Florencio Molina Campos
desarrolló un estilo personal, representativa de su país y de su gente. Gracias
a los almanaques de Alpargatas y a las exposiciones que recorrieron todo el
país, su obra es ampliamente conocida. Siempre pintó a sus contemporáneos,
representó a los paisanos como él los veía. Pero nunca utilizó modelos ni
preparó la escena de sus cuadros. Esto resulta sorprendente cuando se observa
el detalle preciosista de sus obras. La tempera era la técnica que le resultaba
más cómoda. Lo último que acostumbraba a dibujar era la cara de sus personajes.
Llegó a dominar el óleo con maestría, pero sólo realizó menos de 200 obras con
dicha técnica.
Páginas consultadas:
No hay comentarios:
Publicar un comentario