274 - Sistemas Administrativos
jueves, 30 de noviembre de 2017
miércoles, 29 de noviembre de 2017
martes, 28 de noviembre de 2017
lunes, 27 de noviembre de 2017
XVIII Encuentro de Economías Regionales
La
Cátedra Abierta Plan Fénix nos invita a participar del seminario “La
planificación del desarrollo territorial en la Argentina contemporánea” en el
marco del XVIII Encuentro de Economías Regionales que se llevará acabo el día 6
de diciembre en la Facultad de Ciencias Económicas-UBA (Av. Córdoba 2122, CABA.
Aula 10 PB) de 9 a 20 horas; con entrada libre y gratuita.
Telxínoe: Moebius (1938 - 2012)
Jean
Giraud “Moebius” (8 de mayo de 1938 - 10
de marzo de 2012), fue un historietista e ilustrador francés,
que revolucionó la historieta de ciencia ficción de los años 70 y principios de
los 80.
James
Marshall “Jimi” Hendrix (27 de noviembre de 1942 -
18 de septiembre de 1970) fue un guitarrista, cantante y compositor
estadounidense, es considerado uno de los guitarristas más influyentes de la
historia del rock.
Jimi
Hendrix por Moebius
En
los años 80 Moebius dibuja un retrato de Jimi Hendrix usando como modelo una foto del fotógrafo Jean-Nöel Coghe, quien conoció al guitarrista durante los años 60; la no mención del autor de la foto -que
inspiró el dibujo- hizo que Coghe llevara a cabo una demanda judicial contra el dibujante; luego de años
de pleitos, ambos se conocen y como resultado surge un libro bellísimo:
Émotions Életriques, que relata la amistad del fotógrafo
con el guitarrista y contieme maravillosas ilustraciones de Moebius. Estas son
alguna de ellas.
Páginas
consultadas:
https://es.wikipedia.org/wiki/Jean_Giraud
https://es.wikipedia.org/wiki/Jimi_Hendrix
https://twitter.com/HoracioAltunahttps://es.wikipedia.org/wiki/Jean_Giraud
https://es.wikipedia.org/wiki/Jimi_Hendrix
https://www.taringa.net/posts/arte/20071027/Jimi-Hendrix-por-Moebius.html
viernes, 24 de noviembre de 2017
jueves, 23 de noviembre de 2017
Voces en el Fénix N° 65
Durante el transcurso de esta semana, se publicó en la web el último número de la Revista Voces en el Fénix, Busco mi destino, sobre la política universitaria.
Como sabemos la revista es una publicación del Plan Fénix, este y todos los números anteriores pueden consultarse y descargarse en forma gratuita en el siguiente link: Voces en el Fénix.
miércoles, 22 de noviembre de 2017
1949 - Gratuidad de la Enseñanza Universitaria - 2017
El 22
de noviembre de 1949, cuando se promulgó el Decreto N° 29.337 de Supresión de
Aranceles Universitarios, firmado por el entonces Presidente Juan Domingo
Perón, los estudiantes universitarios ganabamos un derecho que perdura hasta nuestros días.
La disposición configuró un avance
histórico en la concreción de muchos de los lineamientos proclamados por la
Reforma Universitaria de 1918 -próxima a celebrar su primer centenario-,
propiciando la movilidad social ascendente de vastas capas de la población, en
el marco de principios democráticos, de justicia social y calidad académica.
