lunes, 3 de junio de 2019

Telxínoe: María Elena Walsh II

María Elena Walsh es un verdadero juglar de nuestros tiempos, cuando recita y canta sus versos, pero también, cuando denuncia subliminalmente diversas cuestiones sociales. Toda su rebeldía, su desencanto, su oposición, su amor a la
naturaleza y a los niños han quedado reflejados en numerosos poemas, novelas,
cuentos, canciones, ensayos y artículos periodísticos.

En 1985 fue nombrada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires y, en 1990, Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Córdoba y Personalidad Ilustre de la Provincia de Buenos Aires. En 1994 apareció la recopilación completa de sus canciones para niños y adultos y, en 1997, “Manuelita ¿dónde vas?”.



Los ejecutivos

El mundo nunca ha sido para todo el mundo
mas hoy al parecer es de un señor
que en una escalerita de aeropuerto
cultiva un maletín pero ninguna flor.
Sonriente y afeitado
para siempre
trajina para darnos la ilusión
de un cielo en tecnicolor donde muy poquitos
aprendan a jugar al golf.

Ay, qué vivos
son los ejecutivos,
qué vivos que son.
Del sillón al avión,
del avión al salón,
del harén al edén
siempre tienen razón;
y además tienen la sartén,
la sartén por el mango
y el mango también.

El mundo siempre fue de los que están arriba
pero hoy es de un señor en ascensor
a quien podemos ver en las revistas
cortando el bacalao con aire triunfador.
Lo come para darnos el ejemplo
de rendimiento máximo y confort.
Digiere por teléfono y después nos vende
conciencias puras de robots.

El mundo siempre fue de algunos elegidos,
hoy es para el que elige lo mejor,
dinámico y rodeado de azafatas
sacrificándose por un millón o dos.
Como él tiene de todo menos tiempo
nos aconseja por televisión
ahorrar, para tener estatus en la muerte,
la eternidad en un reloj.


Los amigos

La vida canta, el tiempo vuela,
la dicha florece temprano.
Vamos al circo y la escuela.
Mis amigos me dan la mano.

Seré su espejo verdadero,
su sombra fresquita, su hermano.
Yo los ayudo, yo los quiero.
Mis amigos me dan la mano.

Juguemos al amor profundo.
La voz leal, el ojo sano.
Vamos a visitar el mundo.
Mis amigos me dan la mano.

Vamos a todo lo que existe
–ronda de hoy, luego lejano–
sin quedar solo ni estar triste.
Mis amigos me dan la mano.


Balada de Cómodus Viscach

En este mundo traidor
transigir es lo mejor.
El que diga basta
va a parar a la canasta,
y el que sea opositor
va a parar al asador.

En chimangos prepotentes
no malgastes los cartuchos.
Sonreíle a los de arriba
que son machos y son muchos.

Esperá el escalafón
trabajando de felpudo.
Es mejor que comas tierra
y no que te coman crudo.

No olvidés el autobombo
si querés ponerte en venta.
Lo que tengas que pensar,
no lo pienses por tu cuenta.

Defendé la rebelión
que no altere la rutina:
el poeta en la leonera,
la mujer en la cocina.

A mal tiempo, buena cara:
rinde mucho, poco cuesta;
no te pongas en la pica
con canciones de protesta.

A buen tiempo, mala cara:
da cartel de inteligente;
criticá todo con todos
menos con los dirigentes.


Varios de sus poemas fueron musicalizados, esta es la versión de la Balada de Comodus Viscach interpretada por el Cuarteto Zupay, en los años 80.





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