jueves, 20 de julio de 2023

CEOs y Gerentes: Rodrigo Abete de SEIQ Group

En esta oportunidad presentamos un artículo publicado en la Revista Forbes, Rodrigo Abete al CEO de SEIQ Group, una empresa de insumos que provee productos de limpieza para higiene y sanitización de industria e instituciones.

Fue futbolista profesional y creó una empresa de productos de limpieza que factura $ 95 millones por mes

Rodrigo Abete fundó SEIQ Group con su padre. El año que viene planea duplicar las ventas y exportar a países limítrofes.

La carrera de Rodrigo Abete como futbolista estaba encaminada. Después de su paso por Almirante Brown, en Argentina, se había ido a México, donde llevaba un año jugando. Pero un problema familiar lo hizo volver a la Argentina para acompañar a su papá químico, que había tenido una mala experiencia con un socio. La solución, entonces, fue unirse y lanzar su propio negocio. Era el año 2011 y, desde cero, con una fábrica de 300 metros cuadrados en Caseros, nació SEIQ Group, hoy consolidada como empresa de insumos que provee productos de limpieza para higiene y sanitización de industria e instituciones.

"Mi oficina era un tambor de 200 litros con una computadora. Hacíamos de todo. Mi papá fabricaba y yo aporté la pata comercial: visitaba clientes, facturaba. En el camino nos dimos cuenta que había muchísimas posibilidades de crecimiento, así que empezamos a invertir en maquinaria y personal", recuerda Abete. "Me gusta mucho viajar para buscar nuevas tendencias de limpieza, sobre todo porque Argentina es un país que tiene muy arraigado limpiar con lavandina y cloro. Pero se puede llevar profesionalismo a la limpieza", añade.

En una primera etapa, trabajaban con clientes directos, como restaurantes, bares y colegios. "Era un buen nicho, pero sin volumen de operaciones. Así que decidimos volcarnos al distribuidor mayorista, lo que nos obligó a nosotros también a profesionalizarnos y sumar, por ejemplo bidones de 5 litros, certificaciones e instrucciones. Ahí fue cuando empezamos a crecer", cuenta Abete, quien agrega que ese crecimiento fue "en espiral" y con una fuerte pata en el interior -tienen un representante en cada provincia. Hoy, tienen 25 empleados y un predio de fabricación y depósito de 2.500 metros cuadrados en Moreno, a donde se mudaron en plena pandemia.

El portfolio de 200 productos incluye soluciones de limpieza para higiene y sanitización, desde un desinfectante, detergente y cera para el piso a productos para pileta,  cosmética de automotor o detergentes para cocina. Esto, además, se adapta según el cliente -no es igual para el sector hotelero, el gastronómico o la industria. "En la pandemia vimos una reconversión del mercado. El usuario buscaba comprar productos más profesionales, así que adaptamos los envases al consumo masivo. De hecho, el mes pasado sumamos una máquina para producir envases en pequeños volúmenes para poder llegar a minoristas", revela Abete. Y añade: "Estamos muy enfocados en el cuidado del medioambiente. Buscamos que no haya derroches y trabajamos con el concepto de las tres R (reutilizar, reducir, reciclar)".

Con una facturación de $ 95 millones mensuales, el próximo paso es comenzar a exportar. "Es un proceso largo y complicado, que exige mucha constancia. No solo por las normas de seguridad e higiene que hay que cumplir, sino que por la cotización del dólar, un día sos competitivo y al otro ya no", admite Abete. Hace cuatro años que están en negociaciones con Paraguay, que podrían concretarse este año. El segundo país es Bolivia, donde ya tiene distribuidor. Y en una etapa más avanzada, el objetivo es llegar a Chile.  

La coyuntura, muchas veces, pone freno sobre un crecimiento que podría ser mayor. "Como argentinos tenemos la gimnasia de poder adaptarnos a un montón de cambios bruscos y eso marca la diferencia", dice Abete, para quien, hoy, la principal traba está en la falta de insumos. "Por más que actuemos como reemplazo de importaciones, en un proceso productivo tenés entre por lo menos 10 y 12 insumos. Y algunos, como los adhesivos de la etiqueta o el plástico del bidón, dependen de la importación. Eso es lo que más daño nos genera", revela. Y agrega: "Es difícil cuando querés apuntar al comercio exterior, porque a pesar de tener un buen producto, precio y calidad, es un freno". Y el segundo gran problema, añade, es la carga impositiva.

Sin embargo, tiene más proyectos. Por un lado, seguirá impulsando su otro emprendimiento, porque Abete se juntó con un socio y armó un papelera con la que atienda a los mismos clientes, "que en tres años logró lo que SEIQ en diez". Además, adquirieron un predio para ampliar la capacidad productiva. "Vamos a sumar mayor innovación tecnológica, maquinaria y empleados para el sector de la producción. El año que viene planeamos duplicar la capacidad productiva y la facturación", concluye. 

 


 

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