El Día de la Gratuidad de la Enseñanza
Universitaria fue aprobado por Ley 26.320 en 2007, como una fecha para
reafirmar el compromiso público con uno de los pilares que distinguen en el
mundo al sistema universitario argentino.
martes, 21 de noviembre de 2017
lunes, 20 de noviembre de 2017
Telxínoe: Isaac Asimov II
En
una entrevista realizada en 1988 en un programa televisivo, Asimov plantea su visión sobre el futuro de la
educación: Plantea que en el surgimiento de la
educación existía una relación uno a uno entre un profesor como fuente de
información y el alumno tutelado como consumidor de esa información. Luego
puntualiza que con la educación masiva se generó la estructura un profesor para
muchos. Entre estos modelos de relación uno a uno para pocos o relación de uno
a muchos para la mayoría, Asimov prevé un tercer modelo en el que todos puedan
tener un profesor en la forma de acceso al vasto conocimiento de la especie
humana. El escritor sostiene que existirá un modelo de educación uno a uno
cuando cada chico en su casa pueda de modo complementario a la escuela contar
con una computadora y así investigar sobre lo que él esté interesado en saber,
un lugar donde pueda hacer todas la preguntas que quiera, a su velocidad, a su
propio ritmo, porque en definitiva todos somos diferentes. De este modo, se
podrá disfrutar el aprender.
De esta manera, Isaac Asimov esta vaticinando la utilización de internet en el aprendizaje educativo.
Cuánto se divertían
Margie
lo anotó esa noche en el diario. En la página del 17 de mayo de 2157 escribió:
“¡Hoy Tommy ha encontrado un libro de verdad!”.
Era
un libro muy viejo. El abuelo de Margie contó una vez que, cuando él era
pequeño, su abuelo le había contado que hubo una época en que los cuentos
siempre estaban impresos en papel.
Uno
pasaba las páginas, que eran amarillas y se arrugaban, y era divertidísimo ver
que las palabras se quedaban quietas en vez de desplazarse por la pantalla. Y,
cuando volvías a la página anterior, contenía las mismas palabras que cuando la
leías por primera vez.
-Caray
-dijo Tommy-, qué desperdicio. Supongo que cuando terminas el libro lo tiras.
Nuestra pantalla de televisión habrá mostrado un millón de libros y sirve para
muchos más. Yo nunca la tiraría.
-Lo
mismo digo -contestó Margie. Tenía once años y no había visto tantos telelibros
como Tommy. Él tenía trece-. ¿En dónde lo encontraste?
-En
mi casa -Tommy señaló sin mirar, porque estaba ocupado leyendo-. En el ático.
-¿De
qué trata?
-De
la escuela.
-¿De
la escuela? ¿Qué se puede escribir sobre la escuela? Odio la escuela.
Margie
siempre había odiado la escuela, pero ahora más que nunca. El maestro
automático le había hecho un examen de geografía tras otro y los resultados
eran cada vez peores. La madre de Margie había sacudido tristemente la cabeza y
había llamado al inspector del condado.
Era
un hombrecillo regordete y de rostro rubicundo, que llevaba una caja de
herramientas con perillas y cables. Le sonrió a Margie y le dio una manzana;
luego, desmanteló al maestro. Margie esperaba que no supiera ensamblarlo de
nuevo, pero sí sabía y, al cabo de una hora, allí estaba de nuevo, grande,
negro y feo, con una enorme pantalla en donde se mostraban las lecciones y
aparecían las preguntas. Eso no era tan malo. Lo que más odiaba Margie era la
ranura por donde debía insertar las tareas y las pruebas. Siempre tenía que
redactarlas en un código que le hicieron aprender a los seis años, y el maestro
automático calculaba la calificación en un santiamén.
El
inspector sonrió al terminar y acarició la cabeza de Margie.
-No
es culpa de la niña, señora Jones -le dijo a la madre-. Creo que el sector de
geografía estaba demasiado acelerado. A veces ocurre. Lo he sintonizado en un
nivel adecuado para los diez años de edad. Pero el patrón general de progresos
es muy satisfactorio. -Y acarició de nuevo la cabeza de Margie.
Margie
estaba desilusionada. Había abrigado la esperanza de que se llevaran al
maestro. Una vez, se llevaron el maestro de Tommy durante todo un mes porque el
sector de historia se había borrado por completo.
Así
que le dijo a Tommy:
-¿Quién
querría escribir sobre la escuela?
