A partir de hacerse conocida la obra pictórica de Florencio Molina Campos, el dibujante y empresario estadounidense Walt Disney toma contacto en el pintor con el fin de
conocerlo. Por ese entonces, Molina Campos, viaja a los Estados Unidos, contratado por la
revista Liberty, para hacer dibujos de su especialidad y una serie denominada
“Andanzas de un gaucho en Nueva York”.
Pero el encuentro se posterga, Walt Disney visita la Argentina y pretende lograr que Molina Campos trabaje para él y concurre su domicilio y se encuentra con Elvira, su esposa; donde le transmite su voluntad, queda todo arreglado y el empresario pide conocer el estudio del dibujante. El sábado
siguiente, Disney y su comitiva llegan en automóviles al rancho Los Estribos en Moreno allí se les ofrece un agasajo gauchesco: asado, empanadas, mate y se
baila folklore.
En 1942, el pintor Molina Campos es contratado por los estudios Walt
Disney como asesor técnico, para colaborar en los rodajes de varias películas, en principio tres. La historia cuenta que
llega con la primera película empezada, y que las imperfecciones con las que se
encuentra son tan grandes que trata de convencer a Disney de realizar grandes
cambios en la misma. La relación profesional empieza a resquebrajarse, pues no
son tenidas en cuentas algunas de sus ideas. Esto hace que se acorte el
proyecto y la presencia de Florencio Molina Campos en los estudios Disney.
El proyecto se circunscribe a dos pelìculas Saludos, amigos (1942), que recibió tres
nominaciones a los premios Oscar, y Los Tres Caballeros (1944), una
serie de cortos que incluyó El gauchito volador.
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