viernes, 31 de octubre de 2025

Humor en la oficina

 


Economía, ética y negocios en la postmodernidad - ECON 2025

Presentamos otra conferencia, dictada en el XIX Congreso Internacional de Economía y Gestión “Econ 2025”Economía, ética y negocios en la postmodernidad.

Este video estuvo a cargo de los docentes de nuestra facultad (FCE – UBA) Alejandro Estévez, Fernando Flores Mayo, Fernando Moroni y Gustavo Tapia; y cuenta también con la disertación prestigiosos docentes europeos: José Fernández Fernández, Luis Bamuele y Stéfano Zamagni; los invito a ver el video: 
 
 

jueves, 30 de octubre de 2025

La Inteligencia Artificial Generativa en la enseñanza en el nivel superior - ECON 2025

Presentamos otra conferencia, dictada en el XIX Congreso Internacional de Economía y Gestión “Econ 2025”La Inteligencia Artificial Generativa en la enseñanza en el nivel superior.

Este video estuvo a cargo de Virginia Chaina, docente de nuestra facultad (FCE – UBA); los invito a ver el video: 
 

La computación en la nube como motor de agilidad empresarial - ECON 2025

Presentamos otra conferencia, dictada en el XIX Congreso Internacional de Economía y Gestión “Econ 2025”La computación en la nube como motor de agilidad empresarial.

Este video estuvo a cargo de Anibal Mazza Fraquelli, docentes de nuestra facultad (FCE – UBA); los invito a ver el video: 
 

Transformación cultural en la era de la IA generativa - ECON 2025

Presentamos otra conferencia, dictada en el XIX Congreso Internacional de Economía y Gestión “Econ 2025”Transformación cultural en la era de la IA generativa.

Este video estuvo a cargo de Karina Gutiérrez, docente de nuestra facultad (FCE – UBA); los invito a ver el video: 

Desafíos del control en la gestión gubernamental - ECON 2025

Presentamos otra conferencia, dictada en el XIX Congreso Internacional de Economía y Gestión “Econ 2025”Desafíos del control en la gestión gubernamental.

Este video estuvo a cargo de Gabriela Russo, Gustavo Montanini y Luis Cowes, docentes de nuestra facultad (FCE – UBA); los invito a ver el video: 
 
 
 

CEOs y Gerentes: Bernardo Romeo de las Selecciones Juveniles (AFA)

Presentamos una entrevista a Bernardo Romeo Coordinador de las Selecciones juveniles de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), publicada en el diario La Nación. Leemos en el artículo:

Bernardo Romeo y el éxito del proceso de juveniles: formación, scouting internacional y el legado de Pekerman

El exdelantero, hoy coordinador, contó las claves del proyecto y por qué Argentina “vive un momento histórico”

En una pecera de vidrio, repartidos a ambos lados de una mesa, ocho personas con indumentaria de la selección trabajan en silencio. Hay computadoras, carpetas y algunos papeles Aunque es un espacio de debate, desde afuera se percibe el silencio, el orden y la concentración. Son las primeras horas de una larga jornada. Contra una de las paredes cuelga una pizarra con la planificación semanal, además de televisores, sillones y ventanas ploteadas de celeste y blanco con el escudo de la AFA.

El Mundial Sub 20 ya quedó atrás y la mayor está en receso hasta noviembre, pero el predio de Ezeiza no se detiene nunca: siempre hay movimiento, reuniones, entrenamientos. Fuera de ese espacio, entre música y aplausos, se escucha la voz amplificada de un micrófono: es la de Sergio Goycochea, que conduce un evento por la presentación de un banco como nuevo sponsor de la selección. Allí está Claudio Tapia, quien posa con camisetas firmadas por Lionel Messi, Julián Álvarez y Dibu Martínez, obsequios para el CEO y los directores de la empresa. Es, en parte, lo que sostiene económicamente este proceso.