Tommy
la miró con aire de superioridad.
-Porque
no es una escuela como la nuestra, tontuela. Es una escuela como la de hace
cientos de años -y añadió altivo, pronunciando la palabra muy lentamente-:
siglos.
Margie
se sintió dolida.
-Bueno,
yo no sé qué escuela tenían hace tanto tiempo -Leyó el libro por encima del
hombro de Tommy y añadió-: De cualquier modo, tenían maestro.
-Claro
que tenían maestro, pero no era un maestro normal. Era un hombre.
-¿Un
hombre? ¿Cómo puede un hombre ser maestro?
-Él
les explicaba las cosas a los chicos, les daba tareas y les hacía preguntas.
-Un
hombre no es lo bastante listo.
-Claro
que sí. Mi padre sabe tanto como mi maestro.
-No
es posible. Un hombre no puede saber tanto como un maestro.
-Te
apuesto a que sabe casi lo mismo.
Margie
no estaba dispuesta a discutir sobre eso.
-Yo
no querría que un hombre extraño viniera a casa a enseñarme.
Tommy
soltó una carcajada.
-Qué
ignorante eres, Margie. Los maestros no vivían en la casa. Tenían un edificio
especial y todos los chicos iban allí.
-¿Y
todos aprendían lo mismo?
-Claro,
siempre que tuvieran la misma edad.
-Pero
mi madre dice que a un maestro hay que sintonizarlo para adaptarlo a la edad de
cada niño al que enseña y que cada chico debe recibir una enseñanza distinta.
-Pues
antes no era así. Si no te gusta, no tienes por qué leer el libro.
-No
he dicho que no me gustara -se apresuró a decir Margie.
Quería
leer todo eso de las extrañas escuelas. Aún no habían terminado cuando la madre
de Margie llamó:
-¡Margie!
¡Escuela!
Margie
alzó la vista.
-Todavía
no, mamá.
-iAhora!
-chilló la señora Jones-. Y también debe de ser la hora de Tommy.
-¿Puedo
seguir leyendo el libro contigo después de la escuela? -le preguntó Margie a
Tommy.
-Tal
vez -dijo él con petulancia, y se alejó silbando, con el libro viejo y
polvoriento debajo del brazo.
Margie
entró en el aula. Estaba al lado del dormitorio, y el maestro automático se
hallaba encendido ya y esperando. Siempre se encendía a la misma hora todos los
días, excepto sábados y domingos, porque su madre decía que las niñas aprendían
mejor si estudiaban con un horario regular.
La
pantalla estaba iluminada.
-La
lección de aritmética de hoy -habló el maestro- se refiere a la suma de
quebrados propios. Por favor, inserta la tarea de ayer en la ranura adecuada.
Margie
obedeció, con un suspiro. Estaba pensando en las viejas escuelas que había
cuando el abuelo del abuelo era un chiquillo. Asistían todos los chicos del
vecindario, se reían y gritaban en el patio, se sentaban juntos en el aula,
regresaban a casa juntos al final del día. Aprendían las mismas cosas, así que
podían ayudarse a hacer los deberes y hablar de ellos. Y los maestros eran
personas…
La
pantalla del maestro automático centelleó.
-Cuando
sumamos las fracciones ½ y ¼…
Margie
pensaba que los niños debían de adorar la escuela en los viejos tiempos.
Pensaba en cuánto se divertían.
Cuentos
completos I, trad. Carlos Gardini, Barcelona, Ediciones B, 2005, págs. 163-166.
