lunes, 11 de septiembre de 2017

1888 - Domingo Faustino Sarmiento - 2017



En su afán por convertir a la Argentina en una nación civilizada, Domingo Faustino Sarmiento concretó proyectos renovadores como la fundación de colonias de pequeños agricultores en Chivilcoy y Mercedes.

La experiencia funcionó bien, pero cuando intento extenderlas se encontró con la cerrada oposición de los terratenientes nucleados en la recientemente fundada Sociedad Rural Argentina que en la persona de su presidente Enrique Olivera le hizo saber a Sarmiento que consideraba “...inconveniente implantar colonias como la de Chivilcoy donde ya estaba arraigada la industria ganadera”.

Dominto Faustino Sarmiento se enojó y declaró: ”Nuestros hacendados no entienden jota del asunto, y prefieren hacerse un palacio en la Avenida Alvear que meterse en negocios que los llenaran de aflicciones. Quieren que el gobierno, quieren que nosotros que no tenemos una vaca, contribuyamos a duplicarles o triplicarles su fortuna a los Anchorena, a los Unzuè, a los Pereyra, a los Luro, a los Duggans, y los Leloir y a todos los millonarios que pasan su vida mirando como paren las vacas. En este estado está la cuestión, y como las cámaras del Congreso están también formadas por ganaderos, veremos mañana la canción de siempre, el payar de la guitarra a la sombra del ombú de la Pampa y a la puerta del rancho de paja.”

Finalemente, el presidente Sarmiento se había dirigido al presidente de la Sociedad Rural Argentina en estos términos: ”El ganado y sus productos como industria exclusiva y única del país, tiene el inconveniente de que su precio no lo regulamos nosotros, por falta de consumidores en el terreno, sino que nos lo imponen los mercados extranjeros según su demanda”.




Páginas consultadas:
www.elhistoriador.com.ar

No hay comentarios:

Publicar un comentario