En
una interesante nota parecida en la Sección IEco, del diario Clarín, el último
domingo, se presenta un reportaje al estadounidense Chris Anderson, el autor
del best seller La Economía
Long Tail, donde postula que en los últimos diez años una conjunción
de factores tecnológicos ha hecho posibles y económicamente viables, pequeñas
producciones industriales; desafiando las economías de escalas; expresando que
nos encontramos ya en una nueva revolución industrial, sobre todo a partir de
la irrupción de las impresoras en tres dimensiones o 3D.
En
el reportaje telefónico realizado podemos leer:
(…) Anderson habló por teléfono con iEco sobre el libro y los factores tecnológicos que según él han hecho posible el cambio. Pueden resumirse en una frase: hoy cualquier persona con una PC conectada a Internet y acceso a una tarjeta de crédito puede convertirse en fabricante. Este sería el procedimiento, según él: con la computadora y un software de diseño que no requiere demasiados conocimientos técnicos, idea el producto desde cero o aprovecha, para replicar o modificar, alguno de los diseños que la comunidad comparte libremente en Internet. Si no tiene una impresora 3D en casa, paga online con la tarjeta para que se lo fabriquen en el taller de impresión 3D más cercano (según Anderson, en el mundo ya hay mil de estos talleres o makerspaces). Allí, las máquinas materializarán su diseño digital a un costo mucho más bajo que el de una producción artesanal. Excepto por el tiempo de investigación y preparación, ese costo por "impresión" no variará si la producción es de mil, cien, o diez unidades. Siempre será barato, aunque nunca tanto como una producción de millones basada en moldes. (…)
Para leer
la nota completa: La nueva revolucion industrial ya empezó
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