Cuando LA NACION llega al lugar, Bernardo Romeo, coordinador de selecciones juveniles, abre la puerta de la oficina que comparte con el resto del staff. En la misma sala se encuentra Diego Placente, el técnico que viene de lograr el subcampeonato mundial juvenil con el Sub 20 y que este lunes iniciará otro desafío en Qatar, ahora con la Sub 17, en busca del único título que todavía falta en las vitrinas argentinas. La escena la completan Adrián Gallará, quien condujo a la Sub 15 en la Liga Evolución, donde terminó segunda detrás de Brasil, junto con ayudantes, preparadores físicos y videoanalistas. En la recorrida por el predio, también van y vienen chicos y chicas con ropa de entrenamiento. Todos, sin excepción, saludan con respeto. Es parte de una escuela que se busca mantener: una línea de conducta que atraviesa cada categoría.

Aún perdura la bronca por la final perdida del Sub 20 en Chile. El equipo estuvo a la altura durante casi todo el torneo, pero cayó ante Marruecos en el último partido. Se percibe una mezcla de desazón por el resultado y satisfacción por el camino recorrido: Argentina volvió a una final de Mundial después de 18 años.

“Todo lo que se hace acá tiene un objetivo claro: nutrir a la selección mayor. Yo soy el primero que quiere ganar, vengo de la escuela de Estudiantes, pero no de cualquier manera; no es algo que nos vuelva locos. Ahora, si no ves resultados arriba, ahí sí hay que preocuparse. Si ningún jugador llega, es porque algo se hace mal. Hay ejemplos como (Valentín) Barco o (Agustín) Giay, que empezaron en la Sub 15 y hoy son considerados en la mayor. O como (Claudio) Echeverri y (Julio) Soler, que pasaron por Sub 17, Sub 20, Sub 23 y finalmente el plantel principal. Eso nos deja tranquilos porque significa que esta metodología de trabajo viene dando sus frutos, aunque siempre haya margen para crecer y mejorar”, explica Romeo.

-Lo más valioso no siempre es el resultado, pero se estuvo muy cerca de conseguir el título. ¿Qué sensación dejó el segundo puesto en el Mundial?

-Si llegás a la final, el balance es positivo. En este caso, lo fue aún más, considerando que en medio del proceso hubo un cambio de técnico por la salida de Javier (Mascherano) al Inter Miami, en octubre del año pasado. Hubo que confirmar rápidamente a Diego (Placente) y armar un cuerpo técnico nuevo… no era sencilla la parada. Arrancamos en enero en Venezuela, con el Sudamericano, donde también fuimos subcampeones, y después aparecieron los contratiempos lógicos por los futbolistas que no pudieron ser cedidos. La Sub 20 no es como la Sub 15 o Sub 17, donde los futbolistas entrenan varias veces por semana en el predio; en este caso, muchos se conocieron prácticamente durante el Mundial. Apenas se logró la clasificación, me ocupé personalmente de hablar con los clubes, los representantes y todo el entorno de los jugadores para contar con ellos en el torneo. Todos hicieron lo posible por sumarse, pero en la Sub 20 no es obligación liberarlos, y cada club aplica su propia política. En Chile, la convivencia fue muy buena y se jugó buen fútbol. El sabor amargo de la final lo tenemos y lo vamos a tener por un tiempo, sin dudas. Pero siempre hay que mirar el vaso medio lleno, y para mí la experiencia fue más que satisfactoria.

-Te incorporaste al proyecto de juveniles a comienzos de 2020. ¿Te sorprendió el llamado de Scaloni?

