Nuestras facultades dibujadas en modo Bicentenario. La estudiante de Medicina Eugenia Ramírez Wierzbicki ilustró los edificios de nuestras unidades académicas. (Psicología y Sociales)
Nuestras facultades dibujadas en modo Bicentenario. La estudiante de Medicina Eugenia Ramírez Wierzbicki ilustró los edificios de nuestras unidades académicas. (Psicología y Sociales)
Presentamos un reportaje publicado en el diario El Cronista, leemos en el artículo:
Silvia Tenazinha: “La tecnología hace que las cosas sucedan”
En una entrevista con POST, la líder de Banca Comercial de Santander revela cómo es y se vive desde adentro el proceso de la transformación digital de Santander
Entender la tecnología en su máxima expresión, para luego aplicarla de forma correcta y útil. Los más de 20 años de experiencia en el sector, le permitieron a Silvia Tenazinha indagar, estudiar, aprender y aplicar la tecnología para el bien de los negocios y, sobre todo, de las personas.
Licenciada en Informática por la Universidad del Salvador y se especializó en diversos MBAs en el MIT y en Harvard, de Estados Unidos, en el IESE Business School, de España, y en la Universidad de Belgrano, de Argentina. Su experiencia trascendió en múltiples empresas vinculadas a la tecnología. Entre ellas, se destaca su presencia como Gerente Comercial de Región Sur en SAP S.A.; Gerente General para Oracle S.A.; y su última posición, antes de asumir en Santander, como Country Manager en Almundo.com.
Hoy, siendo líder de Banca Comercial de Santander, utiliza sus conocimientos y múltiples experiencias para liderar una transformación digital sin precedentes. Fomenta el desarrollo de tecnología para que sea esta la que esté a merced de los usuarios y no viceversa.
Después de trabajar en empresas como Oracle o SAP, ¿qué es la tecnología para vos?
Estudié tecnología, trabajé muchos años en consultoría y me especialicé en procesos de transformación. Pero, para mí la tecnología es el 'cómo' a la hora de transformar un modelo de negocio. La tecnología es la base para digitalizar procesos, para simplificar, para mejorar el servicio y lograr, en última instancia, que cada cliente se sienta único.
¿Cómo calificarías este proceso de transformación dentro de Santander?
Santander está haciendo un proceso acelerado. Se transforma de ser un banco súper tradicional, el más grande de Argentina, a una plataforma abierta de servicios financieros en donde diversifica la oferta y se apalanca en la tecnología para provocar nuevos negocios. Esto permite hacer cosas como tener un onboarding 100% digital o lanzar una moneda tokenizada digital para el Agro. Hoy, 30% de nuestras ventas se producen 100% online.
¿Qué provoca esta transformación: una demanda del usuario o una necesidad de cambiar para crecer y sobrevivir?
El consumidor siempre, siempre y siempre está tres pasos adelante que las organizaciones. Por ejemplo, si todos nos comunicamos por WhatsApp: ¿cómo no voy a poder hacer que mi ejecutivo me atienda por WhatsApp? El consumidor es el que 'tira de la piola' y obliga a todas las empresas a ser más ágiles.
Más allá de eso, existe el desafío de la inclusión financiera…
Exacto, separemos dos mundos. Uno es la usabilidad, que es a lo que nos referíamos recién. El otro es el tema de fondo de nuestra misión, el 'cómo podemos ayudarte a prosperar'. Ahí es donde tenemos que salir a capacitar, incluir, a acercar las sucursales y a generar servicios acordes a las necesidades. No es un slogan, todo tiene que estar dispuesto para cumplir esa misión: ayudar a las personas y empresas a prosperar.
¿Cómo influye la tecnología en una estructura que sigue siendo tradicional?
Todos queremos modernizarnos: nadie quiere pasarse la vida poniendo sellos arriba de un papel, todos queremos evolucionar, crecer, prosperar. Por eso, estamos viviendo un proceso de transformación súper rápido. Y las implicancias son asombrosas. Por ejemplo, el año pasado dimos 47.000 créditos de inclusión a familias vulnerables. Eso, sin la tecnología, simplemente hubiese sido imposible procesarlos. Entonces, la tecnología ayuda a esa transformación. Procesamos 10 millones de transacciones por día. Sin un músculo tecnológico gigante, es imposible. Pero de vuelta: lo importante es no perderte en los números, sino hacer que las cosas sucedan.
¿Qué significaría eso?
Significa que no importa qué tipo de tecnologías uses, no necesitás entenderla. Si vas a comprarte un auto y ves ese modelo rojo que tanto que te gustó y necesitas que te aprueben el préstamo prendario; no querés completar 34 formularios: necesitás que te lo aprueben ya. Eso es lo que hace la tecnología. La tecnología hace que las cosas sucedan. Hay casos muy concretos, por ejemplo, la operatoria con los cheques. Hoy, 45% son ECHEQ's que se usan y gestionan en forma digital. No importa cómo funciona el sistema si podés hacer que con un par de clicks otra persona a miles de kilómetros reciba el dinero.
