miércoles, 6 de octubre de 2021

Huellas: ¿Puedo ocuparme de tu declaración de renta?

El futuro llegó hace rato, canta el Indio Solari; para pensar y reflexionar en la formación de los futuros graduados en Ciencias Económicas, me atrevo a presentar y transcribir un breve texto extraído del libro La Tierra es Plana, Breve Historia del Mundo Globalizado Del Siglo XXI, Thomas Friedman (páginas 21 a 25 inclusive), publicado hace 15 años:

 

Jaithirth “Jerry” Rao fue una de las primeras personas que conocí en Bangalore. No llevaba más que unos minutos con él en el hotel Leela Palace cuando se ofreció a ocuparse de mi declaración de la renta y de cualquier otro asunto de contabilidad que necesitase, todo ello desde Bangalore nada menos. “No, gracias -dije yo-. Ya tengo un contable en Chicago”. Jerry se limitó a sonreír. Era demasiado cortés para decirlo, para decirme que posiblemente mi verdadero contable, o más bien el contable de mi contable, era él, gracias a la explosión de la subcontratación en el sector de la gestoría fiscal.

-Está pasando mientras charlamos -me explicó Rao, nativo de Mumbai (la antigua Bombay), cuya empresa india, MphasiS, cuenta con un equipo de contables indios preparados para ocuparse de la contabilidad de cualquier Estado de EE. UU. y del gobierno federal-. Hemos cerrado el trato con muchas gestorías fiscales homologadas, pequeñas y medianas, de EEUU.

- ¿Quieres decir como mi contable? -repuse.

-Exacto, como tu contable --contestó Rao con una sonrisa. La empresa de Rao es pionera en el uso de un programa informático de transmisión de datos mediante un formato tipificado que hace más fácil y reduce los costes de la subcontratación de la elaboración de declaraciones de la renta. Jerry me explicó que el proceso empieza con un contable en EEUU que coge mi declaración del ejercicio previo, mi información oficial de ingresos del trabajo por cuenta propia y por cuenta ajena, retenciones y pagos a cuenta, bonificaciones, valores... (vamos, todo), y lo pasa a un servidor informático, con sede física en California o en Texas-. Así, si tu contable va a encargar fuera tu declaración y sabe que preferirías que no se conociese tu apellido o tu número de la Seguridad Social, puede elegir suprimir dicha información -me explicó Rao-. Los contables que están en la India reciben toda la información en bruto directamente del servidor que está en EEUU [utilizando una contraseña], y te hacen la declaración sin saber en ningún momento tu identidad. Para cumplir con la normativa sobre privacidad, todos los datos se quedan en EEUU ... Nos tomamos muy en serio la protección de datos y la privacidad. El contable de la India puede ver los datos en su pantalla, pero no puede bajarlos ni imprimirlos. Nuestro programa no lo permite. Como mucho, podría intentar memorizarlos, si tuviese mala intención. A los contables no se les permite siquiera meter un lápiz y un papel en la sala cuando están trabajando con las declaraciones de la renta.

Me picaba la curiosidad: ¿a qué extremo habría llegado esta variante de subcontratación de servicios?

-Nosotros hacemos varios miles de declaraciones -dijo Rao, y añadió-: Tu gestor fiscal ni siquiera tiene que estar en el despacho, en EEUU. Puede estar sentado en una playa californiana y mandarnos un mensaje electrónico diciendo: “Oye, Jerry, como se te dan muy bien las declaraciones fiscales del Estado de Nueva York, encárgate de la declaración de Tom. Y que Sonia, tú y tu gente de Delhi se encarguen de las declaraciones de Washington y Florida”. Por cierto, Sonia trabaja en el jardín de su casa, en India, sin gastos estructurales [para la empresa]. “Y luego están estas otras, que son muy complicadas, así que las haré yo mismo”

En 2003 se hicieron en la India unas 25.000 declaraciones de la renta estadounidenses. En 2004 el número fue de 100.000. En 2005 se calcula que serán 400.000. Dentro de diez años darás por hecho que tu gestor ha subcontratado, como mínimo, la preparación básica de tu declaración de la renta.

- ¿Cómo te metiste en este negocio? -pregunté a Rao.