-Con él fui compañero en Estudiantes y en la Sub 20 de José Pekerman. Fuimos campeones en Malasia 97, junto a Pablo Aimar, Diego Placente y Walter Samuel. Tal vez con Lionel no tenía tanto diálogo, pero sí hablaba bastante con Pablo, que también me contactó, y con Diego, con quien compartí plantel en San Lorenzo. De todas formas, más allá de haber sido compañeros y de la buena relación que teníamos, por más que uno tenga un nombre, tenés que demostrarlo. Para estar en la selección, sea en el cargo que sea, hay que tener una espalda linda. Yo venía de cinco años muy buenos en San Lorenzo, donde se ganó la Copa Libertadores, el torneo con Pizzi y la Supercopa con Guede. Siempre desde la línea de cal hacia afuera, y con el perfil que me caracterizó siempre. Todavía hay gente que me pregunta qué estoy haciendo, y ya llevo seis años en la AFA. Pero es mi forma de ser: me gusta trabajar en silencio, que todo salga bien. Yo soy gestión. Esta oficina, por ejemplo, era más chiquita, y pedí agrandarla para que todos podamos vernos, trabajar en equipo y sentirnos parte de un proyecto integral. De hecho, las categorías no tienen un cuerpo técnico fijo: a veces cambian los ayudantes, los profes o los videoanalistas. Mientras estábamos en Chile con la Sub 20, estábamos con el Chino Garcé y Facundo Quiroga definiendo la lista de la Sub 17. Es un proyecto integral, y logramos que todos se comprometan al 100%, sea en el lugar que les toque.

-¿Se fijan metas a corto plazo, como que cierto número de jugadores llegue al plantel de la mayor en un Mundial?

-Es una continuidad. Vos tenés que competir con los juveniles y seguir formando jugadores. La Sub 15 va al Mundial de Qatar, que desde ahora se jugará todos los años. El Sub 17, lo mismo: Sudamericano y Mundial. Y hay una idea para que la Sub 20 también tenga competencia anual a partir de 2027. Nosotros les decimos a los chicos que miren siempre una categoría más adelante: la Sub 20, la Sub 23, la mayor, porque la matriz de trabajo es la misma. A muchos les va a tocar dar el salto y tienen que estar preparados. Desde el día que entran acá, ya son jugadores de selección. Y les remarcamos que el jugador de selección tiene que ser distinto: que este predio es lo más lindo que hay, y que está en ellos mantener o elevar su nivel para volver.

-¿Cómo es el vínculo con la mayor?

-Con una conexión impresionante con Lionel (Scaloni). Por pedido suyo, hemos entrenado en la cancha que está al lado de la de la mayor, para que los chicos puedan observar de cerca a los jugadores, aprender de ellos y, si hace falta, que él pueda sumar a alguno para completar una práctica. Lionel es la cabeza de este proyecto. Además, está Pablo Aimar, a quien le gustan mucho los juveniles. Viene cada vez que puede, comparte con todos y mantiene una relación muy cercana con el grupo. Él surgió de las selecciones menores, por eso disfruta mucho estar acá. Es importante que Lionel vea que el recambio aparece, que los chicos siguen creciendo y están listos para cuando los necesite.

-¿Cómo es la búsqueda de jugadores en el plano local?

-Por lo general, Diego y Pablo van siempre. Yo, cuando puedo, voy a los clubes de La Plata, que me quedan a mano. Algunos chicos viven cerca de Rosario, así que se acercan a ver a Newell’s y a Central, o viajan a Córdoba; nos vamos dividiendo. Sí es verdad que hay que mejorar la parte de scouting, que hoy estamos un poco cortos, pero contamos con el respaldo de los clubes, que trabajan muy bien y tienen su área de seguimiento de jugadores, lo que facilita mucho nuestro trabajo. Además, estoy en un chat con los coordinadores: ellos tienen la obligación de mantenerme al tanto de lo que sucede, como cuando detectan a un jugador que se destaca o cuando otro país se interesa por algún chico. A los técnicos y a los profes les pido que se apoyen mucho, sobre todo en etapas decisivas, como el momento de definir una lista. Los clubes son parte fundamental de este proceso.

-¿Quién define la elección de los jugadores?

-Participamos todos los que formamos parte del staff. Me gusta ser abierto y escuchar la opinión del grupo: analizar, discutir y que cada uno esté involucrado. La decisión final la toma Diego, que es el entrenador, pero cada integrante aporta su visión.

-Más allá de lo futbolístico, ¿qué características debe tener un jugador para ser “seleccionable”?