¿Qué tan importante es la atención al cliente en la propuesta de valor de un banco hoy?
Más allá de los productos o las tasas, siempre hay oportunidades de mejora con el tema de atención y el servicio. En Santander nos basamos en la metodología Net Promoter Score (NPS), que es el termómetro que te mide la fiebre todos los días, por canal, sucursal, transacción. Unas 10.000 personas contestan todos los días cómo los atendieron o si nos recomendarían. A las 9 de la mañana recibo el informe del día anterior y por la tarde recibo la venta de ayer. Para mí, es mucho más importante el primero. Si vos fuiste a una sucursal a las 10 de la noche y no pudiste sacar plata porque los 3 cajeros no tenían o estaban rotos te vas a sentir el último orejón del tarro. Y el NPS nos permite conocer eso y corregirlo casi en tiempo real.
¿Cómo se van generando esas correcciones?
Parte de nuestra evolución se resume en la idea de Customer Strategy, un equipo que se centra en satisfacer al cliente y que antes no existía. De allí salen todos los días reportes a cada sucursal sobre los 10 clientes que ayer peor se sintieron en la sucursal. Cada gerente los debe llamar personalmente, pedir disculpas y decirles qué hará para que no vuelva a pasar.
O sea, la solución es combinar tecnología con humanidad…
Detrás de toda buena tecnología siempre hay una persona, porque justamente tenés que darle al sistema tu ADN. No es lo mismo que te atienda un robot que Diego, tu asesor, que aplicará su tecnología para solucionar tu necesidad luego de comprenderla. De nuevo: la tecnología no es un fin en sí mismo, es un medio.
¿La pandemia aceleró esta transformación digital?
Nos ayudó a adelantar cinco años, a crecer cinco años en un minuto. Pero, también aparecen otros desafíos: el de la productividad, el de no conocer a tu interlocutor y perder el trato humano. Por eso es importante manejar esquemas híbridos, porque necesitas construir esquemas de confianza y eso se construye mirándonos a los ojos. Y porque hay áreas que seguirán siendo presenciales 100%, como las sucursales.
¿Cómo fue tu camino hacia convertirte en gerente principal en industrias en donde las mujeres escasean, como la tecnología?
Estudié tecnología porque quería transformar el mundo, ser protagonista. Me decían que me iba a pasar arriba de un avión, que no me iba a poder casar ni tener hijos. Lo cierto es que sí pasé mucho tiempo arriba de un avión, pero me casé, tengo tres hijos y eso no me generó ningún conflicto. En mi caso, tuve la suerte de tener jefes que valoraban cumplir los objetivos, sin mirar si era hombre o mujer. Pero en definitiva esto para mi no es un trabajo, es la vida, la misma que disfrutar con mis hijos. No hago una separación. Y mis hijos son los primeros en ponerse la camiseta de mi trabajo.
Nuestras facultades dibujadas en modo Bicentenario. La estudiante de Medicina Eugenia Ramírez Wierzbicki ilustró los edificios de nuestras unidades académicas. (Farmacia y Filosofía y Letras)
Presentamos un reportaje publicado en la Revista Forbes, leemos en el artículo:
Martín Galdeano, CEO de Ford Argentina: "Producimos casi 30% más que antes de la pandemia"
El presidente y CEO de Ford Argentina asumió en plena pandemia y lidera la inversión de US$ 580 millones para reconvertir a la planta de Pacheco. Cuáles son los planes globales de la automotriz y en qué está pensando la marca del óvalo para el futuro.
Martín
Galdeano es presidente y CEO de Ford Argentina. Entrevistado por Forbes
Argentina, habla sobre el desafío de asumir en la empresa en medio de la
pandemia y con el objetivo de liderar una inversión de US$ 580 millones.
“Estamos en un nivel de transformación de la empresa que, por lo menos mi
generación, nunca vio hasta ahora”, asegura el CEO sobre el futuro de Ford en
la región.
-¿Cómo
fue tu experiencia desde que asumiste en plena pandemia?
-Asumí
el 1° de julio de 2020. Tuvimos una visión de, en ese contexto, colocar la
salud de nuestra gente como prioridad número uno, entonces paramos de producir
por 60 días y volvimos cuando estábamos seguros de que teníamos todos los
protocolos y toda la planta en orden para recibirlos. Algo que puede parecer
sencillo y es complejo es cómo mantener distanciamiento en una planta de
producción, entonces volvimos únicamente cuando estábamos seguros. Y la
dinámica del 2020 fue cómo manejamos esa coyuntura, ese contexto que nos
planteaba la pandemia, y a la vez cómo no dejábamos de pensar en el largo
plazo. Entonces allí hicimos un anuncio de inversión muy grande que es el
futuro de nuestra planta y nuestra marca en el país y en la región, así que esa
dinámica estuvo todo el año. Y el año pasado siguió: mientras estamos
produciendo, mientras estamos subiendo en los niveles de producción y de
exportación, seguimos renovando toda nuestra planta para tener la Ranger
2023.
