jueves, 5 de diciembre de 2024

CEOs y Gerentes: Christian Dedeu de Holcim

Hoy presentamos a Christian Dedeu, CEO de Holcim Argentina, publicado en el diario La Voz del Interior, leemos en el artículo

El economista que convirtió la histórica cementera en un holding de los materiales

Cuando entró a Holcim Argentina, le dijeron: “Acá son todos ingenieros, probablemente no progreses mucho”. Actualmente es el CEO y lo está transformando en proveedor de distintos insumos de la construcción.

Cuando estudiaba Ciencias Económicas en la Universidad del Salvador, aquel joven Christian Dedeu, nacido en el porteño barrio de Belgrano, soñaba con ser parte de una gran compañía. Lo que no se esperaba era quedar ligado profundamente a la tierra.

Cuando entró a Holcim Argentina, no le auguraron mucho futuro por su condición de economista, en una empresa repleta de ingenieros. Hoy es el CEO de Holcim Argentina, que se quedó con una parte de la historia de Córdoba al comprar Minetti, para convertirse en uno de los grandes productores de cemento y de otros rubros de los materiales para la construcción.

Además, su “cable a tierra” son los caballos y las actividades rurales en un campo que tiene en Santa Rosa de Calamuchita

¿Cómo fue tu llegada a Holcim?

Comencé 16 años atrás. Nací en la Ciudad de Buenos Aires (Caba), en Belgrano, pero llevo 20 años fuera de la Capital. Estudié Ciencias Económicas en la Universidad del Salvador y tengo un máster en el IAE Business School (Universidad Austral). Viví en Mar del Plata, Costa Rica, ahora en Córdoba y quién sabe dónde en el futuro, la vida de los CEO es como la de los diplomáticos. Inicié mi carrera en Exxon Argentina, en el área comercial, manejando las redes de estaciones de servicio. Por eso me llamó Holcim Argentina.

¿Por qué?

Porque Holcim quería desarrollar la red de franquicias, que es la actual Disensa, y buscaba gente que tuviera expertise en el manejo de redes. Estuve cerca de tres años, primero en Buenos Aires; después, durante un año, en un proyecto en toda Latinoamérica. Pasé por Costa Rica, donde estuve siete años en diferentes posiciones comerciales, hasta que tomé la dirección comercial de Centroamérica, sumando El Salvador y Nicaragua. A la Argentina volví hace seis años, nueve meses como director comercial y cinco años como CEO. Me acuerdo de que cuando entré a Holcim, alguien me dijo: “Vos sos economista, y acá son todos ingenieros, probablemente no progreses mucho”.

Bueno, le faltó visión.

No, Holcim tenía un perfil muy industrial. En los últimos 10 años, hizo un cambio sustancial y empezó a orientarse al mercado, a los negocios. Tiene 110 años a nivel global y 90 años en Argentina.

Pero antes hubo otro cambio: Holcim compró a Minetti, una empresa que es parte de la historia de Córdoba. ¿Costó mucho dejar la marca Minetti?

Supongo que la decisión de dejar la marca Minetti habría sido tomada desde el inicio (Holcim compró Minetti en 1998 y Corcemar en 1999), con la idea de ir con la marca global, porque responde a un contexto económico en el que las empresas son globalizadas o trabajan en un contexto globalizado. Este cambio fue pensado como una estrategia planificada; de hecho, este cambio llevó una década (en 2011 Holcim marcó el final de la marca Minetti). Argentina era el único de todos los países donde estaba en ese entonces que no llevaba la marca Holcim, a pesar de que salió de Europa y creció comprando empresas y cambiando los nombres.

¿Por qué no lo hizo desde un primer momento?

El arraigo a la marca Minetti era muy fuerte, no nos costó mucho tomar la decisión de salir de esta marca que era muy reconocida y con una trayectoria enorme, no solo en Córdoba, sino también en todo el país. Había que pasar a una marca desconocida en Argentina que, por el nombre, no te dice tanto.

¿Qué hicieron?

Una buena campaña de comunicación y de integración. Los resultados fueron muy buenos desde el punto de vista de mercado. Holcim es uno de los grupos más grandes de la provisión de materiales de construcción a nivel global, y eso te da un respaldo y una trayectoria importante. Actualmente está en 50 países; en la industria del cemento, es la más grande del mundo. En Latinoamérica estamos en 10 países desde las últimas semanas, porque ingresamos en Perú, donde se compraron dos empresas. Y sigue creciendo…

¿De qué manera?

A través de la diversificación de su cartera de productos. Pasamos de nuestro negocio tradicional, que es el hormigón, el agregado pétreo y el cemento, a entrar en nuevos rubros, como los morteros, pegamentos, aditivos, pinturas, membranas impermeabilizantes, prefabricados, bloques. En los últimos tres años, hemos pasado de una cartera de 15 a más de 200 productos.

¿Con qué objetivo?

Convertir a Holcim en un gran proveedor de soluciones integrales para la construcción. Tanto con nuestros productos como también con el servicio de Disensa, que tiene 540 puntos de venta en el país, con todos los insumos para la construcción. Tenemos un plan de adquisiciones que va a seguir adelante; de todas maneras, con los productos Holcim ya se puede hacer por lo menos la cáscara de una casa, las losas, los techos, las paredes y pintarla.

¿Quieren diversificar riesgos, ampliar mercados?

