Esta nota fue publicada
en la revista iProfesional, y nos acerca a la problemática que toda organización
busca evitar, el fraude empresarial y la corrupción. Leemos en el artículo:
Robar a la empresa: cómo es la corrupción oculta de los empleados privados
Un estudio reporta un alto nivel de corrupción y fraude en empresas privadas, más recientemente con transacciones electrónicas difíciles de detectar
Todas las encuestas ponen en segundo o tercer lugar, después de la inflación, a la corrupción. Sin embargo, esto se refiere solamente a las coimas de funcionarios públicos y sobreprecios de las obras de infraestructura. Un aspecto que pasa oculto es el de empleados y gerentes que les roban a sus empresas.
Bajo la modalidad de compras innecesarias o a entidades vinculadas a empleados, rendiciones de gastos abultadas, declaración de horas extras falsas, excesiva caja chica, alta rotación de empleados o falta de documentación, por ejemplo, las empresas pierden cuantiosos fondos cada año.
Según un estudio de la Asociación de Examinadores de Fraude Certificados (ACFE), la mayor cantidad de fraudes en las empresas en la región se da a través de corrupción (59%) y fraudes de estados financieros (17%). Las industrias que presentan más casos de fraude son los bancos, el Gobierno, industria, salud y energía.
El fraude en esos sectores, está vinculado con la oportunidad de cometer el ilícito y evadir sus consecuencias con baja probabilidad de detección, como en la generación de exacciones indebidas a través de estafas electrónicas.
El último Informe a las Naciones de la ACFE reportó 2.110 casos confirmados de fraude en el mundo, con pérdidas de u$s3,600 billones.
Cómo se presenta el fraude en las empresas privadas
La Federación Internacional de Contadores define al fraude como un acto intencional por una o más personas de entre la administración, los encargados del gobierno corporativo, empleados o terceros, que implique el uso de engaño para obtener una ventaja injusta o ilegal.
Éste se puede detectar por errores en los estados financieros, pero hay que diferenciarlo de una equivocación en el armado del informe. El factor distintivo será si la acción fundamental que produce el error es intencional o no.
Desde Grant Thornton, empresa de consultoría, explican que hay tres grandes categorías de fraude en el mundo corporativo:
- Malversación de activos.
- Corrupción.
- Fraude de estados financieros.
De acuerdo con la ACFE, el 47% de los casos de fraude se trata de malversación de activos, que puede implicar el desfalco de ingresos, robo de activos físicos o propiedad intelectual, el pago por bienes y servicios no recibidos o el uso de activos de una entidad para uso personal. En tanto, el 12% son de corrupción y el 32% tanto la malversación como la corrupción.
Tan solo el 1% de los casos corresponden a fraudes de estados financieros. No obstante, a pesar de ser los menos frecuentes, los fraudes de estados financieros implican una pérdida promedio de u$s593.000, mientras que los que resultan de una malversación de activos rondan los u$s100.000.
"Según el informe de Transparencia Internacional sobre el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2022, en América Latina, "la falta de acciones para combatir la corrupción y fortalecer las instituciones públicas está alimentando a las actividades delictivas organizadas, socavando la democracia, y a los derechos humanos y el desarrollo sostenible", destaca Marcelo Pinto, socio de Advisory Services de Grant Thornton Argentina.
Qué es el triángulo del fraude de los empleados
El fraude suele ocurrir cuando el perpetrador está presionado, detecta la oportunidad y le encuentra un justificativo que le suena razonable. Estos tres elementos forman parte del siguiente "triángulo del fraude", indica un informe de Grant Thornton:
1. La presión
La presión es usualmente el motivo y suele ser económico. La persona percibe una necesidad económica tanto personal como laboral y comienza a considerar llevar a cabo el acto.
2. La oportunidad
Esto va a definir el modo en que cometerá el ilícito.
La persona ve una forma sencilla de abusar de la confianza para resolver sus conflictos con una baja percepción de riesgo de ser descubierto.
La forma elegida será aquella que le permita resolver su problema en secreto, ya que tiene un estatus o reputación que mantener.
3. La racionalización
La racionalización es un componente decisivo a la hora de cometer el fraude, ya que quien lo realiza debe buscar la forma de reconciliarse. Al ser personas que se ven a sí mismas como "normales" y honestas, buscarán una exculpación que sea aceptable y decente.
Cuáles son las señales para detectar los fraudes
La detección temprana del fraude es importante, no sólo porque reduce significativamente el impacto que éste pueda tener, tanto a nivel económico como reputacional de la empresa, sino que también va a desalentar futuras acciones fraudulentas, precisa Grant Thornton.
Para poder lograrlo, los especialistas en auditoría explican que es importante prestar atención a las diferentes señales de alerta o red flags. Éstas se pueden detectar tanto sobre la persona que comete el acto, como sobre la información financiera.
Las red flags más destacadas incluyen las siguientes cuestiones, entre otras:
- Transacciones impropias de la naturaleza de la empresa.
- Importes elevados en las rendiciones de gastos de los empleados.
- Pagos de horas extraordinarias poco relacionadas con la actividad.
- Declaración de horas extras que no corresponden.
- Compras y otras transacciones con terceros que tienen relación o vínculo con el empleado.
- Número excesivo de cuentas corrientes.
- Cambios frecuentes de auditores externos.
- Tasa alta de rotación de empleados.
- Falta de documentación.
- Sobregiros inesperados.
También existen las red flags de recursos humanos, éstas se relacionan con el vínculo empresa-empleado. Muchos casos de fraude suceden cuando la persona no está conforme con las condiciones o el ambiente laboral.
El descontento puede deberse a un aumento de sueldo o puesto rechazado, recorte de sueldo o beneficios, temor a la pérdida del empleo o el aviso de despido ya fue entregado y está próximo a ser desvinculado.
Cómo se detectan los fraudes en forma temprana
La detección de estas señales de alerta es tan importante como las acciones que se realicen luego de la identificación, asegura el informe de Grant Thornton.
Pinto remarca que las señales de alerta deben formar parte de un sistema dentro de las organizaciones que permita no sólo identificarlas, sino clasificarlas, analizarlas y que devengan en recursos disparadores de un esquema amplio de controles, como puede ser el uso de indicadores de fraude (KFI, por sus siglas en inglés).
Pero "para que dicho sistema resulte efectivo, es imprescindible propender a una cultura de lucha contra el fraude en toda la organización", sostiene.
Complementariamente, las líneas de denuncia anónima sirven como un elemento más de investigación y de contención de estos comportamientos negativos en la organización.
Los expertos de Grant Thornton coinciden en que estar atentos a la aparición de indicios de fraude no es solo una responsabilidad profesional en el ejercicio de las funciones como auditores o consultores, sino además una cuestión de actitud frente al desarrollo de las actividades en las que se participa como empleadores, empleados, clientes, proveedores o consumidores.
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