-¿De
cuánto fue la inversión?
-De US$
580 millones: una renovación completa de la planta. Es un nivel de
transformación gigantesco que probablemente nosotros, que tenemos alrededor de
20 años en la empresa, no vimos nunca. Ese nivel de inversión también contempla
el desarrollo muy fuerte de autopartes. Y aumentamos la producción, tomamos
casi 570 colaboradores. Hoy, si mirás nuestro nivel de producción, es casi un
30% más alto de lo que producíamos antes de la pandemia.
-Porque
hay una demanda de pick-ups gigantesca, y una demanda de Ranger específica
gigantesca en Argentina y en todos los mercados de Latinoamérica donde
exportamos. Entonces, ese manejo del día a día y la visión de tener un pie en
el día a día y un pie en el largo plazo nos funcionó, nos sigue funcionando y
es la prioridad. Hicimos una transformación muy profunda de nuestro portafolio
de productos, enfocada en pick-ups. Tenemos la línea más completa de pick-ups,
desde una Maverick, la Ranger (que producimos acá en Pacheco), la F-150, que es
un ícono de las pick- ups, y dentro de eso también están las Raptor. Tenemos la
primera pick-up electrificada que estamos lanzando, una 150 híbrida. Es un año
muy desafiante con muchos temas en la mesa, y la verdad es que nos sentimos muy
bien. Es paradójico, pero el equipo ha hecho un gran trabajo.
-Era
un contexto desesperante...
-Ahora
parece muy lejano, pero la situación era horrible. Eran momentos de
incertidumbre muy altos. Y en ese contexto no abandonamos sino que reforzamos
nuestro trabajo con la comunidad. Tuvimos un programa, Covid Relief, a través
del cual ayudamos a 900 familias con higiene personal para la lucha contra el
Covid.
-¿Cuánto
de lo que produce hoy la planta de Pacheco va para el mercado argentino y
cuánto al exterior?
-El 70%
de lo que hacemos en Pacheco es para mercados de exportación, le llamamos
Latinoamérica. De México inclusive para abajo exportamos a la mayoría de los
mercados. Brasil por supuesto es un mercado muy importante, es alrededor de un
35% o 40% de lo que hacemos.
-¿Y
el mercado brasileño tiende a ser más estable que el argentino?
-El
mercado de pick-ups en general es un mercado bastante estable. En esta pandemia
y en esta crisis de semiconductores se ha mantenido bastante estable con
niveles de demanda muy fuertes. Históricamente, en Argentina, entre 12% o 14%
de la industria era de pick-ups medianas (las que producimos en Pacheco, como
la Ranger) y hoy está cerca del 20%, con momentos donde supera el 20%. Entonces
se mantiene más neutral o no afectada por esos vaivenes de la industria.
-¿Por
qué?
-Por
ahí con las pick-ups estamos teniendo como objetivo clientes variados. Tenés al
campo, por supuesto, que es muy demandante. Tenés mucho uso personal, clientes
que han elegido una pick-up, porque hoy tiene último nivel de seguridad, de
confort, tiene toda la tecnología. Entonces hay gente que usa la pick-up como
vehículo personal y le da esa flexibilidad para viajar con su familia o cargar
algo o llevar bicicletas. Toda esa diversidad de clientes que se han acercado a
las pick-ups por el nivel de confort, por el nivel de tecnología y de seguridad,
hace que sufra menos en momentos de crisis.
-¿Ford
va a dejar de hacer autos definitivamente?
-Estamos
teniendo como objetivo en nuestro portafolio pickups, SUV y vehículos
comerciales, y tenemos participación en algunos segmentos de autos como por ejemplo
el Mustang o el Mondeo. En algunos otros mercados seguimos ofreciendo autos, en
Argentina y en Sudamérica te diría que esa es nuestra prioridad: pick-ups,
vehículos comerciales y SUV, y dentro de eso ofrecer todo lo bueno de Ford a
nivel global en la región y en Argentina.
-¿Cuánto
piensan producir el año que viene en función de la transformación que
están haciendo en la planta?
-Vamos
a duplicar la capacidad de la planta. Hoy estamos haciendo casi 300 camionetas,
así que no publicamos datos de capacidad, pero eso, para dar una idea de la
magnitud, es un cambio gigantesco. Va a depender de la demanda, pero vamos a
tener capacidad y vamos a estar teniendo como objetivo muchos nuevos mercados
de exportación. Esa es la agenda que tenemos dentro de Ford que por supuesto la
trasladamos a Adefa, también.
-¿Cómo
impactó la crisis de los semiconductores?