Paginas consultadas
http://llevatetodo.com/factor-clave/
https://narrativabreve.com/2013/12/cuento-asimov-cuando-se-divertian.html
https://narrativabreve.com/2013/12/cuento-asimov-cuando-se-divertian.html
https://www.taringa.net/posts/offtopic/6352285/Como-Ocurrio---Isaac-Asimov---Cuento-Corto.html
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/asimov.htm
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/asimov.htm
viernes, 17 de noviembre de 2017
miércoles, 15 de noviembre de 2017
martes, 14 de noviembre de 2017
Conferencia Voces en el Fénix
Con motivo de la presentación del próximo número de la revista Voces en el Fénix, Universidades: nunca son demasiadas, se realizará una conferencia el próximo Viernes 17 de Noviembre de 2017 - 18 Horas - en el SUM - 1º Piso (edificio principal) de la Facultad de Económicas de la UBA.
lunes, 13 de noviembre de 2017
Telxínoe: Isaac Asimov (1920 - 1992)
El
escritor Isaac Asimov (Petrovichi, Smoliensk, 1920 - Nueva York, 1992) fue un
escritor estadounidense de origen ruso que destacó especialmente en el género
de la ciencia-ficción y la divulgación cientítica.
Fue
un escritor prolífico (más de quinientos títulos publicados) y gran divulgador,
la obra futurista de Asimov ha gozado de gran popularidad por el sabio
equilibro que consigue entre el estilo, la imaginación literaria y el mundo
tecnológico y científico. En 1939 empezó a publicar cuentos de ciencia ficción
en las revistas especializadas, imponiéndose en pocos años como el principal
representante de la rama "tecnológica" de este género, en la que la
visión del mundo futuro y de nuevas formas de organización social se basa
siempre en premisas de carácter científico (aunque más o menos futuristas) y
los avances tecnológicos correspondientes.
Dos cuentos breves de Isaac Asimov
Dos cuentos breves de Isaac Asimov
Factor
Clave
Jack
Weaver salió desde las entrañas de Multivac cansado y malhumorado.
-¿Nada?
-le preguntó Todd Nemerson desde el taburete donde mantenía su guardia
permanente.
-Nada
-contestó Weaver- Nada, nada, nada. Nadie puede descubrir qué pasa.
-Excepto
que no funciona, querrás decir.
-Tú
no eres de gran ayuda, ahí sentado.
-Estoy
pensando.
-¡Pensando!
Weaver
entreabrió una comisura de la boca, mostrando un colmillo. Nemerson se removió
con impaciencia en el taburete.
-¿Por
qué no? Hay seis equipos de técnicos en informática merodeando por los
corredores de Multivac.
-No
han obtenido ningún resultado en tres días. ¿No puedes dedicar una persona a
pensar?
-No
es cuestión de pensar. Tenemos que buscar. Hay un relé atascado en alguna
parte.
-No
es tan simple, Jack.
-¿Quién
dice que sea simple? ¿Sabes cuántos millones de relés hay aquí?
-Eso
no importa. Si sólo fuera un relé, Multivac tendría circuitos alternativos,
dispositivos para localizar el fallo y capacidad para reparar o sustituir la
pieza defectuosa. El problema es que Multivac no sólo no responde a la pregunta
original, sino que se niega a decirnos cuál es el problema. Y entre tanto
cundirá el pánico en todas las ciudades si no hacemos algo. La economía mundial
depende de Multivac, y todo el mundo lo sabe.
-Yo
también lo sé. ¿Pero qué se puede hacer?
-Te
lo he dicho. Pensar. Sin duda hemos pasado algo por alto. Mira, Jack, durante
cien años los genios de la informática se han dedicado a hacer de Multivac una
entidad cada vez más compleja. Ahora puede hacer de todo, incluso hablar y
escuchar. Es casi tan complejo como el cerebro humano. No entendemos el cerebro
humano, ¿cómo vamos a entender a Multivac?
-Oh,
cállate. Sólo te queda decir que Multivac es humano.
-¿Por
qué no? -Nemerson se sumió en sus reflexiones- Ahora que lo dices, ¿por qué no?
¿Podríamos asegurar si Multivac ha atravesado la fina línea divisoria en que
dejó de ser una máquina para comenzar a ser humano? ¿Existe esa línea
divisoria? Si el cerebro humano es apenas más complejo que Multivac y no
paramos de hacer a Multivac cada vez más complejo, ¿no hay un punto donde…?
