jueves, 29 de agosto de 2019

Huellas: La Inteligencia Artificial en las tareas bancarias, lo que vendrá.


¿Cómo impactará la Inteligencia Artificial en las tareas bancarias, esté artículo de Javier Porras Castaño, Experto en Innovación y Científico de Datos, que publicara el portal OpenMind, nos puede ir mostrando el camino.

Leemos en el artículo:

De la banca digital a la banca inteligente conversacional

Nadie cree que los bancos acabarán dirigidos por robots ni que los clientes serán atendidos por androides. Sin embargo, el sector financiero mundial lleva más de una década intentando estar a la vanguardia de la tecnología y acoplar los últimos avances a su negocio.

¿Cómo será el futuro del sector financiero? ¿Estaremos rodeados de robots con aspecto de humano que nos atenderán tal y como lo hacen en la actualidad los operarios de oficina? Cada vez es más habitual esta pregunta en nuestra sociedad y aunque no tenemos la respuesta en este artículo analizaremos cómo la inteligencia artificial ayudará al sector financiero a mejorar su rentabilidad y hacer la vida más fácil de los clientes optimizando su salud financiera y por tanto, mejorando su vida.

El principal objetivo que va a aportar la inteligencia artificial a todos los sectores y en especial a la Banca, es conseguir mejorar la productividad y la eficiencia en sus procesos internos, lo que implica reducir costes, y ofrecer a los clientes una banca privada y personalizada, repercutiendo en una mejor experiencia de usuario, que consiga su satisfacción y fidelización.

Una banca inteligente y conversacional

La tendencia actual del sector financiero es migrar la tradicional banca digital que hemos venido utilizando los últimos años, a una banca inteligente conversacional que ofrezca una atención totalmente personalizada y privada para el cliente.

Esto sólo se puede conseguir gracias al desarrollo de un software basado en la sinergia entre inteligencia artificial y los datos. La primera, ofrece un amplio conjunto de algoritmos para distintos cometidos, que únicamente funcionarán si se les suministra experiencias previas de la actividad del cliente, es decir, datos.

Esta sinergia generará una atención a medida, personalizada y privada para el cliente. Y no sólo eso, sino que este software será capaz de comunicarse con el cliente utilizando su propio lenguaje dando origen a la banca inteligente conversacional.

Veamos un ejemplo de esta banca inteligente conversacional: imaginemos que un cliente hace un ‘like’ a una fotografía del modelo de coche que desea y escribe el siguiente comentario: “me encantaría poder conducirlo”. Su banco se percata de ello y le hace una oferta, mediante una conversación en un chat privado sobre cómo debería ajustar su economía para conseguir hacerse con el vehículo deseado: “Hola Juan, si quieres conducir ese coche, deberías reducir tu consumo de agua y luz en un 15 %, pagar a plazos las vacaciones y vender tu vehículo actual por unos 15.000 € ¿te interesa que hablemos sobre el tema a través de este chat privado?”

Así actuaría un asesor financiero que vela por tu economía doméstica siempre que lo necesites, las 24 horas del día, allí donde estés y que se dirige a ti, con el lenguaje que tú entiendes y todo ello a un solo clic.

La tendencia actual del sector financiero es migrar de la tradicional banca digital a la banca inteligente conversacional que permitirá al cliente poder consumir servicios mediante interacciones en lenguaje natural, que es su forma habitual de comunicación y con la que más cómodo se siente. Utilizando su propia voz o texto, a través de cualquier dispositivo (móvil, tableta, reloj inteligente, altavoz o televisión) el cliente podrá solicitar información, contratar productos o realizar transacciones con su banco.

Además, esta banca inteligente conversacional ya no está estática en la web o aplicación de la entidad, sino que además, se integra en los canales de comunicación más utilizados por el cliente. Desde un chat de WhatsApp, Facebook o Instagram o a través de asistentes virtuales como Google Assistant, Amazon Alexa o Siri, el cliente puede conversar con su banco para realizar cualquier gestión de sus productos financieros. El usuario conoce a la perfección estas aplicaciones que utiliza a diario y su banco se integra en ellas, pasando a ser un contacto más con el que mediante lenguaje natural pueden mantener una conversación para gestionar su actividad financiera.

Datos, banca privada y personalización

Por otro lado, también cambian los servicios, no sólo se ofrecen los tradicionales de la banca digital actual, sino que aparece la deseada banca privada y personalizada que mejore la salud financiera del cliente, totalmente ergonómica y adaptada a sus necesidades concretas en cada momento.

Para conseguir esta personalización, la clave está en los datos. La actividad financiera que genera diariamente cada cliente aporta un volumen de histórico de datos y una experiencia, imposible de procesar de forma ágil por la mente humana y que gracias a los algoritmos de inteligencia artificial permite detectar y aprender patrones de comportamientos.

Una entidad financiera dispone de muchísimos datos de un cliente: sabe cuándo, dónde y qué compra, conoce sus gastos de consumo en el hogar, dónde trabaja, sus preferencias de ocio o su cuantía de ingresos. Si además se añaden datos ajenos al sistema financiero, el conocimiento del cliente será mucho mayor. Cuantos más datos se suministren a los algoritmos de inteligencia artificial (variedad y cantidad), más precisos serán estos patrones de comportamiento.

Con cada nuevo movimiento que genera el cliente los algoritmos de inteligencia artificial refinan su aprendizaje; cada nuevo input consigue hacer más preciso el patrón de comportamiento del cliente. Esto permite ofrecerle servicios predictivos y prescriptivos que mejoren su salud financiera: anticipar qué gastos va a tener y recomendarle cuál es el mejor producto según su actividad económica en el momento actual.

La banca inteligente conversacional y en general la inteligencia artificial, abren un mundo casi infinito de posibilidades que mejoran la vida del cliente y su salud financiera. Veamos tres ejemplos sobre situaciones cotidianas que ilustran esta nueva situación:

1. El cliente, desde casa, a través de su altavoz inteligente, puede preguntar: “¿me ayudas a ahorrar?”. La banca conversacional integrada le responderá que haciendo un estudio de perfiles anónimos similares, estos gastan un 24% menos en agua y un 19% menos en luz. Este servicio puede cambiar el comportamiento del cliente en casa para conseguir un ahorro y por tanto una mejor salud financiera.

2. El cliente desde la aplicación de WhatsApp de su teléfono puede preguntar a la banca conversacional: “¿cuánto gastaré en restaurantes en vacaciones?” Recibirá como respuesta: “estimo que gastarás 160€ en restaurantes y 28€ en cafeterías”

3. En el momento que el cliente realiza una compra en un comercio online, la banca conversacional detiene temporalmente la compra, indicándole: “no te recomiendo realizar el pago a débito porque la próxima semana tendrás un descubierto en cuenta. Deberías hacer la compra con el crédito de la tarjeta”.

El futuro de la inteligencia artificial en el sector financiero, sin lugar a dudas, será hacer la vida más fácil a los clientes, desarrollando sistemas capaces de comprender automáticamente la situación y el contexto a partir de datos tomados de nuevos sensores y dispositivos que permitan una mejor toma de decisiones en condiciones dinámicas. Además, potencialmente, estos algoritmos intentarán descifrar la comprensión de las emociones y los sentimientos de los clientes para conseguir interacciones y conversaciones cada vez más similares a las humanas.



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