-Hay
algunos estudios globales (depende del estudio que tomes) que dicen que la
industria automotriz va a producir entre 10 y 12 millones de unidades menos a
nivel global. Y en Argentina nos ha impactado bastante fuerte en la producción
de Rangers y por supuesto la producción, la habilidad de complementar con
importados de otras regiones, nos ha pegado bastante fuerte.
-Hubo
un debate hace un tiempo con el presidente de Toyota, Daniel Herrero, que decía
que no conseguían personal adecuado para producir. ¿A Ford le pasa algo
similar?
-Uno de
los pilares principales de nuestros programas de RSE es la educación,
justamente. Nos enfocamos, desde que tenemos una escuela técnica dentro de
nuestro complejo industrial, en las escuelas rurales e invertimos con muchos
programas. Desde la pandemia hemos incorporado 570 nuevos colaboradores y no
hemos tenido grandes problemas, hemos trabajado mucho con el sindicato y con
nuestra área de reclutamiento.
-¿Cuáles
son las condiciones de la Argentina que favorecerían un poco más la
producción?
-Cuando
mirás un proyecto de inversión como el que anunciamos, de casi US$ 600
millones, lo que estás buscando es una escala más allá del mercado argentino.
Nosotros no hacemos esa inversión para vender Ranger en la Argentina, lo que
estamos buscando es una competitividad de la industria que nos permita llegar a
la Argentina y a todos los mercados de Latinoamérica o a la mayor cantidad de
mercados de exportación que podamos. Entonces, para eso, ¿qué buscamos?
Buscamos competitividad en toda la cadena de valor (por ejemplo, en calidad y
costo lo tenemos, en pick-up, sobre todo), y armonía en la llegada de nuestros
productos a otros mercados. ¿Qué quiero decir con esto? Que la habilidad de
llegar con una Ranger a un mercado brasileño, chileno o colombiano sea
equivalente a lo que llegarían con un producto producido en otro país. En la
industria competimos por supuesto con otras marcas, pero en Pacheco competimos
internamente contra otras plantas que hacen Ranger, entonces esa armonía como
país que consigue la exportación de productos automotrices es muy importante.
Es difícil que vos veas a alguien de la industria hablando de variables
macroeconómicas. Eso es lo que tiene que ser, ¿sí? Entonces no me vas a
escuchar a mí o a otros hablando de a cuánto tiene que estar el dólar? Nosotros
buscamos competitividad estructural, el resto es pasajero o es coyuntural de
ese momento. Eso es lo que buscamos, entonces, cuando invertís la cantidad que
estamos invirtiendo para un proyecto como el que estamos haciendo, buscamos una
escala en la planta que no te la da la Argentina solamente, o que te lo da la
Argentina más los mercados de exportación.
-¿Y
las condiciones en la Argentina, en esa búsqueda, están muy lejos de lograrlas?
-Hay
muchos elementos que venimos discutiendo con toda la cadena de valor,
proveedores, sindicato, Gobierno, que es la visión 2030 de la industria
automotriz. Eso tiene una serie de leyes (son cuatro proyectos, algunos están
en el Congreso) que tienen los elementos clave que hacen a la competitividad de
la industria automotriz, sea en el modelo actual (producción de combustión
interna) o mirando al futuro en movilidad sustentable, por ejemplo. ¿Cómo vamos
a transicionar la industria argentina de un vehículo a combustión a un vehículo
eléctrico o electrificado? Eso lo estamos buscando ahora, y me podés decir: “Bueno,
pero con los vaivenes o la volatilidad que podés tener hoy, ¿por qué te ocupás
del futuro?”. Porque tenés que estar mirando hoy, pero también mirando al
futuro; lo que decía al principio, eso es muy importante para una industria que
tiene plazos largos. Entonces ese trabajo conjunto me parece que tiene todos
los elementos clave, tiene esto de armonización de cómo llegan los productos
argentinos, competitividad, por ahí algunos temas impositivos.... Todo eso está
en esas leyes.
-¿Lo
trabajaron con todas las terminales?
-Todas
las terminales, todas las cámaras de la cadena de valor, de proveedores,
cámaras de concesionarios, el sindicato y el Gobierno. Todos. Creo que fue un
trabajo que demuestra que, cuando te sentás en una mesa a dialogar y entendés la
posición del otro, salen buenas cosas. Hay que terminar de redondearlo, porque
todavía no se convirtió en ley; es lo que esperamos, pero es un gran trabajo el
que se hizo.
