
7. Comprensión del contexto
Uno de los motivos por los
que las personas crean más valor que la IA es que un humano entiende los
factores y circunstancias de la empresa en su contexto de la vida real,
mientras que una máquina no dispone de esos datos externos. La inteligencia
artificial tiene su límite en los datos que recibe. Una persona, en cambio,
abarca todo aquello que queda más allá los datos, es decir, el contexto.
Si bien es inevitable que la
tecnología eliminará muchos puestos de trabajo, es evidente que no puede
eliminarlos todos. La creatividad, el ingenio y la empatía del ser humano son
aptitudes que de momento la máquina no puede reproducir. Y, sin la guía de los
humanos, la IA no puede funcionar.
El impacto en la sociedad de
la IA es indudable: está dejando huella, y las cosas están cambiando muy
rápido. Pero todavía faltan años para que la tecnología «inteligente» tenga
consecuencias serias en el mercado laboral. Haz la prueba: pregúntale al
asistente del móvil cualquier cosa que sea más compleja que la previsión
meteorológica.
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