Siempre
ha existido un pensamiento derivado de la concepción burocrática de Max Weber,
que es garantizar las relaciones laborales por sobre las relaciones afectivas de
los empleados en una organización, desterrando cualquier tipo de relación de
parentesco o afectiva entre sus miembros, los que defienden este
concepto sueles pronunciar la frase “al trabajo no se viene a ganar amigos”.
Sin
embargo, últimamente se han pronunciado en contra de este pensamiento muchos investigadores
y científicos: la amistad nos hace más felices y por consiguiente nos permite ser más productivos.
Así es, las relaciones de amistad entre compañeros de trabajo nos hacen sentir
más contentos y apreciar más el entorno laboral, la empresa y las sensaciones
que allí vivimos.
Los
estudios realizados en los últimos años y los investigadores que trabajan en la
materia afirman que:
1.
En los momentos de dificultad es importante tener alguien en quien confiar.
2.
Contar con un grupo de amigos ayuda al desenvolvimiento en las situaciones de
estrés propias del trabajo.
3.
Compartir las experiencias o simplemente la jornada, en un entorno positivo,
favorece que las horas que pasamos en el trabajo sean más llevaderas y
agradables.
4.
Las relaciones cordiales, de confianza y de respeto mutuo promueven la
creatividad y el diálogo fluido en la construcción de ideas.
5.
Por tanto, la competencia desmedida no conduce a ningún lado. El compromiso
compartido es el verdadero camino del éxito.
Lo
más importante es entender que la amistad en el entorno laboral significa
respetar a todos los compañeros, sin ningún tipo de prejuicios, aportando compromiso y solidaridad con el otro, creando un buen clima laboral, esencial para el desarrollo laboral y el logro de los objetivos, sean estos organizacionales o individuales.
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