En este blog hemos tratado
el problema del fraude en las organizaciones, analizando esta problemática desde el
punto de vista de la dirección de la organización, tratando de dejar al
descubierto a los “empleados infieles”; pero ¿qué pasa, cuando es la alta
dirección de una empresa es la que incurre en un fraude; cuándo son los directivos los que buscan desde una
posición de privilegio eludir controles estatales y regulación legales en
función de su rentabilidad?.
Pareciera que no son
casos aislados, pero solo trascienden cuando el escándalo llega a la primera
plana de los diarios, cuando las cotizaciones de sus acciones se hunden, y cuando finalmente los directivos no tienen
otro camino que reconocer su accionar fraudulento.
Esto es lo que desde hace
una semana está pasando con la firma Volkswagen. La empresa habría alterado un software
para lograr que sus vehículos cumplieran con las pautas medioambientales de contaminación
aceptada, para sus vehículos diésel. Si bien la cifra que se
manejaba era de 482.000 unidades vendidas en los Estados Unidos, las maniobras
dolosas podrían alcanzar a los 11 millones de vehículos que la empresa produjo
en el mundo, entre el año 2009 lo que va de este año.
De acuerdo a lo que surge
de las crónicas periodísticas, la caída de las acciones en las distintas bolsas
del mundo inquieta a los directivos de la empresa:
El escándalo por el engaño masivo con el que Volkswagen (VW) trataba de evitar los límites a las emisiones contaminantes crece día a día. La empresa que en el primer trimestre del año vendió más de cinco millones de vehículos, cifra que le situó en el trono mundial, ha reconocido en un comunicado enviado el martes que el software con el que trataba de engañar a las autoridades medioambientales sobre las emisiones de sus coches diésel (…)
Las revelaciones de los últimos días ya han tenido sus primeras consecuencias económicas. Después de que VW se dejara el lunes en la Bolsa de Fráncfort un 18,6%, los títulos de la compañía perdían a mediodía del martes más del 20%. La compañía con sede en Wolfsburgo, cuya capitalización bursátil ascendía el viernes a 77.800 millones, ha perdido en solo dos días 26.450 millones. Además, acaba de anunciar la provisión de 6.500 millones de euros por las posibles pérdidas. Una cifra que parece optimista a la luz de las últimas revelaciones.
Con todo al descubierto, estas
son las declaraciones del jefe de
Volkswagen en Estados Unidos, Michael Horn, quien pidió disculpas
insistentemente y de forma expresiva por el escándalo:
"La hemos cagado por completo", dijo tras admitir el engaño: "Hemos sido deshonestos con la EPA [la agencia de protección medioambiental], hemos sido deshonestos con el consejo de la ARB [la agencia que se ocupa de la calidad del aire en California], hemos sido deshonestos con todos ustedes", señaló Michael Horn.
En un comunicado interno
la compañía reconoce que:
"Investigaciones internas muestran que el software estaba presente también en otros vehículos diésel del grupo", señala el comunicado de la compañía, dueña de otras marcas como Audi, Skoda, Seat o Porsche.
De acuerdo con lo que
trascendió en la prensa:
El sistema que Volkswagen implantó en sus vehículos era capaz de detectar el momento en que los coches estaban siendo sometidos a pruebas por parte de las autoridades. Este sistema espía llevaba un mecanismo interno de limitación de gases contaminantes que permitía al vehículo superar la prueba. Una vez terminada, el mecanismo se desactivaba y el vehículo liberaba al exterior gases contaminantes durante su uso cotidiano.
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