El presente es un
artículo publicado en el boletín digital de la Fundación de Banco Credicoop,
que es una organización sin fines de lucro, cuyo objetivo principal el de
promover el desarrollo de las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMEs) y el
incremento de su competitividad. El autor, Dr. Eduardo Rainieri es docente
universitario y consultor de la Fundación.
Las PyMEs y el famoso "SIGA SIGA..."
Hay una frase que
nació a partir de un conocido árbitro de futbol (y que luego el periodismo
deportivo popularizo): “SIGA SIGA”. La frase en realidad sintetizaba un estilo
de conducción, una manera de dirigir, algunos dirán más flexible o quizás más
permisiva, en que la aplicación del
reglamento se hacía con el objetivo de no “cortar” tanto el juego, que los
partidos fueran mas “abiertos”, con mayor continuidad en el juego, y que los árbitros no se transformaran en el
“actor principal” de la película (el partido de futbol) sino que fueran solo un
“actor secundario”, abonando el concepto que “un árbitro dirige muy bien cuando
pasa desapercibido en el partido”.
Pero la idea que da
origen a este articulo no es la de discutir la distinta manera de conducir de
los árbitros, sino recrear el famoso concepto del “SIGA SIGA”, que, con efectos
más perjudiciales, muchas veces percibí,
y sigo percibiendo, en mi extensa trayectoria de capacitación y asistencia
técnica a las PyMEs.
Uds. se preguntaran:
que tiene que ver este concepto? Como se vincula a las PyMEs?
Compartiré con Uds.
algunos ejemplos que permitirán explicar la relación entre la famosa frase y el
accionar de las PyMEs, en lo que respecta a la toma de sus decisiones empresarias.
En varias
oportunidades he escuchado de los empresarios decir que ha efectuado la compra
de un equipo, la remodelación de su planta o taller o el cambio de sus procesos
productivos, sin más argumentos que el simple convencimiento que dicha decisión
era necesaria, en muchos casos quizás siguiendo solamente su intuición. Es
decir que, a pesar que lo recomendable hubiera sido evaluar dichas decisiones
como verdaderos proyectos, definiendo inversiones, ingresos y gastos asociados,
determinando su periodo de repago y su viabilidad económica, apoyándose en
metodologías y herramientas tantas veces difundidas en distintas actividades de
capacitación y asistencia técnica, en la práctica muchas PyMEs terminan
aplicando el mencionado concepto del “SIGA SIGA”, porque resulta mucho más
rápido y practico continuar haciendo las cosas “como las hicimos siempre”, ya
que hasta ahora nos han dado resultados.
En otras ocasiones lo
escuchado se relaciona con haber incursionado en el lanzamiento de nuevos
productos y servicios al mercado, quizás reformulando los actuales, sin más
argumentos que la convicción de contar con muy buenos productos y servicios. Convicción
que, algunas veces, dista bastante de convertirse en una certeza ya que quizás
sus clientes no valoren o descubran las características o atributos que los
empresarios consideran como seguros para concretar el éxito. Es decir, una vez más,
el concepto del “SIGA SIGA” amparado en el facilismo que “las PyMEs no contamos
con los recursos humanos, financieros y materiales de las grandes empresas para
realizar costosas investigaciones de mercado o evaluaciones muy sofisticadas”,
cuando en realidad muchas veces la decisión puede evaluarse considerando
simplemente información que la empresa dispone o puede elaborar, siguiendo un
esquema lógico de “costo-beneficio”.
También es usual
escuchar que en épocas de graves restricciones financieras, de severas
dificultades para el financiamiento, las empresas equilibren su situación de
caja disminuyendo, de manera global, el ritmo de compra de sus materias primas
e insumos y también de los volúmenes de producción. Este “oxigeno” tiene una
duración limitada y un efecto “por única vez” ya que su consecuencia práctica
es la reducción global del Capital de Trabajo, regulando niveles de stocks de
materias primas y productos terminados. Ahora cuando la decisión no se toma en
el marco de un planeamiento integrado y detallado de “ventas – producción –
inventarios”, los resultados pueden tener efectos no deseados tales como la
ruptura de stocks y la pérdida concreta de ventas. Es decir no recortamos solo
“grasa” sino también “musculo” operacional. En síntesis otro claro ejemplo del
“SIGA SIGA” tomando decisiones intuitivas, “a 10.000 metros de altura” pero
cuyos efectos colaterales pueden ser muy distintos a cuando “volamos a 200
metros del suelo”.
La reflexión más
importante que surge de este análisis, es compartir con Uds. la necesidad de
encauzar el proceso decisorio del empresario PyME bajo una estructura
metodológica diferente, que permita un análisis racional, considerando
escenarios alternativos, los “pros” y “contras” de cada decisión, evaluando los impactos que producirán.
Seguir operando bajo el concepto del “SIGA
SIGA” puede comprometer seriamente la supervivencia y crecimiento empresario.
Cambiar el enfoque y la metodología para tomar sus decisiones dependerá de la
elección de cada empresario.
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