El relato “Messi es un perro” fue escrito y publicado en
su blog en abril de 2012 y rápidamente se convirtió en todo un fenómeno. No era
para menos. Comparar a Messi con un perro causaba de entrada un poderoso efecto
sorpresa.
Se lo ve como en trance, hipnotizado; solamente desea la pelota
dentro del arco contrario, no le importa el deporte ni el resultado ni la
legislación. Hay que mirarle bien los ojos para comprender esto: los pone
estrábicos, como si le costara leer un subtítulo; enfoca el balón y no lo
pierde de vista ni aunque lo apuñalen.
Para que os situéis en el contexto de este
relato, comparto un fragmento de lo que se publicó sobre su éxito en el
suplemento Verne de el diario El País:
La historia de cómo Messi es un perro se convirtió en viral “es
absolutamente internet”, dice a Verne Casciari.
En junio de 2012 el actor, también argentino, Norberto
Jansenson leyó a cámara el cuento en un plano fijo de
once minutos que lleva medio millón de
reproducciones. Al año siguiente, alguien mezcló ese audio con
jugadas de Messi (otros 2,7 millones de
visitas). Después llegaron un sinfín de versiones, copias (esta, de más de 1,7 millones de reproducciones) y
remixes en varios idiomas. La última resurrección, hace apenas dos meses,
sucedió cuando el vídeo fue subido al Facebook de la web deportiva La Pelotona,
donde está a punto de alcanzar los 7,5 millones de reproducciones y
ha sido compartido más de 200.000 veces.
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