Hace
unos días me topé con un video que reproducida una escena de la película El
Manantial con Gary Cooper como protagonista, en esa escena se ponía de manifiesto
la integridad que el arquitecto Howard Roark quiere para su vida profesional.
La
película “El Manantial” es una adaptación a la novela homónima de Ayn Rand, cuya
reseña extrajimos del sitio Economía para Todos.
Leemos
en el artículo:
“El Manantial”, de Ayn Rand
Recientemente
editada en la Argentina por la editorial Grito Sagrado, esta obra de la
escritora Aynd Rand es un canto al individualismo y a la independencia de
ideas.
En cada
ocasión que es leída, “El Manantial” nos toca de una manera distinta y alimenta
el amor por la profesión o actividad elegida como pocos libros lo han hecho.
Esta obra admite varias lecturas y nunca será la misma novela porque tampoco lo
será el lector y su circunstancia. La tremenda trama captura y subyuga como
pocos libros lo hacen, impactando la capacidad de la autora para conectarse con
cada lector.
“El
Manantial” es una novela de unas 685 páginas, dividida en cuatro partes. En
ella la autora nos narra la vida de un arquitecto que se llama Howard Roark. En
su trama relata el desarrollo de la vida de este arquitecto, desde sus épocas
de estudiante, a principios del siglo XX, describiendo a continuación su pasaje
por distintas oficinas de arquitectura donde realiza los trabajos más humildes,
lugares donde es subestimado, robado y criticado, hasta que decide
independizarse y montar su propio estudio profesional. Howard Roark, es un
arquitecto creador e imaginativo que está dispuesto a sacrificarlo todo con tal
de no plegarse a la voluntad o a los caprichos de los demás. Sabe lo que quiere
hacer y sólo hará aquello que él cree que debe hacer.
Roark
es un personaje ideal, inmerso en la pujante sociedad neoyorkina, completamente
convencido de la excelente calidad de su trabajo. Testarudo, individualista,
autosuficiente, vive completamente ajeno a intrigas, mezquindades y a la
codicia de los demás.
Durante
la historia Roark se topa con 3 hombres que intentan envolverlo en sus juegos:
Peter Keating, que sin ser demasiado tonto ni mala persona, empujado por su
irrefenable deseo de triunfar, se convierte en un absoluto y total
sinvergüenza; Ellsworth M. Toohey, un ser absolutamente repugnante que, cuando
tenía sólo 15 años y a través de una muy libre interpretación de la Biblia,
llegó a la conclusión de que la mejor forma de hacerse rico y obtener poder era
convertirse en coleccionista de almas; y Gail Wynand, poderoso editor y
director, entre otros, del periódico The New York Banner, criado en las calles
de Nueva York, autodidacta, que profesa un tremendo desprecio por sus
semejantes.
Como en
toda novela, no podía faltar el personaje femenino que despierta la pasión del
protagonista. Dominique Françon es esa heroína, nacida para ser la compañera
perfecta de Howard Roark.
“El
proceso de la razón debe ser ejecutado por cada hombre en soledad\», son palabras
que Roark pronuncia ante los tribunales que lo juzgan casi en el final de la
novela. Estas pocas palabras son una acabada muestra de lo que Ayn Rand
entiende por individualismo.
Sobre la autora
Ayn
Rand nació en 1905 en San Petesburgo. Su verdadero nombre era Alissa Rosenbaum.
era la mayor de los tres hijos de un matrimonio de comerciantes rusos que
perdieron sus bienes cuando, en febrero de 1917, la revolución bolchevique
ordenó la nacionalización de su pequeño comercio.
En
1921, Alissa estudió Filosofía e Historia en la Universidad de su ciudad natal,
ya convertida en Leningrado. Guardó durante toda su juventud el deseo de salir
de Rusia. En los finales de 1925 consiguió un permiso para visitar a unos
familiares en Francia, país que abandonó subrepticiamente para viajar a los
Estados Unidos. El 26 de enero de 1926 con su flamante título universitario y
no más de 50 dólares en el bolsillo abandonó para siempre a su país y a su
familia.
Al
llegar a los Estados Unidos, por un corto período residió en la casa de unos
parientes que vivían en Chicago. Fascinada por el cine, Ayn Rand -todavía
conocida como Alissa Rosenbaum-, se trasladó a Los Ángeles con la intención de
trabajar como guionista de películas. Cecil B. De Mille le ofreció un primer
trabajo como extra cinematográfica y más tarde fue contratada como lectora de
guiones. En el rodaje de “Rey de Reyes” conoció a Frank O’Connor, con quien se
casó el 15 de abril de 1929 e inició un matrimonio que llegó a superar los 50
años de convivencia hasta la muerte de Frank.
Su
defensa radical del “egoísmo racional”, opuesto a la irracionalidad de
cualquier altruismo, y la del capitalismo libertario como único medio de lograr
el solo objetivo posible de la vida humana, que es la felicidad individual, le
llevaron a distanciarse de los grandes grupos políticos y de las corrientes
contraculturales e irracionalistas, presuntamente libertarias, de los años 60 y
70.
Fumadora
impenitente, como muchos de sus personajes, falleció de una enfermedad pulmonar
en Nueva York, el 6 de marzo de 1982 a los 77 años de edad. Su legado, de gran
influencia en el pensamiento liberal norteamericano, ha venido siendo difundido
y reivindicado por varias organizaciones, entre ellas el Ayn Rand Institute. Su
obra se sigue reeditando con éxito, hasta tal punto que figura todavía en las
listas de libros más vendidos.
Sobre la obra
En
1935, Rand comenzó a escribir “The Fountainhead” (“El Manantial”), para el que
se documentó en el estudio del arquitecto de origen estonio Louis Isadore Kahn.
La novela fue rechazada por doce editoriales. Hoy, se la reconoce como un canto
al individualismo y a la independencia. Fue publicada por fin en 1943, fue
reconocida con el premio a la dignidad profesional y, casi sin publicidad, se
convirtió hasta nuestros días en uno de los grandes bestsellers del siglo XX.
La
Warner Brothers, utilizando parte de la trama de la novela, hizo una película
que se estrenó en 1949, también titulada “El manantial”, con Gary Cooper como
protagonista, y en la que también participaron Patricia Neal, Raymond Massey,
Kent Smith, Robert Douglas y Henry Dull. Lo curioso del film, dirigido por King
Vidor, es que quien define la personalidad del protagonista Howard Roark es la
sombra del arquitecto americano Frank Lloyd Wright. Muchos de los esquemas y
proyectos que se muestran en la película son obra del célebre Wright. (Fuente: Economía para Todos)
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