Nuestras facultades dibujadas en modo Bicentenario. La estudiante de Medicina Eugenia Ramírez Wierzbicki ilustró los edificios de nuestras unidades académicas. (Económicas y Exactas)
Presentamos un reportaje publicado en la sección Palabra de Ceo del diario Cronista, leemos en el artículo:
Guapaletas crece en España, planea expandirse en Europa y ya apunta a los Estados Unidos
El emprendedor
Federico Manzuoli explica por qué la marca de helados premium avanza en su
internacionalización. Los proyectos para tener fábricas propias en cada región
y las novedades para el mercado local: renovación de franquicias y venta a
granel, además del producto de palitos
Federico Manzuoli (53) llega al lugar indicado, a la hora señalada. No importa que la ola de calor abrase ese rincón de San Isidro. Ya es la tarde, la térmica amenaza con escalar hasta los 40 grados y, después de su charla con El Cronista, partirá hacia la planta, en Malvinas Argentinas. "Somos emprendedores seriales. Este no es el primer emprendimiento de mi socio. Ni el mío: ya voy por el cuarto o quinto", cuenta sobre Guapaletas, la fábrica de helados que cofundó en 2015 con Andrés Gorostiaga. Sin embargo, esta empresa, dice, le da la oportunidad de seguir siendo un emprendedor dentro del mismo proyecto.
"Hoy,
estamos enfocados en la internacionalización de la compañía. Y eso es arrancar
de cero. Porque lo que aprendimos es que, para eso, el copy-paste no
va. Uno no puede ser tan arrogante de decir que porque algo funciona acá,
también lo hará en otro lado. La internacionalización enseña que hay que ser
respetuoso con lo que la naturaleza dio: dos ojos, dos oídos y una sola boca. A
esa proporción, hay que saber respetarla también a la hora de hacer negocios.
Sobre todo, para mirar y escuchar", sentencia.
Tras
haber aterrizado en España en 2019, meses antes de la pandemia, Guapaletas
ahora apunta a ampliar su presencia en el Viejo Mundo. Planifica más puntos en
tierra ibérica, su incursión a la cercana Andorra y,
luego, Portugal, Francia y Alemania.
En paralelo, también diseña su plan de aterrizaje a mediano plazo en los
Estados Unidos, destino que, cuenta, se aceleró por la pandemia.
Guapaletas
inició su internacionalización en 2019, justo antes del coronavirus...
La
pandemia es como todas las cosas de la vida: te quedás en la queja o aprovechás
la adversidad. A nosotros, nos llevó a cambiar el modelo de negocio. Lo
teníamos muy concentrado en la red de franquicias. El baldecito se llenaba con
una sola manguera. Cuando ese grifo se cerró, por las primeras restricciones,
nos encontramos con la misma estructura de gastos y facturación cero. Muchos de
nuestros puntos de venta son en shoppings, que es de lo último que
se abrió. Fue desafiante.
¿Qué
hicieron?
Empezamos
a apuntar al canal retail. Primero, a pequeñas superficies de
barrios cerrados. Después, a más grandes y, finalmente, a supermercados.
También empezamos a fabricarle a otras marcas. Y readaptamos nuestros
productos. Por ejemplo, convertimos nuestro alfajor en una torta. Ahora tenemos
una compañía mucho más consolidada y amplia.
¿Cómo
afectó eso a la internacionalización?
La
miramos más fuerte. Si bien la negociación se hizo en 2019, en 2020 abrimos
nuestro primer local, en Valencia. A los cinco días, vinieron las restricciones
y tuvimos que cerrarlo. Con la curva de aprendizaje que tuvimos en la
Argentina, ahí también redefinimos nuestro modelo de negocio. Ahora, allá
estamos con locales en Valencia y Barcelona, y también retail en
esas ciudades. Ya estamos desarrollando Europa como mercado.
¿Cuáles
serán los próximos pasos?
Lo está
desarrollando Santiago Moy, que era nuestro gerente de Administración y
Finanzas y ahora lo hicimos socio, accionista, allá. Estamos abriendo Andorra.
Será nuestro primer punto fuera de España. Dentro de España, estamos apuntando
a Madrid, Málaga, todo lo que es la costa. De ahí, Portugal y el sur de
Francia. También estamos trabajando bastante con una empresa que distribuye
productos argentinos en Alemania. No creo que lleguemos ahí para esta
temporada. Pero sí el año que viene.
¿A
cuánto apuntan?
A tener
entre 15 y 20 puntos de venta en Europa para esta temporada. Ya estamos
lanzando una campaña de búsqueda de franquiciados en España. Los que tenemos
ahora (Barcelona, Valencia, Andorra y, dentro de poco, Málaga) son argentinos.
Los buscamos entre los muchos argentinos que están residiendo allá.
Significará
un salto de escala. ¿Cómo abastecerán esa expansión?
Estamos
produciendo en España con parte de maquinaria nuestra en la fábrica de un
inversor argentino. El plan es montar una fábrica propia en 2023. En principio,
allá. Llegado el momento, veremos si nos conviene ahí o en otro país.
¿Y
los Estados Unidos?
También
pensamos en desembarcar ahí a mediano plazo. Inicialmente, veremos desde dónde
sería más conveniente exportar, si desde la Argentina o desde España. Pero la
idea es luego montar una planta en los Estados Unidos.
¿La
pandemia aceleró el plan de internacionalización?