Dejó
la frase en el aire. Weaver se puso nervioso.
-¿Adónde
quieres llegar? Supongamos que Multivac sea humano. ¿De qué nos serviría eso
para averiguar por qué no funciona?
-Por
una razón humana, quizá. Supongamos que te preguntaran a ti el precio más
probable del trigo en el próximo verano y no contestaras. ¿Por qué no
contestarías?
-Porque
no lo sé. Pero Multivac lo sabría. Le hemos dado todos los factores. Puede
analizar los futuros del clima, de la política y de la economía. Sabemos que
puede. Lo ha hecho antes.
-De
acuerdo. Supongamos que yo te hiciera la pregunta y que tú conocieras la
respuesta, pero no me contestaras. ¿Por qué?
-Porque
tendría un tumor cerebral- rezongó Weaver- Porque habría perdido el
conocimiento. Porque estaría borracho. ¡Demonios, porque mi maquinaria no
funciona! Eso es lo que tratamos de averiguar en Multivac. Estamos buscando el
lugar donde su maquinaria está estropeada, buscamos el factor clave.
-Pero
no lo has encontrado -Nemerson se levantó del taburete.
-¿Por
qué no me haces la pregunta en que se atascó Multivac?
-¿Cómo?
¿Quieres que te pase la cinta?
-Vamos,
Jack. Hazme la pregunta con toda la charla previa que le das a Multivac. Porque
le hablas, ¿no?
-Tengo
que hacerlo. Es terapia.
Nemerson
asintió con la cabeza.
-Sí,
de eso se trata, de terapia. Ésa es la versión oficial. Hablamos con él para
fingir que es un ser humano, con el objeto de no volvernos neuróticos por tener
una máquina que sabe mucho más que nosotros. Convertimos a un espantoso
monstruo de metal en una imagen paternal y protectora.
-Si
quieres decirlo así…
-Bien,
está mal y lo sabes. Una computadora tan compleja como Multivac debe hablar y
escuchar para ser eficaz. No basta con insertarle y sacarle puntitos
codificados. En un cierto nivel de complejidad, Multivac debe parecer humano,
porque, por Dios, es que es humano. Vamos, Jack, hazme la pregunta. Quiero ver
cómo reacciono.
Jack
Weaver se sonrojó.
-Esto
es una tontería.
-Vamos,
hazlo.
Weaver
estaba tan deprimido y desesperado que accedió. A regañadientes, fingió que
insertaba el programa en Multivac y le habló del modo habitual. Comentó los
datos más recientes sobre los disturbios rurales, habló de la nueva ecuación
que describía las contorsiones de las corrientes de aire, sermoneó respecto a
la constante solar.
Al
principio lo hacía de un modo rígido, pero pronto el hábito se impuso y habló
con mayor soltura, y cuando terminó de introducir el programa casi cortó el
contacto oprimiendo un interruptor en la cintura de Todd Nemerson.
-Ya
está. Desarrolla eso y danos la respuesta sin demora.
Por
un instante, Jack Weaver se quedó allí como si sintiera una vez más la
excitación de activar la máquina más gigantesca y majestuosa jamás ensamblada
por la mente y las manos del hombre. Luego, regresó a la realidad y masculló:
-Bien,
se acabó el juego.
-Al
menos ahora sé por qué yo no respondería -dijo Nemerson- así que vamos a
probarlo con Multivac. Lo despejaremos; haremos que los investigadores le
quiten las zarpas de encima. Meteremos el programa, pero déjame hablar a mí.
Sólo una vez.
Weaver
se encogió de hombros y se volvió hacia la pared de control de Multivac,
cubierta de cuadrantes y de luces fijas. Lo despejó poco a poco. Uno a uno
ordenó a los equipos de técnicos que se fueran.
