En el siguiente artículo publicado en el diario La Nación: Qué pueden aprender las empresas de la derrota argentina en el Mundial, el periodísta Andrés Hatum nos permite reflexionar y aprender de los errores que llevaron a la Selección Argentina despedirse del Mundial Rusia 2018 anticipadamente y no colmando las expectivas generadas.
Qué
pueden aprender las empresas de la derrota argentina en el Mundial
Perdimos
la posibilidad de avanzar en el Mundial, hay que esperar cuatro años más. La
sensación para un país fanático como es el nuestro no es más que un espanto
potenciado por la depresión de tener que esperar tanto tiempo para demostrar
que sí podemos ganar alguna vez. El momento del mundial de fútbol genera una
especie de parálisis en el tiempo donde todas las actividades se modifican y
aletargan para poder ver la televisión en la pantalla más grande posible.
Pero
la tristeza de haber perdido debería, al menos, permitirnos reflexionar sobre
los acontecimientos que nos llevaron a esa situación. El mundial y nuestra baja
performance, nos deja una clara enseñanza de management para el futuro.
La elección del líder
¿Era
Jorge Sampaoli el líder indicado para el equipo nacional? Pareciera que no, por
sus actitudes y por su incompetencia en aspectos tales como la planificación,
el aprendizaje y el trabajo con la diversidad. Estos temas fueron expuestos por
el director técnico como temas con los que no logra congeniar: odia la
planificación, le aburre leer y escribir, y prefiere trabajar con grupos
homogéneos antes que trabajar con la diversidad y la riqueza que la misma
implica.
Ahora
bien, ¿por qué elegir a alguien como Sampaoli entonces para dirigir al seleccionado?
Aquí cabe una responsabilidad de la AFA en la selección del líder: ¿Qué vieron?
¿Qué evaluaron? Cuando se elige a alguien para una responsabilidad tan
importante hay que tener en cuenta qué objetivos se persiguen, pero no solo de
corto plazo, sino construir un equipo sustentable en el mediano y largo plazo.
¿Tiene
el líder capacidad de generar un equipo sólido? ¿Puede motivar al equipo en
momentos de crisis? ¿Posee influencia necesaria para ganarse el respeto de los
miembros del equipo? La elección de Sampaoli pareciera no responder
afirmativamente ninguna de estas preguntas.
De
hecho, al inicio del Mundial las desavenencias del técnico con el equipo fueron
evidentes y dejaron al equipo argentino en la incertidumbre donde parecía más
un equipo que se autogestionaba que uno que tenía un director técnico a cargo.
Entonces, ¿Por qué fue elegido Sampaoli? Primera lección, seleccionar al líder
adecuado mirando no solamente el corto plazo, sino el largo también.
¿Estrellas o equipo?
Mirar
al Seleccionado Mayor es mirar un conjunto de estrellas, pero difícilmente se
pueda desprender que allí hay un equipo. Aquí hay una responsabilidad tanto del
entrenador en su selección de jugadores como de los mismos jugadores. Carencia
de liderazgo y motivación por parte del entrenador, y de compromiso de los
jugadores explica las falencias no solamente de un equipo de fútbol, sino de
cualquier equipo directivo en una empresa también.
En
las empresas, existe la idea de que, contratando a los mejores del mercado, se
lograría destrozar a la competencia. Y esto es porque los mejores ejecutivos
permitirían anticipar los cambios, adaptarse rápidamente y tomar decisiones
bajo un contexto de incertidumbre. El problema es que aunque esta idea es muy
popular, no funciona. Por el contrario, es un boomerang a la performance del
equipo.
Hay
un clásico artículo de Harvard "El alto riesgo de contratar
estrellas" de Grosysberg, Nanda y Nohria que es muy claro describiendo y
analizando qué es lo que sucede cuando una organización contrata súper
talentos. Lo que sucede es que los talentosos se parecen más a los cometas que
a estrellas. Los cometas terminan yéndose de las compañías por mejores
condiciones salariales y demuestran poco compromiso con el equipo. Además las
estrellas no logran extender sus resultados en toda la compañía.
De
hecho, el estudio de estos profesores de Harvard demuestra que al contratar
estrellas el rendimiento del equipo baja así como el funcionamiento del mismo.
Terminan sugiriendo que las organizaciones deberían hacer lo posible por
generar su propio talento y hacer todo lo posible para retener a las estrellas
que ellas mismas crean. Segunda lección, tener figuras maravillosas y de primer
nivel no garantiza la creación de un equipo de alta performance.
El líder que no es líder
Otra
cuestión crítica que el equipo mundialista nos deja como aprendizaje es coronar
como líder a quien no es o no quiere serlo. Messi es un gran jugador. Así
opinan todos los expertos de fútbol y aquellos fanáticos que se apasionan por
ese deporte. Sin embargo, no es alguien que desee ser líder y/o ejercer como
tal. El equipo argentino demostró, nuevamente, la relevancia de Mascherano a la
hora de resolver cuestiones que tienen que ver con la operatoria del equipo, la
negociación con el técnico y la motivación de sus colegas.
Muchas
empresas terminan colocando a sus talentos críticos, aquellos que son
especialistas en algún tema, en roles de responsabilidad directiva simplemente
porque son buenos en lo que hacen. Es la mejor forma de que esa persona se vaya
de la organización en poco tiempo. El talento crítico es muy respetado por sus
colaboradores y colegas por lo que es capaz de hacer técnicamente. Pero no nos
equivoquemos, no necesariamente son afectos a hacerse cargo del poder. Tercera
lección, diferenciar los talentos dentro de un equipo de alta performance.
Es
cierto, perder la posibilidad de coronarse campeón de fútbol en el Mundial es
algo espantoso para nuestra sociedad. Pero debería darnos la posibilidad de
reflexionar las cosas que podríamos hacer mejor.
Link de artículo:
No hay comentarios:
Publicar un comentario