Desde
que fundamos la empresa, pensamos en internacionalizarla. Al principio, fue más
una expresión de deseo. En 2018 activamos lo de España y ese era nuestro norte.
Lo que sí aceleró la pandemia fue lo de Estados Unidos. Pensar en ese mercado.
¿Por
qué?
Por lo
que decía de las adversidades: te llevan a mirar en términos de qué
oportunidades trae. Y, también, para poder interpretar aquello que es correcto
en función de las nuevas realidades. La pandemia nos dio vuelta el mapa a
todos. Si bien creemos que la Argentina tiene grandes oportunidades, entendemos
que, para darle valor a la compañía, la internacionalización es una clave.
¿Qué
aporta?
Que, si
bien nunca vamos a dejar de ser una compañía hecha en la argentina, por
argentinos y apoyada por argentinos (porque eso son nuestros socios y
franquiciados afuera), ya somos una marca internacional. Eso es algo muy
difícil para una marca nacida en 2015 y que no es tecnológica, sino de
productos 100% de fabricación industrial.
¿Cómo
están en la Argentina?
Con los
problemas que tiene toda la Argentina, de contactos estrechos por Covid, nivel
de ausentismo y similar. Pero es una cuestión coyuntural. En la planta, estamos
a un turno y medio, con alrededor de 350.000 paletas al mes. Es una fábrica de
1800 metros cuadrados, con tres líneas para paletas y una de helado a granel;
una capacidad instalada de producción de 1 millón de paletas a tres turnos. En
términos de necesitar ampliación, tenemos espacio suficiente. Lo que sí
queremos, cuando nos acomodemos un poco, es incorporar máquinas que nos
agilicen procesos.
¿Por
qué?
Porque
también estamos creciendo acá. Tenemos 36 franquicias y seis distribuidores.
Estamos inaugurando nuevas. Ya abrimos en Jesús María (Córdoba) y estamos
esperando, para fines de enero o en febrero, arrancar con Rosario. Y, como
plantel, somos 44 personas.
¿Qué
significa "que nos acomodemos un poco"?
Se nos
generó mucha deuda en pandemia. Hoy, estamos resolviendo toda esa situación
financiera en base a facturación y un trabajo articulado con los proveedores.
Estamos saliendo adelante. Durante la pandemia, tuvimos ATP, tuvimos todo...
Ahí, priorizamos cuidar el trabajo de la gente. Ahora, tenemos que resolver
todo eso: con proveedores, con el sindicato. La pandemia nos igualó a todos.
Pero estamos saliendo adelante. De hecho, tenemos seis personas más que antes
de la pandemia. Para nosotros, es un 12% más de plantel.
¿Qué
es lo más difícil de ser emprendedor en la Argentina?
Hay
grandes puntos a mejorar para que en la Argentina sea más sencillo emprender.
Uno es el tema laboral. El otro, la carga impositiva. Son las cosas más
desafiantes para abordar.
¿Y en
el día a día? ¿La imprevisibilidad?
También.
Dedico un tercio de mi agenda diaria a ocuparme de cosas que no le agregan
valor a mi negocio.
¿Cómo
será su 2022 en la Argentina?
Será un
año para seguir viéndolo semana a semana. Sí con un horizonte más diáfano en
términos de futuras restricciones. No creo que las haya por los niveles de
vacunación y el aporte que el pico de contagios podría hacer a la inmunidad de
rebaño. Eso juega a favor de que el consumo se siga moviendo. Lo vemos con
nuestra unidad de negocios de eventos.
¿Por
qué?
Existe
una gran necesidad de la gente de volver a encontrarse. Estamos registrando
fuerte demanda de ese segmento. Las empresas, los organizadores, están
trabajando con un nivel de responsabilidad altísima. Por ejemplo, en Lollapalooza,
donde vamos a estar por cuarta vez.
¿La
nueva normalidad llevó a algún replanteo en el formato de las franquicias?
En
términos de lo que es puntos de venta, no. Sí vamos a empezar a hacer cambios
de estética. En 24 meses, vamos a renovar todos los locales. En lo que estamos
pensando es en empezar a vender helado a granel también en las franquicias.
¿Qué
es lo que más le preocupa de la macro?
La
inflación. Es lo más desafiante: somos un producto que no puede cambiar de
precio todos los días.
¿El
dólar incide?
No
mucho. El cacao es el único insumo que viene de afuera. El resto -leche,
frutas, azúcares- es de acá. La maquinaria es toda industria nacional. El único
cambio que hicimos fue en los palitos. Pero por una cuestión de
sustentabilidad: reemplazamos los clásicos por unos biodegradables, hechos en
base a harina de arroz. Ahora, estamos trabajando con el proveedor, Ecovella,
para que se puedan exportar a España y los usemos en la producción de allá.
¿Por
qué a España se fue directamente con producción y no se abordó con
exportaciones?
Entendíamos
que entrar a Europa con un producto alimenticio lácteo podría ser complicado.