Luego,
inhaló profundamente y comenzó a cargar el programa en Multivac. Era la
duodécima vez que lo hacía.
En
alguna parte lejana, algún periodista comentaría que lo estaban intentando de
nuevo. En todo el mundo, la humanidad dependiente de Multivac contendría
colectivamente el aliento.
Nemerson
hablaba mientras Weaver cargaba los datos en silencio. Hablaba con soltura,
tratando de recordar qué había dicho Weaver, pero esperando el momento de
añadir el factor clave.
Weaver
terminó, y Nemerson dijo, con un punto de tensión en la voz:
-Bien,
Multivac. Desarrolla eso y danos la respuesta. -Hizo una pausa y añadió el
factor clave-: Por favor.
Y por
todo Multivac las válvulas y los relés se pusieron a trabajar con alegría. A
fin de cuentas, una máquina tiene sentimientos…, cuando ha dejado ya de ser una
máquina.
Cómo
Ocurrió
Mi
hermano empezó a dictar en su mejor estilo oratorio, ése que hace que las
tribus se queden aleladas ante sus palabras.
—En
el principio —dijo—, exactamente hace quince mil doscientos millones de años,
hubo una gran explosión, y el universo...
Pero
yo había dejado de escribir.
—¿Hace
quince mil doscientos millones de años? —pregunté, incrédulo.
—Exactamente
—dijo—. Estoy inspirado.
—No
pongo en duda tu inspiración —aseguré. (Era mejor que no lo hiciera. Él es tres
años más joven que yo, pero jamás he intentado poner en duda su inspiración.
Nadie más lo hace tampoco, o de otro modo las cosas se ponen feas.)—. Pero,
¿vas a contar la historia de la Creación a lo largo de un periodo de más de
quince mil millones de años?
—Tengo
que hacerlo. Ése es el tiempo que llevo. Lo tengo todo aquí dentro —dijo,
palmeándose la frente—, y procede de la más alta autoridad.
Para
entonces yo había dejado el estilo sobre la mesa.
—¿Sabes
cuál es el precio del papiro?— dije.
—¿Qué?
Puede
que esté inspirado, pero he notado con frecuencia que su inspiración no incluye
asuntos tan sórdidos como el precio del papiro.
—Supongamos
que describes un millón de años de acontecimientos en cada rollo de papiro. Eso
significa que vas a tener que llenar quince mil rollos. Tendrás que hablar
mucho para llenarlos, y sabes que empiezas a tartamudear al poco rato. Yo
tendré que escribir lo bastante como para llenarlos, y los dedos se me acabaran
cayendo. Además, aunque podamos comprar todo ese papiro, y tu tengas la voz y
la fuerza suficientes, ¿quién va a copiarlo? Hemos de tener garantizados un
centenar de ejemplares antes de poder publicarlo, y en esas condiciones, ¿cómo
vamos a obtener derechos de autor?
Mi
hermano pensó durante un rato. Luego dijo:
—¿Crees
que deberíamos acortarlo un poco?
—Mucho
—puntualicé, si esperas llegar al gran público.
—¿Qué
te parecen cien años?
—¿Qué
te parecen seis días?
—No
puedes comprimir la Creación en sólo seis días —dijo, horrorizado.
—Ése
es todo el papiro de que dispongo —le aseguré—. Bien, ¿qué dices?
—Oh,
está bien —concedió, y empezó a dictar de nuevo—. En el principio...
—¿De
veras han de ser solo seis días, Aaron?
—
Seis días, Moisés —dije firmemente.
Paginas consultadas
http://llevatetodo.com/factor-clave/
https://narrativabreve.com/2013/12/cuento-asimov-cuando-se-divertian.html
https://narrativabreve.com/2013/12/cuento-asimov-cuando-se-divertian.html
https://www.taringa.net/posts/offtopic/6352285/Como-Ocurrio---Isaac-Asimov---Cuento-Corto.html
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/asimov.htm
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/asimov.htm
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