-Un amigo mío, Jeroen Tas, holandés, y yo estábamos trabajando en Citigroup, en California -me explicó Rao-. Yo era su jefe. Un día, volviendo juntos de Nueva York en avión, le dije que estaba pensando marcharme de la empresa. Y él me dijo: “Pues yo también”. Y nos planteamos montar nuestro propio negocio juntos. Así que entre 1997 y 1998 creamos un plan de empresa que ofrecía soluciones de internet de máxima calidad para grandes empresas ... Pero hace dos años, en un congreso de tecnología en Las Vegas, se me acercaron los delegados de varias empresas medianas [norteamericanas] de contabilidad y me contaron que ellos no podían permitirse la subcontratación en la India de grandes operaciones fiscales, que las empresas grandes sí podían y que ellos [los de las empresas medianas] querían ponerse por delante. Así que desarrollamos un producto de software, la VTR, Virtual Tax Room [Sala de Impuestos Virtuales], para que estas empresas medianas de contabilidad pudiesen subcontratar fácilmente la elaboración de las declaraciones de la renta.

Jerry me dijo también que estas empresas medianas “están accediendo a un terreno de juego más nivelado, que tenían vedado hasta ahora. De repente pueden acceder a las mismas ventajas de escala de las que han gozado siempre las grandes empresas”.

- ¿El mensaje para los estadounidenses sería algo así como: “Mami, procura que de mayores tus hijos no se hagan contables”? - quise saber.

-En realidad, no -dijo Rao-. Lo que hemos hecho es ocuparnos nosotros del trabajo engorroso. ¿Sabes lo que hace falta para preparar una declaración de la renta? Pues muy poco trabajo creativo. Eso se cocerá fuera.

- ¿Quieres decir lo que se quedará en EEUU? -pregunté.

-En EE. UU. el contable que quiera mantenerse dentro del negocio tendrá que dedicarse a diseñar estrategias complejas y creativas, como formas de evitar impuestos o de encontrar refugios fiscales, tratar con los clientes -me explicó-. Dirá a sus clientes: “El trabajo pesado me lo hacen eficazmente lejos de aquí. Mientras, hablemos de cómo podemos gestionar su patrimonio y de lo que puede hacer para sus hijos. ¿Desea dejar parte del dinero en sus fondos?”. Es decir, contar con tiempo de calidad para este tipo de conversación con los clientes, en lugar de ir con la lengua fuera de febrero a abril, muchas veces pidiendo prórrogas hasta agosto, porque carecen de un tiempo de calidad que ofrecer a sus clientes.

A juzgar por un estudio publicado en la revista Accounting Today (del 7 de junio de 2004)) lo cierto es que parece la tendencia del futuro. L. Gary Boomer, asesor fiscal homologado y presidente de Boomer Consulting (Manhattan, Kansas), escribía: “La pasada temporada [fiscal] produjo más de 100.000 declaraciones [subcontratadas] y actualmente se ha ampliado a fondos de inversión, sociedades y corporaciones [...] La principal razón por la que en los últimos tres años la industria ha podido crecer como lo ha hecho es la inversión que han realizado estas empresas [con sede en el extranjero] en sistemas, procesos y formación". Boomer añadía que en la India se gradúan al año unos setenta mil contables, muchos de los cuales entran a trabajar en empresas indias, cobrando 100 dólares mensuales como salario inicial. Con ayuda de las comunicaciones de alta velocidad, de una formación rigurosa y de unos formularios tipificados, estos jóvenes indios logran convertirse con bastante rapidez en contables básicos de clientes occidentales, por una fracción del coste habitual. Hay empresas indias de contabilidad que incluso se presentan a las empresas norteamericanas mediante videoconferencias y así se ahorran el viaje. Boomer concluía: “La profesión del gestor contable está en plena transformación. Los que se queden atascados en el pasado y se resistan al cambio se hundirán cada vez más en la mera labor de comercialización. Aquellos que sean capaces de crear valor a través del liderazgo, de las relaciones y de la creatividad transformarán la industria, además de fortalecer su trato con su cartera de clientes actual”.

-Lo que me estás diciendo --comenté a Rao- es que al margen de la profesión que tengas, ya seas médico, abogado, arquitecto o contable, si eres estadounidense más te vale tener maña con el trato personal y directo, porque todo lo que pueda digitalizarse podrá subcontratarse con el postor más listo, con el más barato, o con el que reúna ambas condiciones.

-Cada quien tiene que saber cuál es exactamente su valor añadido -zanjó Rao.

 


La Tierra es Plana, Breve Historia del Mundo Globalizado Del Siglo XXI, Thomas Friedman, 2006, Ediciones Martínez Roca S.A. España.

 

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1 comentario:

  1. Bastante interesante, me lo voy a anotar para leer en el verano. Gracias!

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