viernes, 12 de junio de 2015

Las decisiones y el sexo


Martín Lousteau, ex ministro de economía, autor de la recordada Resolución Nº 125 (sobre retenciones al agro) y actual candidato a Jefe de Gobierno porteño, nos refiere en su libro Economía 3D, a las decisiones que los individuos deben tomar en su vida diaria.

En este sentido, en el campo de la economía se habla de decisiones de maximización, para el individuo se maximiza utilidad, y para las empresas se maximizan ganancias. Pero qué pasa cuando estas decisiones se toman en momentos no apropiados, como por ejemplo excitación sexual.

Leemos en el punto 4.6 – Cuando es sexo nubla la vista – El problema de tomar decisiones en caliente.

"Hay momentos que parecen propicios para tomar decisiones y otros que definitivamente no lo son. Quizás uno de los más difíciles para discernir lo que realmente queremos es cuando estamos excitados sexualmente. No debe haber una sola lectora ni un solo lector de este libro que en un momento de calentura sexual no haya tomado una decisión poco apropiada, por lo menos a la vista de las consideraciones posteriores, una vez pasado el momento crítico.

En un momento de calentura, uno puede decidir que no es necesario protegerse en forma adecuada, y terminar teniendo un hijo nueve meses después, o contagiándose alguna enfermedad. Ni hablar de cuando se tiene sexo con quien no se debía, o en realidad no se quería.

Loewenstein y Ariely encararon una investigación para entender mejor algunas diferencias entre las decisiones en frío y en caliente. Para ello tomaron a treinta y cinco estudiantes hombres de la Universidad de Berkeley y les dieron una laptop con la pantalla dividida en tres partes. En una se veían fotos eróticas, en otra había un “calenturómetro” y en la tercera se debían responder las preguntas que iban apareciendo. También se les proveía un pequeño teclado adicional extremadamente sencillo de usar que les permitía moverse entre el panel del “calenturómetro” para indicar cuán excitados se encontraban en el momento de responder cada interrogante y el de las preguntas propiamente dichas.

Sé que no es sencillo, pero dejemos de lado todos los chistes fáciles y hablemos de ciencia. En promedio, la excitación reportada a lo largo del cuestionario estuvo entre 84 y 92 puntos sobre un máximo de 100; y las preguntas estaban divididas en tres bloques: 1) el atractivo de ciertas prácticas sexuales; 2) la aceptación de estrategias cuestionables para llevar a una mujer a la cama;3) la predisposición a tener sexo sin protección. 

Las respuestas en caliente se compararon luego con las respuestas en frío. Como verás (…), cuando se calientan, los hombres pueden modificar sus gustos sexuales, dejan de preocuparse por usar preservativos y hasta evalúan utilizar métodos muy cuestionables con tal de conseguir intimidad con su eventual compañera. (...)"

Y el resultado del experimento nos deja la moraleja, a interpretación tanto del autor del libro como de los investigadores, que podemos tomar decisiones en “caliente” o de la manera más adecuada, en frio con la testosterona más estabilizada.




Martín lousteau, Economía 3D, una nueva dimensión para tus preguntas de siempre, Editorial Sudamérica, Buenos Aires, 2011.

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