Conocemos la historia de cómo Raúl Soldi pintó la parroquia Santa Ana en Glew, Buenos Aires, Argentina; por ese entonces Glew era un poblado tambero, de calles de tierra, donde reinaba mucha
tranquilidad. A pocas cuadras de su casa Soldi descubrió la capilla
Santa Ana el mismo año de su nacimiento. Las paredes eran blancas y de
cal apagada. Quizás ese carácter casi inmaculado que transmitían los
muros fue el que inspiró al artista para ponerse a pintar sobre ellos.
No lo dudó y en 1953 comenzó una obra que culminaría en 1976: los 13 frescos que relatan la historia de Santa Ana, madre de la Virgen María.
Vemos un vídeo realizado por el Canal Orbe 21:
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