Nació en Capracotta (Italia) el 15 de mayo de 1892, por ese entonces, la familia Di Tella llegó por primera vez a Buenos Aires, en 1894. Sin embargo, la aventura no tuvo éxito y regresaron a su tierra natal. Tras el fallecimiento de su padre Amato Di Tella, su madre y hermanos decidieron volver a probar suerte al territorio argentino en 1905, Torcuato con 13 años obtuvo un empleo de cajero de una juguetería, a la vez que hacía trámites aduaneros para la casa Dell’Acqua; mientras cursaba libre el secundario en el Colegio Nacional Mariano Moreno.
Por paro de panaderos en Buenos Aires, una ordenanza municipal obligó a las panaderías a poner máquinas de amasado en los locales y esto creó un nuevo negocio. Los hermanos Alfredo y Guido Allegrucci, también inmigrantes italianos, se acercaron a Di Tella en 1910 para montar un taller para satisfacer esa demanda.
La fábrica se llamó SIAM, a partir de las siglas de la Sección Industrial Amasadora Mecánica.
En 1911 patentaron la primera máquina. Torcuato decidió promover ese invento e invirtió en la publicidad de su producto en la revista semanal de los panaderos. Para vender las máquinas, él mismo recorría el país en automóvil. La venta creció exponencialmente.
Con Italia en guerra, en 1915, uno de sus socios, Alfredo Allegrucci, abandona la firma para volver a su patria, ese mismo año, Torcuato es convocado por el gobierno italiano para pelear en la Primera Guerra Mundial. Finalizada la contienda, regresa a la Argentina en 1919, donde completa la carrera de Ingeniería en la Universidad de Buenos Aires.
Durante la década del 20 la Argentina tuvo proceso de crecimiento y modernización económica. La estrella de esa modernidad era el automóvil. Torcuato Di Tella pudo ver el negocio con claridad. SIAM comenzó a fabricar surtidores de nafta y consiguió autorización de la Municipalidad de Buenos Aires para instalarlos en las calles porteñas.
Hacia 1929, SIAM concentraba el 90% del negocio de las máquinas amasadoras y el 60% de los surtidores de nafta. En esta misma época, su único socio, Guido Allegrucci abandona la empresa y ésta queda a cargo exclusivamente de Torcuato Di Tella.
El golpe de estado y la crisis de 1930 obligó a Di Tella a diversificar su producción para sostener su capacidad instalada: encaró la producción en gran escala de bienes de consumo masivo tales como bombas de agua, motores eléctricos, lavarropas, heladeras, ventiladores, planchas y lustradoras de piso, productos que antes se importaban. También transforma el nombre y estructura legal de la empresa, por otro más ambicioso y ajustado a su evolución: Sociedad Industrial Americana de Maquinarias.
La marca se instaló como sinónimo de electrodomésticos. El éxito fue rotundo y continuó ininterrumpidamente creciendo en ventas durante las siguientes dos décadas. Entre 1945 y 1948, la empresa multiplicó por once la producción de heladeras.
Torcuato Di Tella fue un hombre comprometido con la realidad de su tiempo; luchó activamente contra el régimen de Mussolini financiando grupos de resistencia antifascista. Como miembro del Directorio de la UIA, representó a la Argentina en el Congreso de la OIT de 1939. Asimismo, presentó un proyecto de ley de seguro social.
Torcuato Di Tella nunca se olvidó de su familia. Todos trabajaban allí y pretendió que sus hijos lo continuaran. Cuando murió, un 22 julio de 1948 a la edad de 56 años, SIAM se encontraba en plena expansión.
La firma quedó en manos de sus tres hombres de confianza, que integraban el directorio: Clutterback, Sudiero y Sozio, este último, su sobrino.
En la década del 50, SIAM alcanzó un acuerdo con la firma italiana Innocenti y fabricó y comercializó una motoneta muy conocida en esos años: la Siambretta. Los compradores aparecían incesantemente y pagaban por adelantado, como ya había ocurrido con las heladeras.
El paso siguiente también constituyó un éxito. La empresa decidió lanzar el SIAM DI Tella 1500, un auto de cuatro puertas que fue furor entre las familias de clase media; que se produjo bajo licencia de la British Motors Corparation (BMC).
A principios de la década del 60, SIAM se había convertido en un holding que se dividía en tres grupos: electrodomésticos, automotores y bienes de capital.
Torcuato hijo y Guido se dedicaron al ámbito académico. Guido creó el Instituto Di Tella, ícono de una generación, que promocionaba la cultura y se ubicó en la vanguardia de las artes en la Argentina.
Hoy, SIAM DI TELLA quedó en el inconsciente colectivo como sinónimo de marca nacional.
Actualmente, la marca SIAM sigue adelante. Desde el año 2014 es comercializada en el país por el Grupo Newsan.
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