Pasa que, con la trayectoria y la imagen de Holcim, nos pedían más productos. De los cerca de 500 productos que vende un corralón, nosotros abastecíamos cinco o seis; entonces teniendo un canal de ventas como Disensa, tiene mucha lógica abastecer los demás productos. Lo primero fueron los morteros; después pintura e impermeabilizantes, con la adquisición de Quimexur, a lo cual le agregamos aditivos; este año, con la compra de Tensolite, agregamos premoldeados, y prefabricados, ladrillos de hormigón, viguetas y tejas. La idea final es poder proveer los insumos para construir la casa completa.

¿Qué otros rubros les interesa sumar?

Por ahora es confidencial. Pero todavía nos quedan algunas categorías de materiales donde queremos entrar, una complementación de construcción húmeda y seca.

¿Dónde tienen plantas?

Tenemos producción de cemento en Córdoba (Malagueño), Mendoza y Jujuy. Plantas de hormigón móviles en Córdoba, Mendoza y Corrientes. Después sumamos las plantas de Tensolite en Tucumán y en Río Segundo, y la de Quimexur en Mi Granja (Córdoba). También está la planta de Geoclycle, dedicada a la economía circular. La idea es fortalecernos en las zonas geográficas donde ya estamos; por eso se hicieron adquisiciones en la zona centro del país.

¿Y la otra mitad del país, Buenos Aires?

La otra gran apuesta es poner un pie más fuerte en Buenos Aires, que representa el 50% del mercado de la construcción del país. Hay que entrar con todos los productos. Tenemos nuestro predio en Buenos Aires (ahí no tiene horno de cemento). Actualmente, Holcim tiene el 33% del mercado a nivel nacional. En casi todos los mercados en el mundo somos líderes, y es lo que buscamos también en Argentina.

Y con Disensa, ¿cuál es el plan?

El plan es llegar a mil puntos de venta en dos años. El crecimiento a nivel de capacidad de producción y de nuevos negocios hacen que la red tenga que ampliarse para absorber todo ese crecimiento. La idea es sumar corralones, actualmente son todos de terceros, pero no descartamos abrir puntos de venta propios.

¿Por ejemplo, en Buenos Aires?

Sí. Ya tenemos locales en Buenos Aires. Pero el tamaño del mercado todavía da oportunidades para seguir creciendo. Por eso, tal vez tengamos algunos lugares propios.

Este primer semestre del año fue muy complicado para la construcción. ¿Cómo sigue en el segundo semestre?

Ha sido complejo. La industria del cemento en Argentina lleva una caída acumulada de casi 30% de los primeros siete meses, con picos de caída del 42%, por ejemplo, en marzo o en abril. Lo que vimos en julio y en agosto es que la caída se detuvo. Creemos que muy lentamente habrá alguna reactivación, cerrando el año, caídas más cercanas al 20%, que sigue siendo una caída muy grande, pero menor a lo que a lo que registraba al principio del año, traccionado por la construcción privada.

Aparece una cuestión más de recomposición macroeconómica, de una estabilidad que hará que la gente tenga más confianza. El crédito va a ayudar, puede ser una excelente herramienta. Después también puede ayudar el blanqueo. La construcción pública está en un nivel muy bajo, con casi todos los proyectos parados.

Por otro lado, Holcim avanzó en políticas de sustentabilidad y economía circular, ¿no?

Sí. Geocycle (una de sus empresas, que procesa residuos secos para utilizarlos en la elaboración de cemento) tiene un potencial de crecimiento enorme. Con el procesamiento de los residuos domiciliarios e industriales, en una fábrica como esta (la de Malagueño) estamos reemplazando el 25% del combustible fósil. Todavía la posibilidad para crecer es bastante amplia. Estamos hablando de 25 mil toneladas menos de CO2 (dióxido de carbono), que equivalen a 11 mil hectáreas de bosque, la ciudad de Córdoba completa.

¿Qué hace falta para seguir creciendo?

Debe estar acompañada por la reglamentación pública; en algunos lugares, como en Córdoba, esto existe. Pero en otras provincias todavía no. Además de la planta en Malagueño, tenemos en Piedra Blanca dos líneas de separación de residuos; todo lo que antes se enterraba hoy se separa entre orgánico e inorgánico. Lo orgánico se entierra y lo inorgánico lo separamos, una parte para reemplazar combustible fósil en nuestros hornos; y, por otro lado, las cenizas y los residuos de ese procesamiento pasan a formar parte del cemento. Tiene un impacto doble en materia de sustentabilidad.

¿Qué hacen con el plástico?

En Geocycle lo separamos y mandamos a reciclado. Tenemos un acuerdo con Coca Cola Andina, que utiliza el plástico reciclado. Donde hay una planta de cemento, hay una planta de Geocycle integrada, tanto en Jujuy como en Mendoza. Lo que pasa es que Córdoba aporta la mitad de la producción que vendemos en Argentina. También estamos procesando neumáticos fuera de uso, gracias a convenios con 200 municipios. Ahora, estamos viendo la posibilidad de ampliar la línea de residuos domiciliarios, para lo cual estamos trabajando con Carlos Paz y Malagueño.

También tienen objetivos de bajar emisiones, ¿no?

El crecimiento más importante va a venir por los productos no tradicionales en un marco sustentable. Es la única empresa del sector que tiene certificado ambiental en sus productos, sabemos cuánto produce de CO2 desde el inicio hasta el final. Nuestra visión es ser Net Zero para 2040 a nivel grupo, llegar a no emitir nada, y estamos trabajando en esa línea. En los próximos cinco años, veo a Holcim construyendo un progreso para las personas y el planeta con sustentabilidad y acompañamiento a las personas. Para 2030, el objetivo en Argentina es reducir las emisiones a la mitad. Hoy estamos por encima del objetivo para este año, pero todavía a mitad de camino.

 


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