El siguiente es un artículo publicado en el diario
El País de España y reproducido por el diario La Nación, donde se analizan las
competencias que a futuro se le exigirán a los profesionales para mantener su
trabajo, en las distintas organizaciones.
Leemos en el artículo:
El ejecutivo del futuro. Las nuevas competencias
para no ser un próximo desocupado
Diario El País
Más allá del dominio de idiomas, las empresas
demandan una serie de habilidades que determinarán el éxito o el fracaso de un
profesional
La globalización ha traído una verdad que ya casi
nadie cuestiona: el mercado de trabajo es, ahora mismo, internacional, y sus
tentáculos llegan a todas partes. A las tradicionales carreras con un enfoque
transnacional (profesionales de los negocios, la salud o el derecho ), se unen
multitud de perfiles como profesores, programadores o especialistas en
marketing o diseño web. "Toda actividad profesional se abre a la
posibilidad de una relación internacional o a brindar opciones de trabajo en
terceros países: el comercio en la red, la rama biosanitaria, las profesiones
liberales, las comunicaciones..." afirma Dámaso López, vicerrector de
Relaciones Internacionales y Cooperación de la Universidad Complutense de
Madrid (UCM).
"No hay una que sea la más demandada. En un
momento determinado pueden reclamarnos médicos, enfermeros o profesorado. Son
oportunidades que crea el mercado laboral, pero pueden desaparecer y aparecer
otras". Pero trabajar en un entorno internacional no significa
necesariamente tener que hacerlo en el extranjero: basta con hacerlo en una
empresa con relaciones laborales con otros países, un departamento de expansión
o una multinacional. De una u otra manera, los candidatos deben reunir una
serie de competencias que resultan especialmente relevantes.
Más allá de los conocimientos puramente técnicos,
que se suponen adquiridos en la universidad, Formación Profesional o el mismo
mercado laboral, destacan la importancia de los idiomas y el dominio de un
conjunto de habilidades transversales que pueden marcar la diferencia entre el
éxito y el fracaso: son las llamadas soft skills (habilidades blandas),
relacionadas con nuestra capacidad para relacionarnos con los demás y muy
demandadas en cualquier ámbito profesional (y aún más en un entorno
multicultural).
Tener un buen nivel de inglés puede contribuir a
que nuestra carrera profesional progrese más rápidamente. Así lo admiten más de
la mitad de los directivos que participaron en el estudio Inglés en el trabajo:
un análisis global de las habilidades del inglés en el mundo laboral, realizado
por Cambridge Assessment English y la consultora QS. Un porcentaje que, en
España, se sitúa en el 19% de los empleadores. "La globalización en el
mundo de los negocios no solo implica a las multinacionales, sino también a
cualquier pyme que quiera acceder a mercados exteriores. El conocimiento de
idiomas, con el inglés a la cabeza, es muy importante como puerta de entrada al
mundo laboral", sostiene David Bradshaw, responsable de servicios de
evaluación de Cambridge Assessment English para España y Portugal. Una
habilidad que se puede atestiguar con certificados como el First, Proficiency o
TOEFL.
El inglés importa, pero no es la única lengua que
conviene conocer. También el español e incluso el chino, que se está abriendo
paso de forma relevante en algunos mercados.
"En los países donde China ha prestado dinero,
sobre todo en Latinoamérica y África, ellos han llegado con sus productos y
servicios, imponiéndose en precio y cada vez más en calidad a sus competidores
norteamericanos y europeos", afirma Octavio Rojas, fundador de la agencia
de comunicación TúaTú y profesor en la escuela de marketing y negocios ESIC, en
Madrid. Además, "las empresas ascienden rápidamente a los empleados que
hablan chino, mientras que los demás van a otro ritmo. En España, tengo alumnos
de ascendencia china que han entrado en Huawei, y han ascendido rápido dentro
de la compañía porque hablan el idioma, conocen la cultura y comparten una
serie de valores como el trabajo duro y la familia".
¿Puede ser demasiado tarde para aprender un idioma?
Para Bradshaw, lo primero que hay que hacer "es desterrar el mito de que,
a partir de los 40 o los 50, es imposible aprender idiomas. Se puede hacer a
cualquier edad invirtiendo tiempo y con una buena motivación". La
constancia será fundamental, teniendo en cuenta que hoy en día el aprendizaje
de los idiomas ha evolucionado mucho y prioriza las habilidades comunicativas.
Además de los certificados tradicionales, existen otros específicos para
determinadas carreras, como el OET (Occupational English Test), diseñado
especialmente para profesionales de la salud.