-¿Ves ese cartel que está ahí? -señala con el dedo-. Bueno, esos son nuestros valores: sentido de pertenencia, humildad, determinación, generosidad, entusiasmo, respeto, trabajo en equipo y compromiso. Lo colgamos hace un tiempo. Cada vez que llega un chico, nos paramos frente al cartel y le pedimos que lo lea. Además, a todos se les da una charla. Las más largas son con los de la Sub 15. Se les presenta a las personas de cada área -utileros, cocina, pensión, el complejo habitacional- y se repasan las normas: saludar a toda persona que esté en el predio, decir gracias, juntar las cosas en la bandeja después de comer, no dejar nada tirado en el vestuario, entre otras. Acá se les brinda todo, pero ellos también tienen que colaborar con el personal. Hemos apartado a algunos chicos por no adecuarse a esos valores. No es la primera opción, claro. Antes hablamos con el jugador, luego con el coordinador de su club para que intente ayudarlo a corregirse, y tratamos de que, entre ellos y la selección, encontremos la mejor forma de resolver el problema. Porque los chicos pueden estar atravesando muchas situaciones: un entorno difícil, conflictos familiares o la influencia de un representante. No decimos: “se porta mal, no viene más”. Pero si después de tres o cuatro intentos vemos que la cosa no cambia, ahí sí pensamos en otro chico. Además, tenemos un psicólogo, Juan Manuel Brindisi -el hijo de Miguel-, que nos ayuda mucho en esos casos y en momentos sensibles, como cuando damos una lista, por ejemplo ahora con la del Mundial Sub 17. Es importante que los chicos reciban esa contención: los que quedan afuera, para que no crean que se les viene el fin del mundo, y los que van, para que no piensen que ya está todo hecho.

-¿Y el estudio?

-Es un tema que también seguimos de cerca, aunque a veces resulta complicado por la falta de tiempo. Los chicos de la Sub 15, que son los que más vienen, están lunes, martes y miércoles, y eso dificulta un poco las cosas. Ni hablar de los que llegan desde Córdoba, Santa Fe, Rosario u otras ciudades del interior. A ellos tratamos de brindarle apoyo, aunque a veces cuesta. Me gustaría, sinceramente, desarrollar un proyecto que ponga más énfasis en ese aspecto. Cuando estamos más tiempo juntos, como en un Sudamericano, intentamos realizar actividades lúdicas y también para pedirles a los chicos que estudien algún tema. De eso suelen ocuparse Adrián Gallará, el técnico de la Sub 15, y el profe Enrique Cesana. Por ejemplo, ahora les encargó a los jugadores de la Sub 17 que investiguen sobre Qatar. Después se les hacen preguntas: cuál es la moneda del país, su capital, el plato típico... Un poco de historia para que conozcan el país donde van a estar y, sobre todo, para que aprendan, porque no se trata solo de jugar bien al fútbol.

En el Torneo Evolución Sub 15, la Conmebol incluso obligó a presentar los certificados de alumno regular de los chicos para poder participar, y nos parece perfecto. Hoy existen mil modalidades de estudio. Nosotros les insistimos a los chicos en que, además del colegio, hagan algún curso: inglés, computación, algo que les sume herramientas para la vida. No solo pensando en el después de la carrera, sino también en el durante, porque eso los ayuda a pensar, a desarrollarse mejor y a mejorar la toma de decisiones, que es clave en un jugador de fútbol.

Más de una vez me llamaron coordinadores para avisarme que un chico andaba mal en el colegio, o que estaba medio vago o agrandado, y en esos casos tengo la obligación de no citarlo. No podemos premiar a quien hace las cosas mal. Cuando vuelve a encaminarse, sí lo convocamos. Tenemos que incentivar que los chicos piensen, dentro y fuera de la cancha.

-¿Cuál es el perfil de entrenadores que se busca? No es casualidad que la enorme mayoría tenga experiencia en selecciones juveniles.

