La Fuente de las Nereidas, obra de la escultora Lola Mora; está radicada desde 1918 en el
paseo de la Costanera Sur, luego de un paso por el Paseo de Julio, frente a lo
que ahora es el CCK, donde fue inaugurada el 21 de mayo de 1903, es su obra más
conocida.
A la inauguración concurrió una multitud, algo inusual
para una escultura, y hasta el ex presidente Julio Argentino Roca estuvo a
punto de ir, dado que era su artista protegida y admirada, tucumana como él, y
a la que había ayudado a que consiguiera un subsidio para que continuara con
los estudios de escultura en Roma. Otro ex presidente de la Argentina, Carlos
Pellegrini, la visitó en el atelier romano y se dice que la invitó a que
regresara al país para continuar con su trabajo.
El complejo escultórico causó controversia desde el
primer momento. Objetaron la moralidad de la diosa Venus, que se atrevía a
nacer desnuda en la vía pública. Los medios contaron que la policía tuvo que
proteger la obra de las agresiones. La fuente se posa sobre una gran valva en
donde tres tritones, con briosos caballos marinos, festejan la llegada de la
diosa del amor. En el centro, dos nereidas sostiene otra valva más pequeña, de
donde surge Venus.
Los tritones son la contracara de las sirenas y las
nereidas, las ninfas del mar Mediterráneo. Una nereida fue la madre del
guerrero Aquiles, aquel cuyo único punto vulnerable estaba en el talón, porque
su madre lo había tomado desde allí para hundirlo en el agua que lo blindaría.
Lola Mora tenía su propio talón de Aquiles: los intelectuales y sus colegas
artistas no la quisieron y quien fue el creador del Museo de Arte Moderno,
Eduardo Schiaffino, nunca la recibió, la menospreció.
El Archivo General de la Nación, nos muestra el siguiente documental sobre la Fuente de las Nereidas.
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