El desarrollo completo de un sistema de información,
desde el reconocimiento de la necesidad que va a satisfacer hasta el funcionamiento
computadorizado óptimo, atraviesa distintas etapas que conforman lo que se denomina
el ciclo de vida de un sistema. Aunque la enumeración y denominación de estas
etapas varía de acuerdo con distintos enfoques metodológicos y prácticos, las
diferencias no son sustanciales. En definitiva, las tareas involucradas en el
desarrollo eficiente de un sistema de información son las mismas, cualquiera
sea el criterio con que se las clasifique, agrupe o denomine.
Desde este punto de vista, se describe, en los
siguientes párrafos, un esquema básico y completo del ciclo de vida de un
sistema.
La Figura se exhibe un resumen gráfico de dicho
esquema.
El ciclo de
vida de un sistema se divide en dos
fases: el estudio del sistema y la explotación.
El estudio
del sistema presenta cuatro etapas
principales: estudio preliminar, análisis,
desarrollo e implementación.
El propósito del estudio
preliminar es obtener una idea general del
sistema objeto del estudio y conocer las motivaciones para la iniciación del
proyecto.
En la etapa de análisis, se realiza el estudio de la situación actual y se
define globalmente un nuevo sistema que satisfaga los requerimientos
planteados. Esta etapa está dividida en dos subetapas: la de investigación,
que implica el relevamiento de toda la información necesaria para evaluar el
sistema actual y conocer los requerimientos, y la de diseño conceptual,
cuya finalidad consiste en desarrollar propuestas alternativas que, teniendo en
cuenta las restricciones que debieran admitirse, satisfagan los requerimientos.
La etapa de desarrollo
incluye la elaboración del diseño
conceptual en términos que hagan que el sistema sea operable. Para ello,
comprende dos subetapas: la de diseño
detallado, cuyo propósito es especificar,
con el mayor grado de detalle, los elementos del sistema proyectado, y la de construcción,
cuyo objeto fundamental es la confección de los programas de computación que darán
cumplimiento a las especificaciones definidas.
La etapa de implementación
(o implantación) traduce en hechos
todo lo construido en la etapa anterior. Comprende dos subetapas: la subetapa
de prueba y conversión está destinada a probar el adecuado funcionamiento de
los programas, y a generar o convertir los archivos que el nuevo sistema
demanda. La subetapa de puesta en
marcha implica dar comienzo efectivo a la
operación del sistema diseñado. Paralelamente a las etapas de análisis y
desarrollo, será necesario elaborar el
plan de implementación y apropiar o preparar los recursos humanos, el
equipamiento computacional, las instalaciones, el entrenamiento de los
usuarios, etc. Finalmente, el ciclo de vida culmina con la explotación del sistema, es decir, su funcionamiento en régimen regular.
Simultáneamente con la operación, se inicia la actividad de mantenimiento, cuyo
propósito es ir adaptando el sistema a las modificaciones de contexto, a las cambiantes
necesidades del usuario y a los ajustes y optimizaciones que se van generando a
partir de la utilización del sistema.
Bibliografía:
Sistemas de Información, Raúl Horacio Saroka, Fundación OSDE, Buenos Aires, 1998.
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