El
siguiente es un artículo publicado en el sitio MAPLE LEAF Human Resources Management:
Cuando
Leonardo da Vinci buscó trabajo
Consejos
para buscadores de trabajo – por Pablo Berman
Como
consultor en Recursos Humanos suelo indicar a los buscadores de trabajo sobre
la importancia de saber introducirse a un potencial empleador para su
consideración; una de las formas es redactar una muy buena introducción de sí
mismo y una de las más importantes vías es realizar una carta de presentación,
demostrando como uno puede ser útil a las empresas en las cuales se postula.
Y
cuando aprecio alguna duda de su parte, me amparo en la carta de presentación
que Leonardo da Vinci redactó al Duque de Milán, Ludovico Sforza en 1482.
Leonardo,
tras reconocer que en Florencia no conseguiría trabajo, busca contactarse con
Ludovico Sforza, hombre recio, enérgico e interesado principalmente en aspectos
militares, que procura convertir a Milán en una potencia militar por sobre el
resto de las otras ciudades italianas. Conociendo dicho interés Leonardo le
escribe una carta de presentación posicionándose como un ingeniero militar y,
por ende, adaptando la misma en base a las necesidades del noble italiano.
Ludovico Sforza - Duque de Milan |
En
resumen, lo que Leonardo ofrece, en extractos, consiste en lo siguiente:
“Muy
ilustre Señor, sé construir puentes extremadamente ligeros y fuertes, adaptados
para ser transportados más fácilmente, seguros e indestructibles por fuego y
batalla fáciles y cómodos de levantar y colocar. También tengo métodos de
quemar y destruir los puentes del enemigo. “
“Sé
construir morteros, convenientes y fáciles de llevar que pueden arrojar
pequeñas piedras que tienen un efecto parecido al de una tormenta, causando
gran terror al enemigo, en su gran detrimento y confusión”.
“Si la pelea debe estar en el mar, puedo
crear máquinas más eficientes para ataque y defensa; y recipientes que
resistirán el ataque de armas de fuego”
“Puedo hacer carros cubiertos, seguros e
inatacables, que, entrando en las filas del enemigo lo destrozarán, pudiendo
vuestra infantería seguir combatiendo ilesa y sin ningún obstáculo.”
“Donde la operación de bombardeo puede
fallar, puedo construir catapultas, trabucos y otras máquinas de maravillosa
eficacia y que no sean de uso común. De
acuerdo con la variedad de casos, puedo idear varios e infinitos medios de
ofensa y defensa”.
¡Qué
fantástica pieza de marketing personal! Ustedes podrán observar que la carta
fue pensada para ser leída por un amante de lo militar y convencer que es el
indicado para ser contratado. No hay grandes frases literarias ni complicadas
estructuras gramaticales.
Pero
no se queda solamente en eso, agrega “al pasar” un comentario sobre cómo puede
ser útil a Milán durante la paz”, como para poder agregar su intención final:
“En tiempos de paz, creo que puedo dar la
satisfacción perfecta y al igual que cualquier otro en la arquitectura y la composición
de edificios públicos y privados; y en guiar el agua de un lugar a otro. Puedo
realizar esculturas en mármol, bronce o arcilla, y también puedo pintar lo que
sea que se pueda hacer, así como cualquier otro, sea quien sea.”
Leonardo Da Vinci |
Reitero:
es digno de notar que Leonardo no menciona sus logros pasados, sino que se
atiene a explicarle al Duque como puede satisfacer sus necesidades y de la
ciudad.
Imagine
ser el Duque de Milán y recibir esta carta, que describe de forma vívida de
asedio y bombardeo que precisa. Puede
imaginar las escenas que pasaron por la cabeza del Duque mientras sostenía esta
carta en sus manos y leía las atrevidas declaraciones de capacidades de Leonardo
da Vinci. Se puede imaginar entusiasmo
de Ludovico y su tentación en conocerle para poder consolidar el dominio de la
Casa Sforza en Milán.
Y
aquí es donde quiero exhibir la intención de contarle esta historia: cuando
usted busca trabajo, en su carta de presentación como incluso en las
entrevistas, no se detenga a contar su historia laboral; busque explicar a su
posible empleador como su incorporación será beneficiosa, pues usted demuestra
conocer perfectamente cuales son las necesidades que la Empresa requiere y
precisa para esa posición.
Obviamente
la carta funcionó perfectamente: Leonardo da Vinci trabajó para el Duque y la
Casa Sforza durante 16 años como ingeniero militar y como artista. La obra más
importante encomendada por el mecenas fue “La última cena”.
La Última Cena |
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