Ya habíamos querido hacer una exportación a Uruguay, que era cruzar un puente,
y fue mucho más difícil de lo que pensábamos. Esa experiencia fue determinante.
Así como haber concretado y tener la operación en España nos hizo pensar
distinto.
¿En
qué?
Porque
ahora, con una planta en la Argentina, una en Europa y otra en los Estados
Unidos, podemos pensar en un triángulo desde el cual poder atender a todo el
mundo. Entre marzo y abril, haremos nuestra primera exportación desde la
Argentina a Paraguay. En tanto, Europa nos deja muy cerca de Oriente. Y los
Estados Unidos es un mundo en sí mismo. Recién mis nietos podrían exportar desde
allá porque, a mí, no me alcanzaría la vida para hacerlo por el tamaño que
tiene ese mercado interno. Además, cada mercado es muy distinto como para
abastecerlos a todos desde el mismo lugar.
¿En
qué?
En los
Estados Unidos, por ejemplo, el helado tiene un contenido graso mucho menor al
de la Argentina. Es otro producto. En España pasa algo parecido: por cuestiones
culturales, hay sabores en Valencia que no van en Catalunya. Eso te lleva a
tener que tengas que encarar cada proyecto como un emprendimiento nuevo.
Nuestras facultades dibujadas en modo Bicentenario. La estudiante de Medicina Eugenia Ramírez Wierzbicki ilustró los edificios de nuestras unidades académicas. (Arquitectura y Derecho)
Presentamos un reportaje publicado en la Revista Forbes Argentina, leemos en el artículo:
Santiago Sosa, CEO de Tiendanube: "Hoy los inversores vienen a nosotros pero nuestra historia es más de remarla"
Santiago Sosa es uno de los fundadores de Tiendanube y actual CEO de la empresa. En entrevista con Forbes Argentina, habla sobre la actualidad de la empresa, los desafíos y el crecimiento del e-Commerce.
Con una valuación de US$ 3.100 millones, Tiendanube se convirtió en el último año en la 5° startup más valiosa de la región -estatus al que llegó gracias a la última ronda de inversión, en agosto de 2021, de US$ 500 millones-. Santiago Sosa es su CEO pero, además, es uno de los cuatro fundadores de la compañía, que nació como un proyecto de la facultad que arrancaron como hobby, pero siempre con la idea de que fuera un negocio.
-¿Cuáles
fueron los obstáculos más difíciles de sortear?
-Hubo
muchos y los hay todos los días, emprender se trata de esto. Nos gusta hablar
de resolución de problemas y siempre nos paramos en una posición crítica en la
que miramos cuáles son los dos o tres puntos más importantes para nuestros
clientes y cómo los resolvemos. Los obstáculos cambiaron mucho. Al inicio, el
primer gran obstáculo fue cómo nos convertimos o reconvertimos de cuatro
estudiantes de Ingeniería Informática en cuatro emprendedores que tienen que
lidiar con problemáticas que exceden a lo que es el desarrollo de software.
Aprender temas de marketing, legales, ventas, comercial, atracción de talento,
constitución de una compañía.
-¿Y
después?
-Empezar
a lidiar con el mundo de inversores y tener algo más de presión (saludable)
externa, ir expandiendo el equipo. Cada estadio fue distinto. La entrada al
mercado brasileño fue súper desafiante; hoy nos está yendo excelente, pero
costó casi una década. En todo lo que hemos logrado siempre la sensación es que
estamos al inicio, que todavía hay mucho por hacer. Hoy el desafío es cómo
manejamos una compañía a una escala que nunca tuvimos, de casi 1.000
personas. Es una realidad totalmente distinta a cuando éramos cuatro amigos en
la misma mesa.
-¿Cómo
proyectan la compañía de acá a 5 o 10 años?
-Todo
lo que hacemos, soñamos, desarrollamos, diseñamos y pensamos tiene que ver con
ayudar a un emprendedor o emprendedora, una Pyme o un negocio familiar a
ingresar a la economía digital. Tenemos un frase, “Bajar las barreras de
emprender a cero”, que es utópica, pero creo que la ambición tiene que tener un
elemento utópico hasta con un poquito de ingenuidad. Entonces, es seguir
construyendo un ecosistema donde cualquier Pyme pueda acceder a lo que necesita
para desarrollar su propia marca.
-¿Cómo
se plasma?
-Desde
un punto de vista del negocio hay iniciativas importantes. Una es la estrategia
de ecosistema, que consiste en permitir que terceros, o sea un desarrollador de
software, desarrollen aplicaciones, que son mejoras o expansiones de la
plataforma. No podemos resolver todos los problemas de nuestros clientes. Nos
enfocamos en algunos, arrancamos con gestión del inventario y de las órdenes,
el procesamiento de pago, envíos, pero hay un montón de cosas que se las
delegamos al ecosistema. Después, estamos incursionando en forma directa en
soluciones de pago: lanzamos una solución de pago en Brasil y la idea es
expandirla a la región. Compramos una compañía de envíos en Brasil. Y expansión
internacional: el año pasado empezamos con México, pero Latinoamérica es una
región de más de 600 millones de habitantes, así que crecer en países como
Colombia, Chile y Perú tiene sentido.