Para Carolina Fernández, directora de Recursos
Humanos de Telecoming, una empresa dedicada a desarrollar tecnología para
monetizar servicios digitales, "la empatía nos permite eliminar cualquier
barrera cultural para centrarse exclusivamente en el profesional o la persona,
y agiliza los procesos de trabajo, evitando cuestionar ideas y entendiendo el
porqué de las decisiones". Además, cada país tiene una idiosincrasia
distinta: el que un producto o servicio haya funcionado en un lugar, no
significa que tenga que hacerlo en el resto.
Es importante conocer las propias capacidades y
tener lista una estrategia para enfrentarte a las distintas situaciones que
pueden darse en un contexto internacional: si no te entienden, por ejemplo,
acudir a otro idioma o ser más visual. "A lo mejor, otros no ven las cosas
de la misma manera, por lo que tengo que adaptar mi discurso de manera que los
demás me puedan entender", dice Alberto Martínez, director académico de
ESCP Business School.
Entorno internacional
Hablar dos o tres idiomas ayuda (y mucho), pero moverse
con naturalidad en un entorno internacional resulta igualmente fundamental.
Algo que conviene cultivar desde la época formativa. Cursar parte de los
estudios en otros países hará que la experiencia de ese estudiante "sea
mucho más rica, y le ayudará a ser más flexible en sus relaciones con su medio
laboral y lo preparará para aceptar mejor los cambios y las novedades",
asegura López, vicerrector de la UCM.
Una vivencia internacional que puede ocupar un
semestre, un curso entero o incluso alguno más, como los estudiantes del
Bachelor in Management de ESCP Europe: los más de 130 alumnos que lo están
cursando pasaron por un primer año en Londres o París, completarán el segundo
en Madrid, París o Turín y harán el tercero en la capital francesa o la alemana.
"Facilitar a los alumnos que se muevan de manera constante en estos
entornos los prepara para poner en práctica sus conocimientos y habilidades, y
les permite hacer networking", explica Martínez.
Y una cosa más: no importa donde se resida, no hay
que dejar de exponerte al idioma tanto como sea posible, buscando oportunidades
para hacer intercambios de conversación con estudiantes de otras
nacionalidades. "Esa mayor conciencia de lo que tienen otras culturas te
enriquece y hace que, al final, estés desarrollando competencias que te
permitan moverte por un entorno internacional de forma efectiva", añade.
Trabajo en equipo
Trabajar en un contexto internacional es el mejor
ejemplo de que cada miembro de un equipo tiene un bagaje cultural y profesional
diferente. "Esas diferencias constituyen una riqueza de valor incalculable
para una compañía, ya que personas que ven el mundo de forma distinta
encontrarán soluciones diferentes a un mismo problema. La tolerancia, la
capacidad de adaptación y la apertura de mente son necesarias para convertir
esas diferencias internacionales en un activo de gran valor", asegura
Fernández.
Hay que recordar, además, que la vida no se termina
cuando acaba la jornada laboral. Si se trabaja en otro país, lo mejor es
integrarse a la cultura local, experimentarla y disfrutarla. "Después de
trabajar ocho horas, es importante apreciar el entorno, las costumbres, el
clima o el ocio, para que la vida, en sus 365 grados, sea lo más enriquecedora
para el profesional, su familia y el proyecto en el que esté inmerso",
cuenta Xavier Núñez, director de la escuela superior de informática Epitech. Y
Rojas añade: "Ser feliz es ser productivo, y eso le compensa a la
empresa".
En cada región existen unas leyes y procesos
regulatorios distintos. El principal error que se comete "es extrapolar
los procesos y regulaciones del país de origen al resto. Por ejemplo, las leyes
de patentes o de procesos de registro pueden ser muy variables entre
países", cuenta Pau Forner, licenciado en Biotecnología, profesor de
marketing digital y creador del blog español Una vida online.
El dominio de las herramientas tecnológicas para
trabajar en remoto y gestionar equipos resulta también esencial en este ámbito.
Como a menudo es necesario realizar videoconferencias entre varios asistentes e
incluso entre zonas horarias dispares, conviene manejar bien programas como
Skype, Loom o Trello. Y ante todo, no hay que olvidar que la disponibilidad
puede marcar la diferencia: con clientes en diferentes husos horarios, es
necesario hacer un esfuerzo para atenderles según sus necesidades.
Páginas consultadas:
Enlaces relacionados:
https://274sanievas.blogspot.com/2019/09/para-reflexionar-empleo-futuro.html
https://274sanievas.blogspot.com/2019/07/huellas-cinco-perfiles-de-futuros.html
https://274sanievas.blogspot.com/2019/03/huellas-algunas-reflexiones-sobre-el.html
https://274sanievas.blogspot.com/2019/03/huellas-el-trabajo-del-futuro.html
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