Una editorial independiente de
Argentina ha irrumpido en el mercado con un innovador concepto: un libro
impreso con tinta que desaparece.
'El libro que no puede esperar', es
una publicación de la casa independiente Eterna Cadencia, que llegó con el
proyecto como una forma de promover a jóvenes autores, a los cuales si la gente
no lee su primer lo libro, nunca van llegar a un segundo.
Los libros vienen sellados, y una vez
que se quita el envoltorio de plástico y las hojas tienen contacto con el aire,
la tinta comienza a 'envejecer'. A partir de ese momento, los lectores tienen
60 días para leerlo, ya que transcurrido ese lapso, el texto se desvanecerá.
El
texto precedente es la una noticia insólita, catalogada así por el portal MSN
Argentina: “Editan un libro que, sino se lee, se borra”, donde se plantea el
interrogante ¿Comprarían ustedes un libro con estas características?
Reflexionando
sobre el tema, no creo que prospere.
Sin
embargo, la idea me parece sumamente interesante a futuro. En general, según
los editores la práctica habitual de fotocopiar libros de texto, muy difundida entre nosotros, conspira con tener un desarrollo editorial que
garantice el acceso a bajos costos de dichos libros, lo que permitiría el pago
de regalías a los escritores (académicos), y que redundaría en una mayor oferta temática. Si
las editoriales publicaran a muy bajo costo los libros que caducan, esto
evitaría el fotocopiado de los mismos, transformando este proceso en el círculo
virtuoso que relate precedentemente. Como ventaja el alumno podría optar por
comprar libros perennes, aquellas materias y/o autores que considere
imprescindibles para su formación profesional o libros con fecha de vencimiento
para las otras materias.
El
único inconveniente, es la necesidad de aprobar la materia antes que
desaparezcan los contenidos.
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