-Es un tema que hablamos mucho con Diego y con Pablo. Que un técnico haya pasado por la selección, que haya convivido con un plantel, es muy valioso. A fines de 2024 se sumaron Facundo Quiroga, que estuvo en la Sub 20 de José y en la mayor, y el Chino Garcé, que estuvo con Diego (Maradona) en el Mundial de Sudáfrica. A veces es más importante el sentido de pertenencia y la capacidad de transmitir la línea de trabajo que lo que pueda saber en lo táctico o técnico. Nos podemos equivocar en una elección, por supuesto, pero intentamos mantener esa coherencia. Buscamos perfiles similares a los nuestros. Hay muchos capacitados para estar acá, pero es imposible contar con todos.

Romeo hizo el curso de DT al final de su carrera, pero nunca lo motivó dirigir. “Siempre me gustó la gestión; en mi etapa en San Lorenzo me enamoré de esa función”, comenta. Entiende que, para estar a cargo de una estructura tan grande, también debe estar capacitado, y por eso no pierde oportunidad de participar en capacitaciones y congresos organizados por AFA, FIFA y Conmebol.

Está presente en todos los entrenamientos y charlas técnicas, pero siempre a un costado de la cancha y sin intervenir sobre cuestiones futbolísticas, a menos que el entrenador le pida una opinión. Su día comienza temprano: como vive en City Bell, sale con anticipación para evitar la hora pico y recorrer con tranquilidad los 75 kilómetros hasta el predio. Romeo tiene dos oficinas en Ezeiza: la principal, donde desarrolla la metodología de trabajo; y otra más pequeña, donde recibe gente y realiza reuniones. Pasa entre 12 y 13 horas en el complejo, y siempre lleva tarea para el hogar.

En los 59 minutos que dura la charla con LA NACION, el teléfono de Romeo queda en modo vibrador: le llegan al menos una docena de mensajes, que responderá más tarde. Después del almuerzo, observará en una plataforma virtual las imágenes y datos que envía desde Europa Juan Martín Tassi, una persona clave en el proyecto de selecciones que se encarga de captar talentos con raíces argentinas a lo largo de todo el Viejo Continente.

-¿Cómo surgió la idea de crear el área de scouting internacional?

-Cuando asumí en 2020, me llegaban videos de todos lados: representantes, allegados, gente del fútbol. Pero todo era a los ponchazos, una locura. No había un orden y era imposible hacer un seguimiento de ese modo. Por eso, planteé el proyecto de crear el Departamento de Scouting. Quería tener a alguien en Madrid, porque muchos chicos eran hijos de argentinos que habían emigrado a España con la crisis del 2001. El tema era quién ocuparía ese rol: debía ser una persona capacitada, preparada y, sobre todo, transparente. Pensé en Juan, a quien había tenido como preparador físico en San Lorenzo y Quilmes, en el cuerpo técnico de Leo Madelón. Además, es máster en rendimiento deportivo, tiene un doctorado en ciencias del deporte y un plus: conocía el fútbol juvenil por haber trabajado muchos años en las inferiores de Estudiantes. Era la persona indicada. Empezó con una agendita bajo el brazo, golpeando puertas de los clubes. Muchas veces, le firmábamos una nota a modo de presentación y nos contactábamos previamente con los clubes para que le permitieran ingresar a los predios. Los casos más conocido fueron los de Alejandro Garnacho o Nico Paz, pero ha censado a cientos de chicos, y varios han tenido la oportunidad de entrenarse con nosotros. Obviamente, para ganarse un lugar, los jugadores deben ser iguales o mejores que los de acá. Para esto es vital el respaldo de Chiqui (Tapia) y de toda la dirigencia de AFA, que cubre no solo el pasaje de los chicos para entrenar unos días en el predio, sino también los gastos de logística.

-¿La idea es ampliar el área?

