lunes, 3 de julio de 2017

Telxínoe: Julia Priluzky Farny (1912 - 2002)

Julia Prilutzky Farny nació en Kiev, Ucrania, en 1912 y  falleció en Buenos Aires en 2002; adoptó la ciudadanía argentina desde temprana edad. Cursó estudios de derecho en la Universidad de Buenos Aires y música en el Conservatorio Nacional. Publicó su primer libro de poesía a la edad de dieciocho años y pronto se convirtió en portavoz de la generación poética de los años cuarenta. 

Muchos poemas fueron musicalizados por importantes artistas como Héctor Stamponi, Eladia Blázquez y Chico NovarroEntre sus libros más reconocidos figuran «Antología del amor», «Sonetos» y «Sólo estará la rosa»




La Patria

Se nace en cualquier parte. Es el misterio,
- es el primer misterio inapelable -
pero se ama una tierra como propia
y se quiere volver a sus entrañas.

Allí donde partir es imposible,
donde permanecer es necesario,
donde el barro es más fuerte que el deseo
de seguir caminando,
donde las manos caen bruscamente
y estar arrodillado es el descanso,
donde se mira el cielo con soberbia
desesperada y áspera,
donde nunca se está del todo solo,
donde cualquier umbral es la morada.

Donde se quiere arar. Y dar un hijo.
Y se quiere morir, está la patria.



Cómo decir, amor, en qué momento...

Cómo decir, amor, en qué momento
te rompes dulcemente entre las manos,
sin quejas, sin recuerdos, sin arcanos
y tal vez sin temor ni sufrimiento.

Cómo volver a amar, qué sentimiento
de elementos divinos o profanos
puede reverdecer entre desganos,
en la etapa final del desaliento.

Pregunta al corazón por qué no cree,
pregúntale al mirar qué cosas lee,
pregunta al labio cruel por qué no besa,

y te dirán, sin duda, su fatiga
del amor fiel o la pasión mendiga,
su falta de esperanza o de sorpresa.



Quiero Estar En Tu Sueño.

Quiero estar en tu sueño. Ser tu sueño.
Penetrar más allá de lo que advierte
la mirada sutil. Como beleño
recorrer, galopar tu sangre inerte.

Quiero quebrar con definido empeño
toda defensa en ti: muralla, fuerte:
y adentrarme, crisálida de ensueño
más allá de tu vida y de tu muerte.

Más allá de tu piel, y más adentro
de toda sombra, y más allá del centro
desconocido, virgen, tembloroso…

Y estar dentro de ti -seguro puerto-
como un paradojal milagro cierto,
presentido a la vez que pavoroso.



Está Bien. Seré Dulce.

Está bien. Seré dulce y obediente
o lo pareceré. Te da lo mismo:
Necesita, de pronto, tu egoísmo
que yo me quede así, sumisamente,

Sin sufrir, sin dolor, sin aliciente,
sin pasiones al borde del abismo,
sin mucha fe ni un gran escepticismo,
sin recordar la esclusa ni el torrente.

Necesitas las llamas sin el fuego,
que el fuego del amor no sea un juego
y que esté el rayo aquí, sin la tormenta.

Quieres que espere así, sin esperarte,
que te adore también sin adorarte
y estar clavado en mi, sin que te sienta.




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