Un
equipo de trabajo es un grupo de personas organizadas, que trabajan juntas para
lograr una meta; por lo tanto se forma con la convicción de que las metas
propuestas pueden ser conseguidas poniendo en juego los conocimientos,
capacidades, habilidades, información y competencias de las personas que lo
integran. Por eso, la elección de los miembros del equipo y la forma en que se
logre la empatía entre ellos, es el objetivo fundamental para generar la
sinergia de un equipo de trabajo.
Esta preocupación podemos también encontrarla en el siguiente texto de Alejandro Dolina:
Instrucciones
para elegir en un picado
Cuando
un grupo de amigos no enrolados en ningún equipo se disponen para jugar, tiene
lugar una emocionante ceremonia destinada a establecer quienes integrarán los
dos bandos. Generalmente dos jugadores se enfrentan en un sorteo o pisada y
luego cada uno de ellos elige alternativamente a sus futuros compañeros.
Se
supone que los más diestros son elegidos en los primeros turnos, quedando para
el final los troncos. Pocos han reparado en el contenido dramático de estos
lances.
El
hombre que está esperando ser elegido vive una situación que rara vez se da en
la vida. Sabrá de un modo brutal y exacto en qué medida lo aceptan o lo
rechazan. Sin eufemismos, conocerá su verdadera posición en el grupo. A lo
largo de los años, muchos futbolistas advertirán su decadencia, conforme su
elección sea cada vez más demorada.
Manuel
Mandeb, que casi siempre oficiaba de elector observó que las decisiones no
siempre recaían sobre los más hábiles. En un principio se creyó poseedor de
vaya a saber qué sutilezas de orden técnico, que le hacían preferir compañeros
que reunían ciertas cualidades.
Pero
un día comprendió que lo que en verdad deseaba, era jugar con sus amigos más
queridos. Por eso elegía a los que estaban más cerca de su corazón, aunque no
fueran tan capaces.
El
criterio de Mandeb parece apenas sentimental, pero es también estratégico. Uno
juega mejor con sus amigos. Ellos serán generosos, lo ayudarán, lo comprenderán,
lo alentarán y lo perdonarán. Un equipo de hombres que se respetan y se quieren
es invencible. Y si no lo es, más vale compartir la derrota con los amigos, que
la victoria con los extraños o los indeseables.
El texto precedente es un fragmento del cuento Apuntes de futbol en Flores del
libro Crónicas del Ángel Gris de Alejandro Dolina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario