viernes, 23 de octubre de 2015

Para Reflexionar - Fábula

Cada día, una pequeña hormiga llega al trabajo muy temprano y sin pérdida de tiempo comenzaba sus tareas. Era sumamente productiva, eficiente y se la veía muy feliz con la actividad.

El Gerente, un león, siempre se sorprendía al verla trabajar sin supervisión. Entonces pensó: “si es capaz de producir así sin alguien que la controle, seguramente podrá hacer mucho más si tiente un supervisor”.

Dicho esto, buscó y reclutó a la langosta quien tenía una experiencia sumamente extensa como supervisor y era famosa por preparar y presentar excelentes reportes; quien como primera decisión instaló un reloj en el ingreso para controlar los horarios de llegada y salida de la hormiga. Necesitaba además una secretaria que lo ayudada a escribir sus informes. Así que decidió contratar a la araña para que además manejara los archivos y le realizará las llamadas telefónicas.

El león estaba encantado con los reportes que la langosta le enviaba y le pidió que produjera unos gráficos que mostraran los ratios de producción y un análisis de las tendencias de manera que pudiera utilizarlos para sus propias presentaciones ante el directorio.

La langosta entonces debió comprar una nueva computadora, una impresora láser además de contratar a la mosca para que se encargue de los reportes y el área de sistemas.

Mientras tanto, la hormiga que una vez había sido tan productiva y relajada, detestaba toda esa sobrecarga de papeles y reuniones interminables donde perdía la mayor parte de su tiempo; además de haber visto su espacio de trabajo reducida por la construcción de las oficinas de su supervisor y nuevos compañeros.

El león entonces llegó a la conclusión de que había llegado el momento de contratar alguien que se hiciera cargo del departamento donde la hormiga trabaja; debido al crecimiento y la cantidad de personas que trabajaba ahora allí. Quien ganó la posición fue la cigarra, como jefe de departamento cuya primera decisión consistió en cambiar la alfombra y conseguir una silla ergonométrica para su oficina. Necesitaba además una computadora y una asistente personal que trajo desde su antiguo lugar de trabajo para que lo ayudara con el  nuevo Plan de Gestión Presupuestario Estratégico de Control que había que desarrollar. 

El lugar donde trabaja la hormiga quedo asilado, ahora se la ve es triste en una oficina sin ventana, hacinada entre los muebles de archivo y la nueva fotocopiadora. Se la ve preocupada porque con tantos documentos para llenar, no le queda tiempo para realizar su trabajo.

Esta fue razón suficiente para que la cigarra convenciera al león de la necesidad de realizar una encuesta de clima interno. Y dado que el león había revisado los informes sobre el departamento donde la hormiga trabajaba, le fue fácil comprobar cómo en este último tiempo la productividad se había reducido notablemente.  Su decisión fue reclutar al búho, como asesor, para que realizara una auditoría operativa y le sugiriera las soluciones.

Después de tres meses, el búho presentó su reporte, con una contundente conclusión final: el departamento auditado presentaba un problemático exceso de personal.

La solución presentada y aceptada por el león fue la siguiente, despedir a la hormiga. La causa esgrimida fue: la baja en la productividad, falta de motivación, una actitud negativa frente a la superioridad y poca empatía con sus compañeros.



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