-Sí. Juan (Martín Tassi) se mueve por distintos países, pero estamos trabajando en proyectos para llegar a otros lugares, como Estados Unidos, sobre todo desde la llegada de Messi y el desarrollo que está generando la AFA en Miami. Incluso, ya vinieron algunos chicos de la MLS. Benjamin Cremaschi estuvo acá con Mascherano y luego se decidió por Estados Unidos, pero lo tuvimos. Otra opción es organizar visorías, como hacemos actualmente en el fútbol femenino: llevar un cuerpo técnico y evaluar los jugadores ahí mismo. Son ideas.

Ampliar el área requiere una inversión importante: de personal, de traslados. A veces hay que viajar para entrevistarse con los padres, visitar al chico de vez en cuando o mantener el contacto con él y su familia en momentos en que no es citado, para que sepa que sigue en el radar y no crea que lo olvidamos. No es sencillo. Este año, con Sudamericano y Mundial Sub 17 y Sub 20, no pudimos dedicarnos por completo a algunos planes que tenemos en vista. Sabemos que el área funciona bien, y es momento de potenciarla y dar un nuevo paso.

-¿Cuánto influye el éxito de la mayor para que un chico que nació y creció en Europa elija jugar para Argentina?

-Mi llegada coincidió con el momento en que la selección empezó a cosechar títulos, así que todo vino de la mano. Pero, obviamente, tiene mucha importancia: cuando se gana arriba, todo lo demás se facilita, más aún cuando hay conocimiento y trabajo conjunto entre todas las categorías. Para nosotros fue un orgullo lo que dijo Lionel (Scaloni) durante la gira por Estados Unidos, cuando nos felicitó a todos por el trabajo realizado y destacó que los chicos pueden tener, a futuro, una oportunidad en la mayor. Ese tipo de gestos también contribuye a que los jugadores se inclinen por Argentina.

-Alguna vez, Julio Grondona organizó un amistoso de la Sub 20 solo para que Messi jugara en la selección y así asegurarse de que España no lo pudiera tentar. ¿Hoy se hacen cosas similares?

-No es necesario. Además, las reglas cambian: hoy un jugador debe disputar tres partidos oficiales en la mayor para no poder jugar en otra selección. En juveniles, la normativa es más flexible. Nosotros convocamos al jugador e intentamos prepararlo de la mejor manera posible. Si creemos que está listo para dar el salto, lo charlamos con el cuerpo técnico de la mayor, que también está muy pendiente y sabe cuándo un jugador puede ser citado. Hay casos de chicos a los que seguimos, pero a los que no podemos garantizarle un lugar, y que finalmente eligen otra selección, como ocurrió con Mateo Retegui: si venía con nosotros, debía competir con dos o tres 9 de gran nivel. No podemos pedirles a los chicos que esperen un llamado que quizá nunca llegue. Nos pasó con un Sub 15 de Newell’s, Gio Rubertone, que podía jugar para Argentina o para Chile. Quedó fuera de la lista del Torneo Evolución y lo primero que hicimos fue avisarle que quedaba liberado por si quería aprovechar la otra chance. No debemos ser egoístas y avisarle el día anterior. En todo caso, si el jugador quiere y nosotros lo vemos apto, podemos volver a llamarlo en el futuro.

-¿No se corre el riesgo de que Argentina pierda un poco de su identidad futbolística con chicos que no jugaron ni se formaron en el país?

-Tenemos una gran diferencia respecto de las demás selecciones: el sentido de pertenencia. Nos lo reconocen todos, desde los brasileros hasta los europeos. Un caso es Can Güner, alemán, que jugará el Mundial Sub 17 con Argentina. Lo habíamos estado siguiendo: tiene abuela argentina, se hizo el pasaporte, vino, vio cómo lo tratamos, recorrió el predio, observó a los campeones del mundo entrenando junto a él, y se sintió uno más. Quizás ese gen competitivo no lo tengan de nacimiento, pero acá pueden adoptarlo. Es un momento histórico para Argentina, y los chicos quieren formar parte. Y si no quieren, no pasa nada: no presionamos a ninguno.

-¿Qué papel tiene en ese proceso el legado de José Pekerman?

