Como presidente, Sarmiento solía visitar
sorpresivamente los hospitales para ver cómo funcionaban y cómo atendían a la
gente. Un día, visitando el hospital psiquiátrico notó que un grupo de
internados charlaban en el patio. Se acercó a ellos y le dijo:
"¡Bienvenido! Yo sabía que el loco Sarmiento iba a terminar entre
nosotros!"
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