lunes, 21 de septiembre de 2015

Cuando no hay recursos se necesita aún más creatividad - artículo diario La Nación

En el contexto actual nos encontramos con una economía dinámica y globalizada, en donde la tecnología cambia rápidamente; se vuelve obsoleta y entra en desuso con gran velocidad, esto hace que los paises industrializados hagan un uso intensivo del conocimiento, que se manifiesta en el progreso científico y tecnológico aplicado a su desarrollo, siendo las innovaciones tecnológicas generadas por las empresas las que se ha convertido en la principal herramienta competitiva. La innovación permitirá a las organizaciones sostener su posición competitiva en un mercado cambiante y global.

¿Cómo impactan estos conceptos en nuestra economía y en nuestro desarrollo industrial? Para reflexionar sobre el tema, adjuntamos esta artículo, publicado en el suplemento Economía del diario La Nación.

Álvaro Rolón: "Cuando no hay recursos se necesita aún más creatividad"

Uno de los fundadores de Neelus y especialista en el mundo  de la creación de ideas estima que la innovación es clave en las organizaciones dentro de contextos críticos como el actual
Por Paula Urien  | LA NACION

Llega a las empresas para armar una pequeña revolución, sacudir alguna telaraña formada por la rutina y despertar la pasión por hacer, por crear, por transformar la realidad cotidiana en una nueva manera de trabajar. La innovación es hoy vital para las compañías, tanto que es tendencia dedicar tiempo en el trabajo a producir ideas que vayan un paso más allá y que logren sorprender a los clientes (internos y externos), y brindarles bienes y servicios según sus necesidades antes que la competencia.
Por propia experiencia, Álvaro Rolón sabe que la zona de confort a veces no es tan confortable. Con un título de Administración de Empresas en la UCA y experiencia laboral en compañías como Citibank, Swift, Gatorade, Kraft y también la nacion seguía en busca de su verdadera vocación.
Finalmente encontró un camino nuevo, relacionado con el estudio de la innovación como proceso, que desemboca en una mejor productividad para las empresas y una mayor motivación para quienes trabajan en ellas. Obtuvo su maestría de Ciencias de la Creatividad e Innovación Aplicada en el State University of New York of Buffalo, y a su regreso cofundó Neelus, una firma con base en Buenos Aires que ayuda a las compañías a potenciar el espíritu transformador que todos llevamos dentro. También es profesor de Marketing Innovation y Creatividad Aplicada en el IAE y autor de La creatividad develada.
-¿En qué consiste el método que recomienda a las empresas?
-Cada una tiene sus propias necesidades, pero básicamente se trata de un modelo trifásico basado en la inspiración, donde se buscan opiniones de personas de afuera de la empresa y también de expertos en diversas materias. De allí surgen las áreas de necesidad o un problema que se quiera resolver. La segunda etapa es la de imaginación, donde se reúnen equipos multidisciplinarios conformados por empleados para obtener ideas que se puedan poner en marcha. Y la tercera etapa es el impacto, es decir cómo se pueden implementar las ideas; cómo hacer que una idea que quizás empezó en un post it termine impactando en la organización.
-¿Cuánto dura el proceso?
-Un día, una semana, meses o un año. Depende de cada firma.
-¿La innovación y la creatividad vienen de la inspiración?
-Tienen un trabajo detrás. El 10% es inspiración y el 90%, transpiración.
-¿Cómo surgen las buenas ideas?
-De adentro de la organización y también de personas de afuera. Hay que cruzar disciplinas, industrias, departamentos... Hace falta una sana polinización.
-¿Cómo lograr que la innovación sea un proceso continuo?
-Son los directivos los que instalan esta cultura. Los procesos de innovación son exitosos cuando los primeros en comprometerse son quienes están en la dirección. Ellos promueven el modo de trabajar, el aire que se respira. Habilitan, invitan, contagian y promueven este espíritu en el largo plazo.
-¿Es lo mismo creatividad e innovación?
-La creatividad es la capacidad de producir ideas novedosas y útiles. Suele tener un paralelismo con la originalidad. La innovación es la capacidad de implementar exitosamente esas ideas.
-¿Qué ocurre con la visión, ese talento para ver más allá del presente?
-Las personas en las empresas muchas veces pierden la capacidad de detectar de manera temprana lo que va a suceder en el futuro. Para poder hacerlo hay que tener una mente muy clara y muy simple. Tenemos mucho que aprender de los antropólogos, que son personas que viven para mirar.
-¿Qué pasa con la innovación en tiempos como éste, más críticos por una coyuntura compleja?
-Hay gente que cree que potenciar la creatividad y la innovación es muy bueno, pero para épocas de vacas gordas. Es un error. Se está entendiendo que la creatividad y la innovación se aplican sólo al futuro, y no es así. Influyen sobre el presente. Es más, cuando no hay recursos se necesita aún más creatividad. Hay una creatividad de la expansión y otra de la supervivencia. Las dos son necesarias. Y en las crisis se arman sistemas originales que permiten salir de la crisis.
-¿Cómo se llevan adelante las relaciones humanas dentro de estos procesos de innovación?
-Es importante que el líder esté legitimado por su gente. Es un medio para la confianza.
-Vivimos este proceso de innovación en LA NACION, ¿cómo lo vio?
-Se vivió de una manera apasionada. Se vio una estructura más horizontal, con cross fertilización, es decir que todos podían sugerir ideas, dejar de pensar aisladamente en una sección y se cruzaron secciones para hablar sobre un determinado tema. Lo viví con algo de adrenalina porque no se sabe con certeza lo que va a ocurrir, la incertidumbre está presente y no hay que controlarla. Hay que soltar. Hubo muchas ideas, el desafío es implementarlas.
-¿Qué importancia tienen hoy las propuestas de los clientes?
-Alvin Toffler hablaba hace años de los productores y los consumidores, agregando un tercer grupo dentro del proceso productivo que son los prosumidores: los clientes pensando en ideas para la empresa.
-¿Qué sucede con la innovación y las pymes?
-Creo que las pymes a las que les va bien tienen un espíritu innovador aunque quizá no lo formalizan. Para esto hay que saber diferir el juicio o postergarlo, explorar el afuera incorporando miradas de otros, y luego bajar lo más interesante junto con el equipo interno.
-¿Cómo se distingue el comentario positivo del que no sirve para nada?
-El feedback positivo primero apunta a lo bueno, a construir, que es lo contrario de comentarios que vacían de energía a la persona o al grupo. La innovación es una frecuencia, una vibra.
-¿Un proceso creativo da una sensación de incomodidad?
-Sí, porque las personas se sienten vulnerables, por eso hay que esforzarse en no juzgar.



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