Algunas
reflexiones que surgieron a partir de la reproducción del artículo de la periodista Silvina Stang, sobre el Trabajo del Futuro, donde se expone la preocupación existente sobre la implicancia que las nuevas tecnologías tieene en las demandas laborales a futuro.
En este sentidoo, en
el artículo publicado en el diario Página 12, El trabajo y las nuevas tecnologías, nos expones una serie de ideas que tratan de dilucidar la nueva
perspectiva laboral que se va a presentar en un futuro cercano, leemos en la
nota:
El avance de las nuevas tecnologías abre camino al fantasma bien real de la pérdida de puestos de trabajos. (…)
“Dos millones de conductores de camiones, en Estados Unidos, perderán sus trabajos con la aparición de los camiones conducidos a control remoto”, dice David Orban a PáginaI12. Orban es uno de los expertos internacionales convocados por los organizadores, profesor adjunto en la LUISS Business School en Roma, presidente de Network Society Ventures y de Singularity University de Italia.
Orban sostiene que la tecnología acompañó al ser humano desde siempre, pero los avances que hasta hace unas décadas se iniciaban con una generación y sus resultados recién se visualizaban dos o tres generaciones más tarde, “ahora las investigaciones y los desarrollos se completan en una sola generación, la misma generación ve el cambio. Antes esto no pasaba”. Y obliga a “una sobreadaptación”. “Decirles a los 2 millones de camioneros que se quedaron sin trabajo que ahora sean web-designers no sirve. Los individuos, las empresas, las sociedades, son empujadas a los límites de la adaptación al cambio y no siempre se puede.” Orban sostiene que “el Contrato Social que antes determinaba que una persona con trabajo vale y una sin trabajo no vale, no sirve más. Necesitamos una conversación amplia y profunda para generar un nuevo Contrato Social”.
Daniel Susskind es investigador del impacto de la tecnología, particularmente de la inteligencia artificial, en el trabajo y la sociedad. Es investigador y profesor de la Universidad de Oxford, coautor del libro El futuro de las profesiones y fue asesor del gobierno británico. Susskind está convencido de que el desafío en la actualidad no es si habrá trabajo o no, sino cómo lograr la adquisición de nuevas habilidades. Detalló a este diario los tres puntos que él considera críticos en la cuestión, que son el desfasaje de habilidades (cómo preparar en nuevas habilidades), el desfasaje geográfico (las habilidades con que se cuentan se requieren en otro punto del planeta) y el desfasaje identitario (la escasa atracción que genera una actividad que se supone de un ámbito totalmente ajeno). “La más impactante es la primera, las dificultades en aprender los nuevos mecanismos.
Por
su parte, la Cámara Argentina de Comercio y Servicios, en su documento Los Empleos del Futuro, nos señala:
AutomatizaciónEl progreso cada vez más veloz de los conocimientos tecnológicos tendrá un profundo impacto en las poblaciones y economías de todo el mundo. Por un lado, significará un beneficio para la sociedad, reemplazando trabajo físico por trabajo mecánico. En 1930 Keynes había afirmado (en “Las posibilidades económicas de nuestros nietos”) que en los próximos 100 años la sociedad eliminaría la necesidad de trabajar para crear bienes. En el contexto actual, la automatización de los trabajos significará que los oficios más rutinarios o que implican el empleo de la fuerza, sean gradualmente sustituidos por el uso de maquinaria. Esta llamada “cuarta Revolución Industrial” permite imaginar una trayectoria similar a las ya transcurridas: el menor costo relativo de la nueva tecnología se traduciría en mayor productividad para las firmas, y por lo tanto mayores beneficios para las economías a nivel mundialSin embargo, no siempre la tecnología es bien recibida por la sociedad. El cambio tecnológico se ha vuelto determinante del futuro laboral de millones de trabajadores. La velocidad de estos avances implicará un fuerte impacto en el mercado laboral, eliminando puestos de empleos y generando nuevos. Ante cada cambio tecnológico que implique un reemplazo de la mano de obra, surge el temor entre la población ante la posibilidad de que las empresas reduzcan la demanda de empleo. Esto podría tener importantes consecuencias económicas negativas, incrementándose los niveles de desempleo y desigualdad. Una investigación de Frey y Osborne señala que el 47% del total del empleo en Estados Unidos está riesgo alto de ser computarizado en los próximos años. De todas formas existe una mirada más moderada: un informe de 2016 estima que sólo el 9% de los empleos de los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) son potencialmente automatizables.A pesar de estas diferencias en los resultados, ambos documentos coindicen en señalar que los empleos más amenazados por la automatización son aquellos que implican una baja o media capacitación. En sintonía, de acuerdo al ranking de ocupaciones según probabilidad de computarización de Frey y Osborne, los empleos con mayor posibilidad de ser reemplazados en los próximos años son aquellos que requieren trabajadores menos calificados. El cuadro N°1 ordena una selección de profesiones según su probabilidad de ser automatizados en los próximos diez o veinte años.
Cuadro N° 1 - Fuente: UEPE CAC en base a Frey & Osborne (2013) |
Páginas
consultadas:
No hay comentarios:
Publicar un comentario