-Nosotros estamos todos cortados por la misma tijera: Scaloni, Aimar, Samuel, Placente, Quiroga... José es un formador, representa los valores. Él y su cuerpo técnico nos han inculcado y enseñado un montón de cosas: respeto, presencia, buena conducta. Un día el Profe (Gerardo) Salorio me hizo afeitar, y eso que yo era de los pocos de ese grupo, junto a Juan José Serrizuela, que ya llevábamos un tiempo en Primera. Hoy todo cambió mucho, pero aún así tratamos de mantener esos principios. Nos vamos actualizando: a veces hay que aflojar un poco porque cambió la manera de relacionarse con los chicos. Tengo tres hijos, así que algo conozco. Pero hay cosas que se mantienen, y a Diego, Pablo, Lionel y al resto de los muchachos nos encanta preservarlas.

-¿Viviste momentos en los que debiste aplicar alguna de esas enseñanzas?

-Sí, claro. Me pasó recientemente, en el Mundial Sub 20. Noté una situación y le pedí a uno de los jugadores que conversáramos un ratito aparte. Nada grave, pero son cosas que hay que tratar. El factor humano es clave. Es la línea que bajaba José.

-¿Hablás con él?

-Hablo, sí. No mucho, pero mantenemos cierto contacto. Tampoco queremos molestarlo. Hace poco tuvimos el placer de recibirlo en el predio. Es una persona que marcó mucho nuestras vidas y nuestras carreras.

-En cuanto al juego, también se busca respetar un estilo.

-Sí, más allá del sistema, hay cosas que no se negocian: el buen fútbol, salir jugando desde abajo, manejar la posesión, pensar en el arco contrario... Después, cada técnico elige su forma y su manera según el rival, porque también hay que competir. Se parte de un esquema base, el 4-3-3, aunque Diego ha usado línea de tres en el Mundial y le ha ido muy bien. No se trata solo de táctica. Pablo Aimar dice que arriba hay que poner a los mejores, porque en definitiva son los que marcan la diferencia. En defensa, también hay que armarse, pero siempre con la idea de proponer. Lo que no queremos es un chico que la revolee para arriba. No, eso no nos representa. Incluso en Sub 15 y Sub 17, categorías más formativas, se busca que el jugador se anime a hacer algo distinto. Si la pierde, no importa; que lo vuelva a intentar. Con el tiempo y la madurez sabrá cuándo conviene cada acción, pero no se les puede prohibir intentar cosas, sobre todo si son positivas para el equipo.

-Muchas veces el resultado marca el éxito o el fracaso de un proyecto.

-Nosotros, como argentinos, queremos ganar siempre. Esa competitividad es lo que nos distingue. Lo que buscamos es que el resultado sea consecuencia del trabajo realizado. Una vez, en San Lorenzo, Fernando Kuyumchoglu, que era coordinador de inferiores del club, me vino a ver preocupado porque no había ganado partidos contra Huracán. Le dije: ‘tranquilo, si yo veo que ningún jugador de la 2004, 2005 o 2006 tiene contrato, voy a ser el primero en llamarte’. Ese es el punto. Está bien que los chicos quieran ganar. A mí me dio mucha pena la final perdida con Marruecos, porque para ellos una Sub 23 aún queda un poco lejos, y era una linda manera de coronar el Mundial. Pero no se dio, y no por eso vamos a pensar que se hizo todo mal. El proyecto va más allá de lo que pasa en 90 minutos.

 


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miércoles, 29 de octubre de 2025

Reflexión sobre las organizaciones desde la perspectiva de género - ECON

Presentamos otra conferencia, dictada en el XIX Congreso Internacional de Economía y Gestión “Econ 2025”Reflexión sobre las organizaciones desde la perspectiva de género.

Este video estuvo a cargo de Gimena Lorenzi, docente de nuestra facultad (FCE – UBA); los invito a ver el video: 

Negociaciones extremas - ECON 2025

Presentamos otra conferencia, dictada en el XIX Congreso Internacional de Economía y Gestión “Econ 2025”Negociaciones Extremas.