-¿Cómo
es la estrategia en pagos y logística?
-Empezamos
en Brasil, lanzamos una solución de pago a principios del año pasado. Es una
oportunidad de ayudar a nuestro cliente a bajar costos; por lo general, los
costos de pago son unos de los más importantes que tiene nuestro cliente. Vamos
a estar trayendo esta solución a Argentina y a México este año. También en
Brasil adquirimos una compañía de envíos. Envíos es el desafío número 1 del
comercio electrónico. Los grandes marketplaces están invirtiendo mucho en
infraestructura logística para sí mismos. La Pyme no tiene acceso a ese
proyecto de logística a menos que venda en un marketplace. Es difícil para un
pequeño negocio tener la infraestructura logística, entonces estamos tratando
de nivelar ese campo de juego. Estamos empezando a invertir en infraestructura
logística con operación real, con depósitos, con gente que opera, con flota,
pero con la misma tesis de directo al consumidor.
-Un
servicio que le dan?
-Claro.
Y está conectado a tu Tiendanube, las cajitas van a tener tu nombre y tu marca
va a seguir en el centro; nosotros vamos a ser un proveedor de tecnología con
un servicio adicional del mundo real, pero es un enfoque bien distinto. Arranca
en Brasil y se va a ampliar a Argentina y México, seguramente en 2023.
-¿Y
pagos?
-Es una
solución de pagos nuestra que en principio viene en dos pasos. El primero es
que cuando vas a la Tiendanube del cliente, cuando ponés tarjeta de crédito,
que procese directamente con una integración nuestra. Y eso le permite al
cliente bajar mucho el costo, el 20% o 30%. Después va a venir una marca que va
a ser una especie de billetera, y el objetivo es que la experiencia de compra
sea mucho más rápida. Eso viene a Argentina y México este año.
-¿El
ciclo completo?
-Decidimos
enfocarnos en cuatro o cinco necesidades que entendemos que son en donde nos
podemos diferenciar; tiene que ver con gestión del catálogo, de las órdenes, de
los pagos y de los envíos. Pero hay muchas cosas alrededor de esto, entonces
tenemos una estrategia de ecosistema: invitamos a desarrolladores de otras
empresas a que desarrollen extensiones de Tiendanube y les ofrecemos en
conjunto al cliente final un paquete mucho más completo. Es una relación
simbiótica porque nos ayuda a que nuestro cliente esté más contento, a ellos se
les resuelve una necesidad y al tercero se le crean negocios.
-¿Cómo
es que vengan los inversores a buscarte? Suele ser al revés?
-Esto
de que nos vinieron a buscar pasó el año pasado, nuestra historia fue más de
remarla. Casi todas las rondas previas que hicimos requirieron mucho trabajo.
Esta vez fue una locura, se cerró en 6 días. Se alinearon todos los planetas,
porque quedó muy en evidencia que el ecommerce va a ser muy grande.
-¿La
pandemia dio un empujón?
Estaba
este empujón de contexto, el hecho de que habíamos trabajado durante 10 años en
crear un producto al que le estaba yendo muy bien y que se vio acelerado a ser
un jugador regional. Y hubo algo de habilidad nuestra de saber navegar inteligentemente
el momento y aprovechar la oportunidad. Nos llamaban. Cada dos o tres días era
un nuevo inversor tocando la puerta y decíamos que no, porque ya habíamos
captado casi US$ 100 millones 6 meses antes.
-¿Estaban
bien?
-Claro.
Pero un viernes a la tarde digo: “Che, ¿no estaremos siendo demasiado
cabezaduras?”. Llamé al equipo y decidimos intentarlo. Actualizamos el
material, llamamos a los inversores el martes, y a las 3 o 4 horas ya teníamos
la primera oferta. Para el lunes siguiente teníamos 5 y lo cerramos.
-¿Qué
es más desafiante: formar el equipo de trabajo o mantener el servicio y calidad
a medida que crecen?
-Es
bastante circular porque la calidad de la plataforma y del servicio dependen
del equipo, con eso llegan más clientes y más clientes te permiten traer más
equipo porque podés seguir invirtiendo. Son círculos virtuosos. Dicho eso, la
conformación del equipo es uno de los desafíos más grandes que uno tiene a la
hora de emprender por dos motivos: por un lado, buscamos gente preparada, trabajadora
y con actitudes, y el mercado es competitivo. Pero lo más relevante es que hay
una cultura. Y hoy, cuando miramos el equipo, de casi 1.000 personas, es
difícil mantener eso a una escala tan grande y es lo que estamos aprendiendo a
hacer.