Las guerras mienten, ninguna guerra tiene la honestidad de confesar, “yo mato para robar”. Las
guerras siempre invocan nobles motivos, matan en nombre de la paz, en
nombre de Dios, en nombre de la civilización, en nombre del progreso,
en nombre de la democracia. Y si por las dudas, tanta mentira no
alcanzara, ahí están los grandes medios de comunicación dispuestos a
inventar enemigos imaginarios para justificar la conversión del mundo en
un gran manicomio y, en un inmenso matadero. En Rey Lear, Shakespeare
había escrito que en este mundo los locos conducen a los ciegos, y
cuatro siglos después los amos del mundo son locos enamorados de la
muerte… Uno se pregunta, ¿hasta cuándo?, ¿hasta cuándo la paz
del mundo estará en manos de los que hacen el negocio de la guerra?,
¿hasta cuándo seguiremos creyendo que hemos nacido para el exterminio
mutuo, y que el exterminio mutuo es nuestro destino?, ¿hasta cuándo?
Eduardo Galeano
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