Este video estuvo a cargo de Juan Ordeix, docente de nuestra facultad (FCE – UBA); los invito a ver el video:  
 

Ni buenos, ni malos, empresarios. Una revisión de la historia de empresas - ECON 2025

Presentamos otra conferencia, dictada en el XIX Congreso Internacional de Economía y Gestión “Econ 2025”Ni buenos, ni malos, empresarios. Una revisión de la historia de empresas”.

Este video estuvo a cargo de Juan Lucas Gómez, Mauro Cuk y Viviana Román, docentes de nuestra facultad (FCE – UBA); los invito a ver el video: 

 

 

Inteligencia artificial y el futuro del trabajo en Ciencias Económicas - ECON 2025

Presentamos otra conferencia, dictada en el XIX Congreso Internacional de Economía y Gestión “Econ 2025”La Inteligencia Artificial y el futuro del trabajo en Ciencias Económicas.

Este video estuvo a cargo de Agustín Coll, Diego Parrás y Santiago Vespoli, docentes de nuestra facultad (FCE – UBA); los invito a ver el video: 


 

Para reflexionar: Habilidades básicas para 2030

 


martes, 28 de octubre de 2025

Graduados que inspiran - FCE


 

Cine y Administración: Tucker, el hombre y su sueño

Ayer, durante la clase de Planeamiento, mencioné una película, Tucker, el hombre y su sueño, para mayor entendimiento comparto un artículo presentado al respecto, y la escena comentada oportunamente.

Preston Tucker: La dura travesía de un visionario de la industria automotriz

Su sueño de crear un coche seguro y asequible para todos sigue siendo una inspiración para muchos.

La industria automotriz está repleta de historias de éxito y fracaso. Algunas marcas han logrado mantenerse en la cima durante décadas, mientras que otras han desaparecido en el olvido. En el caso de Preston Tucker, su historia es una mezcla de ambos.



Tucker fue un diseñador y empresario de automóviles estadounidense que nació en 1903. Creció en una familia de agricultores y mecánicos, y desde temprana edad mostró interés por los coches y la ingeniería.

Tras servir en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial, Tucker regresó a Estados Unidos y fundó la Tucker Corporation en 1946. La empresa estaba basada en Chicago, Illinois, y se centraba inicialmente en el desarrollo de un nuevo tipo de coche que sería seguro, confiable y asequible.

El resultado de este esfuerzo fue el Tucker 48, también conocido como el Torpedo Tucker. El coche contaba con una serie de características innovadoras, como un motor trasero y enfriado por aire, suspensión independiente y un tablero acolchado para proteger a los conductores en caso de colisión.

El Tucker 48 fue presentado al público en 1947 y recibió mucha atención mediática. Sin embargo, la empresa tuvo problemas para conseguir financiación y la producción se detuvo después de fabricar solo 51 coches.

En 1948, Tucker y varios de sus asociados fueron acusados de fraude. Aunque Tucker finalmente fue absuelto, los cargos y la mala publicidad que rodeó a la empresa dañaron su reputación y contribuyeron a su eventual desaparición.

Algunos argumentan que Tucker fue víctima de una conspiración liderada por los grandes fabricantes de automóviles que querían evitar que el Tucker 48 fuera una amenaza para sus negocios. Otros sostienen que la caída de Tucker se debió a problemas financieros y de producción y no a un complot.

A pesar del fracaso de la Corporación Tucker, el Tucker 48 sigue siendo un coche icónico y muy coleccionable.

La historia de Tucker y su creación ha inspirado libros como "Preston Tucker y su batalla por construir el coche del mañana" de Steve Lehto. Además, en 1988, la película "Tucker: The Man and His Dream", dirigida por Francis Ford Coppola y protagonizada por Jeff Bridges, llevó la epopeya de Tucker a las pantallas de todo el mundo, consolidando su lugar en la cultura automotriz.


 
 
 
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