El presente artículo: Se quedaron sin clientes, pero no se quebraron y crearon una empresa única en el mundo: La historia de King Agro, publicado en el diario La Nación, presenta un típico problema que le surgen a las
pequeñas y medianas empresas (pymes) que sufren los efectos cambiantes del
contexto, hasta el punto de poder desaparecer si sus dueños o directivos
no son capaces de planifcar estratégicamente el cambio a partir de las
nuevas realidades que presenta el contexto. Este artículo describe esa
experiencia, y recomendamos no solo su lectura, que transcribimos a continuación, sino también que vean el video que en el artículo se acompaña (y no pudimos reproducir en
el blog); para eso dejamos el link correspondiente.
Leemos en la nota:
Había
sólo dos caminos: seguían adelante sin mirar atrás o se rendían. La crisis de
las hipotecas subprime había golpeado fuerte a Estados Unidos y Europa, donde
la empresa tenía sus principales clientes. Era 2008 y entonces fabricaban
mástiles para la náutica y exportaban a más de 30 países. "¿Cómo
seguimos?", fue la pregunta que se hicieron de inmediato. Tenían la
estructura, la mano de obra, pero los números habían dejado de cerrar hacía
tiempo. O se transformaban y se adecuaban a su nueva realidad, o la compañía
desaparecería.
Dicen
que en los tiempos difíciles se ve de que está hecha cada persona. Fue a raíz
de verse obligados a cambiar de rumbo, que a la familia Mariani se le ocurrió
una idea novedosa. No imaginaron entonces que al poco tiempo se convertirían en
la primera empresa en el mundo en producir barrales para pulverizadoras,
máquinas para aplicar productos fitosanitarios, con fibra de carbono.
Ese
fue el nacimiento de King Agro, que hoy cuenta con 75 empleados repartidos
entre las oficinas de la Argentina y España. "Siempre admiré a aquellas
empresas que descubrían algo, se lanzaban a un emprendimiento, y cinco años
después eran conocidas a nivel mundial, habían establecido un paradigma y ya
eran inalcanzables", cuenta Guillermo Mariani, CEO de la compañía y recuerda
los inicios.
"Decidimos
cambiar de enfoque, y ver que se podía hacer con el equipo que teníamos. Surgió
la posibilidad de investigar si había una oportunidad en aplicar la fibra de
carbono en la agricultura", dice. Las ventajas estaban a la vista: los
barrales de fibra de carbono son seis veces más resistentes que los de acero y
cinco veces más livianos.
Al
principio no fue fácil. "Me acuerdo de haber ido a las primeras
exposiciones de agro y haber pensado que hacía ahí. Yo creo que somos
inconscientes", cuenta Gabriel Mariani, director de King Agro para Europa.
Cuando
se les consulta sobre el futuro que imagina, no lo dudan: "Es fácil
visualizar un crecimiento de la marca a la que aportaste un valor. Hoy el
desafío es ganar confianza día a día", dicen, y aconsejan a los
emprendedores seguir sus instintos.
"Cuando
intuís que tenés que ir para ahí es porque tenés que ir para ahí. Cuando pensás
que tenés que hacer algo es porque lo tendrías que haber hecho mucho antes. La
historia de mi vida, la de mi familia, es la de las adaptaciones para
sobrevivir. Eso nos llevó a inventar cosas", afirma Guillermo Mariani
La fibra de carbono, un
material proveniente de la tecnología espacial, muy usado en aeronáutica
militar y comercial, está revolucionando este segmento de la maquinaria
agrícola porque los barrales con este material pesan menos que los de acero.
Links
No hay comentarios:
Publicar un comentario