El ingeniero norteamericano Frederick
Winslow Taylor (1856-1915) es considerado el padre de la Administración Científica, y es uno de los primeros profesionales que se interesó por abordar
la complejidad inherente al proceso productivo empresarial, producto
de la Revolución Industrial ocurrida durante los últimos años del siglo XIX y
los primeros del XX; cuyos cambios socioeconómicos afectaban a la sociedad de
la época.
Como consecuencia de estos
cambios, fueron surgiendo nuevas teorías de lo que hoy conocemos como
Administración. La primera escuela clásica que se reconoce es la Escuela de la
Administración Científica, fundada por Taylor, quién trabajó toda su vida en
plantas industriales y su visión de la disciplina estuvo orientada hacia la
administración de la fábrica, los obreros, sus herramientas y maquinarias. El
deseo de Taylor era liberar al trabajador de los terribles esfuerzos físicos
que hacía, por eso, fue un permanente estudioso de nuevos métodos que mejoraran
la calidad de vida del trabajador y a su vez aumentaran la productividad del
trabajo. Centró sus estudios en la relación hombre-máquina-producción. Trató de
lograr el mayor rendimiento del hombre adaptado a funcionar en un proceso
productivo con un nivel de eficiencia semejante al de una máquina. Fue muy
discutido a causa de la resistencia que despertaba la interpretación mecanicista
de sus principios, ya que es innegable su aporte a la ciencia de la administración,
pero no pudo plasmar una visión integradora de la organización (empresa) en lo
que respecta a abordaje de la temática de los recursos humanos.
Él mismo en su vejez,
reconoció que "es horrendo vivir sin poder mirar de frente a un
trabajador, para no ver su hostilidad". También afirmó que "la
energía, la perseverancia, el juicio, son factores preponderantes del éxito en
la industria, ahora bien, esas cualidades pueden encontrarse tanto en el obrero
como en el profesional diplomado".
Su obra más famosa fue
Principios de la Administración Científica (Principles of Scientific Management),
publicada en 1911 donde entre otros temas indica que la racionalización del
trabajo operativo debería estar acompañada, lógicamente, por una estructura
general de la empresa que hiciese coherente la aplicación de sus principios.
Frederick Taylor fundamentó su teoría en
cuatro principios básicos:
1. Principio de planeación:
sustituir el criterio individual de obrero, la improvisación y la actuación
empírica en el trabajo por métodos basados en procedimientos científicos.
Cambiar la improvisación por la ciencia mediante la planeación del método.
2. Principio de preparación:
seleccionar científicamente los trabajadores de acuerdo con sus aptitudes;
prepararlos y entrenarlos para que produzcan más y mejor, de acuerdo con el
método planeado. Además de la preparación de la fuerza laboral. Se debe
preparar también las máquinas y los equipos de producción, así como la
distribución física y la disposición racional de las herramientas y los
materiales.
3. Principio de control:
controlar el trabajo para certificar que se ejecute de acuerdo con las normas
establecidas y según el plan previsto. La gerencia tiene que cooperar con los
trabajadores para que la ejecución sea la mejor posible.
4. Principio de ejecución:
distribuir de manera distinta las funciones y las responsabilidades para que la
ejecución del trabajo sea más disciplinada.
Como concluyen Fernanda D. Carro
y Agustina Caló, en su ponencia La Administración Científica de Frederick W. Taylor:
Una lectura contextualizada; presentada en las VII Jornadas de Sociología de la
Universidad Nacional de La Plata (2012):
Taylor tiene una visión
iluminista del progreso social asociado al progreso industrial, supone que
sobre el empresariado terminará por imponerse la razón y racionalidad de las
ventajas de la administración científica. Fue un autor que respondió a su
época, que planteó una modalidad de trabajo particular dadas las necesidades
operativas de las empresas industriales estadounidenses bajo el nuevo orden
económico, político y social resultante de la Revolución Industrial y los
movimientos migratorios que se orientaron hacia los EEUU.
Páginas y Bibliografía consultados:
Introducción
a la Teoría General de la Administración – Idalberto Chiavenato - Editorial
MAC- GRAW HILL. México, 2007.
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