Les presentamos un interesante artículo publicado en el diario El Cronista, sobre el liderazgo y la Inteligencia Artificial. Leemos en el mismo:
Lo que Federer me enseñó sin conocerme: Cómo entrenar el liderazgo en la era de la inteligencia artificial🎾
Siempre fui fanático del deporte. No por los trofeos ni por las estadísticas. Sino por el entrenamiento invisible, ese que no se ve en la televisión pero define la victoria. Como speaker argentino, suelo hablar de innovación, inteligencia artificial y transformación digital, pero hoy quiero contarte una historia diferente. Una que no se basa en haber conocido a Federer, sino en haberlo observado con ojos de líder.
Verlo jugar me hizo entender algo clave: el liderazgo se entrena como un saque decisivo. Cada movimiento suyo contiene lecciones de foco, toma de decisiones, adaptación al cambio, estrategia y disciplina. Y eso, exactamente eso, es lo que los líderes necesitamos hoy más que nunca: mentalidad de alto rendimiento en tiempos de disrupción digital.
Durante años trabajé con equipos, empresas, universidades y referentes de negocios. Pero fue frente a una cancha de tenis donde comprendí que el verdadero poder no está en la tecnología, sino en cómo elegimos usarla. Porque la inteligencia artificial puede ayudarte a automatizar procesos, predecir tendencias o diseñar experiencias… pero jamás va a reemplazar tu visión, tu propósito, tu capacidad de inspirar.
Hoy más que nunca, necesitamos líderes humanos en un mundo cada vez más digital. Que sepan leer datos, sí, pero también leer emociones. Que entiendan de algoritmos, pero también de vínculos. Que hablen de productividad, pero también de bienestar. Que no solo ejecuten estrategias, sino que construyan culturas.
🌎 Como speaker, mi propósito es acompañar a esos líderes en ese camino. Ayudarlos a encontrar su propósito, a redefinir su marca personal, a crecer sin perderse, a pensar como estrategas y actuar como entrenadores. Porque liderar hoy es estar en forma mental, emocional y tecnológicamente.
Federer me enseñó, sin saberlo, que el liderazgo del futuro se parece más a una cancha de tenis que a una sala de juntas. Hay que entrenar cada día, leer al rival, adaptarse a la superficie, encontrar el ritmo… y tener la valentía de jugar el punto decisivo.
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