Julio Cortázar (1914 – 1984) Escritor argentino que fue un renovador del género
narrativo, especialmente del cuento breve, tanto en la estructura como en el
uso del lenguaje. Aunque nació en Bruselas, vivió en París la mayor parte de su
vida -ciudad en la que murió- y en 1981 se nacionalizó francés, como protesta
ante la toma del poder de las diferentes juntas militares en Argentina, es un
autor argentino plenamente integrado en la literatura hispanoamericana. Nació
en Bruselas, pero sus padres se trasladaron pronto a Buenos Aires. Estudió en
la Escuela Normal de Profesores y fue profesor de Lengua y Literatura francesa
en varios institutos de la provincia de Buenos Aires, y más tarde en la
Universidad de Cuyo.
Instrucciones para subir una escalera (Historia de Cronopios y de Famas, 1962)
Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el
suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano
del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar
paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea
quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano
izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal
correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada
uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se sitúa un tanto
más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera,
ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o
pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso.
Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de
costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en
mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque
no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al
que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se
comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta
casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el
escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos
pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero
que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del
pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en
éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños
son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La
coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación.
Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie).
Llegado en esta forma al segundo peldaño, basta repetir
alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera.
Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su
sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso.
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