lunes, 1 de octubre de 2018

Telxínoe: Cándido López II

En una muy buena reseña sobre la obra de Cándido López en la Revista Ñ del diario Clarín podemos leer:

Cándido López y su esposa, Emilia Magallanes, se mudaron en 1879 desde Buenos Aires a Carmen de Areco junto a sus 12 hijos. Fue en este pueblo donde Cándido pintó los 29 óleos basados en los apuntes de la guerra. Entre 1888 y 1895 se instaló en Merlo. Durante estos años, para sobrevivir pintó también naturalezas muertas y bodegones, bajo el seudónimo de “Zepol”. Más tarde instalará su taller en el Cuartel de Inválidos de Buenos Aires.



Augusto Roa Bastos escribió en Los conjurados del quilombo del Gran Chaco (2001, compilación de cinco cuentos sobre el tema, creados por cuatro autores) un diálogo de Cándido con Mitre: “‘¿Qué estás reflejando a fuerza de brochazos, pintor?’. ‘El apresto de la batalla de Curupaytí, donde murieron diez mil aliados y mi mano, general’, responde el pintor. ‘¿Ya pintaste el desastre?’. ‘Sí, mi general’. ‘Quiero ver la tela’. ‘No sé si está a mano ahora, aunque es un decir, ni siquiera está mi mano; vamos errando entre batallas y carnicerías, entre pantanos y aguadas’”. Manco de Curupaytí, cronista de pincel, oficial sin oficio bélico, lo llama. El delicado Cándido López, documentalista que entre huesos, carnes, fuegos cruzados, plomo y tumbas de silencio, en la ribera de un río infernal se detuvo a observar.


Cándido López (portada nota Infobae)
Exposición en el Museo Histórico Nacional
 
La escuadra en el canal privado del Paso de la Patria - 23 abril de 1866

Marcha ejercito argentino a tomar posición para el ataque de Curupayti - 22 sept 1866

Trinchera de Curupayti (1866)

Vista interior de Curuzú mirado de aguas arriba (norte a sur) - 20 sept 1866




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